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Funicular de Artxanda

Bilbao, Bizkaia/Vizcaya

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A cinco metros por segundo. De esta manera tan pausada, se puede conocer Bilbao de una manera original y diferente. A través del funicular de Artxanda, tal y como si nos embarcáramos en un viaje alpino, se asciende hasta las nubes. La propuesta pasa por acercarse a la plaza del Funicular y acceder a este particular e histórico medio de transporte. Desde su parada, el colorido tren cremallera sube a la cumbre sin pausa, pero sin prisa, surcando los barrios de la ciudad hasta alcanzar la altitud de casi 250 metros. El ascenso es pronunciado. Únicamente son 180 segundos, más que suficientes para que en esta travesía haya espacio para la diversión, las sensaciones e incluso un cambio de raíles para evitar que ambos funiculares se crucen. Al recorrer casi 800 metros, se llega a la cima del monte Artxanda: el cielo de Bilbao. El mejor mirador de la urbe en el que disfrutar de las vistas, pasear o disfrutar de la gastronomía en alguno de sus cercanos restaurantes. Sin duda, al atardecer los rayos tiñen de una tonalidad particular los principales espacios de interés. Los de antaño y los de vanguardia. Se ilumina el Guggenheim, aparecen ciertas sombras en el estadio San Mamés y se aprecia el color de la lumbre en las calles del casco viejo. Todo sucede bajo el frío y tranquilo fluir del Nervión. A vista de pájaro, el ocaso llega a su fin, pero Arxanda sigue allí. Durante el día, su funicular no para de subir y bajar por la montaña de los sueños.

Localización

Plaza del Funicular, Bilbao