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Por muchas veces que hayáis estado en Donostia, jamás habéis contemplado una vista como esta. Asomarse a la ventana de 'Lasala' (Lasala Plaza, 2), inaugurado hace poco más de seis meses, es como sumergirse en una postal sin fecha del puerto. Os costaría despegaros del cristal si la cama no fuera tan mullida. Pero a lo que no renunciaréis será al menú que prepara Ander González en 'La Jarana', el restaurante que comanda dentro del hotel. Además de las vistas idílicas, la gastronomía vasca y las comodidades propias de un cuatro estrellas superior, se trata de un alojamiento perfecto para los amantes del arte. Cada planta está inspirada en un museo cercano que, no solo conforma una decoración exquisita, sino que da ideas por si queda tiempo para una pequeña visita cultural.
Aquí el verdado lujo es el paisaje. Desde cualquiera de los diez cubos de madera integrados en la apabullante naturaleza de El Matarraña, uno se siente parte del entorno agreste y semiprovenzal. Se trata de un albergue moderno, con una decoración mínima, para que nada distraiga de lo realmente importante. Lo que antaño fue la vivienda de un ermitaño hoy lo ocupan dos espaciosas habitaciones de cerca de 50 m2, una de inspiración nórdica y otra barroca. Incluso la bañera está excavada en el suelo y se asoma al barranco cuajado de pinos y encinas. En el restaurante, un menú que se adapta a las estaciones basado en el producto de la zona, diseñado por 'Espai Sucre'.
De Teruel viajamos al País Vasco. Desconectar el móvil, tiraros en la hierba y observar el mar es lo que os pedirá el cuerpo en cuanto os acomodéis. El sonido de las olas y el cielo tiñéndose de distintos tonos de rosas y azules serán lo único que importe en ese momento. 'Casa Haitzalde' (Eskimera s/n) es un Bed & Breakfast de seis habitaciones situado el último pueblo de Guipúzcoa que linda con Vizcaya. El compromiso de los dueños con la tranquilidad es tal que no se admiten niños menores de 14 años, y su estética, alejada de las tradiciones arquitectónicas vascas, comienza dando la bienvenida con una escultura que simboliza el abrazo entre un hombre y una mujer.
Llegamos a la capital para entrar de lleno en la palpitante vida ibicenca recreada dentro de un palacete del siglo XIX. Entre Chueca y Las Salesas se encuentra esta apuesta por el desenfreno. Bares-restaurantes, patios-salones y ascensores-bibliotecas conviven en un mismo edificio con una fluidez inusitada. Pero todo este trasiego no interrumpe la absoluta privacidad de las habitaciones, decoradas con sencillez en contraste con el resto de las estancias. 'Only You Boutique Hotel' (Barquillo, 21) es un buen lugar para la diversión, ¿dónde si no vais a enfundaros en un albornoz de jirafa tras una ducha en mitad de una noche loca?
La Ciudad Condal no podía faltar en este recorrido y 'Casa Margot' (Paseo de Gracia, 46), con su desayuno, considerado uno de los mejores de Barcelona; y sus vistas a la Casa Batlló, destaca entre la amplia oferta hotelera de la urbe. La discreción es uno de los valores más reforzados de este pequeño hotel que, por no tener, no tiene ni cartel en el fachada. Incluso su nombre va en esa línea, en homenaje al personaje de Gwyneth Paltrow en Los Tenembauns. También se ha dedicado mucha atención desde el momento de su apertura, en 2015, a la decoración, con firmas de reputados diseñadores. Lo mejor es que todo está a disposición de cliente, para comprar algún elemento del que se encaprichen. Perfecto para un regalo de última hora.
Enclavada en el pequeño pueblo medieval de Casavells, en el Baix Empordà, la masía 'Encís de Empordá' (St. Genis, 13) es uno de los mejores decorados para un fin de semana en pareja. Y nunca mejor dicho, porque la decoración está totalmente teatralizada. Montarse una película propia en cada habitación es casi lo natural y podéis ser de esos indianos de vuelta a su orígenes o artistas en un estudio, mientras pasáis ese preciado tiempo en común. En una zona en la que el turismo está principalmente destinado a las familias, en este rincón la intimidad no solo se busca en la habitación. El jardín está diseñado para fomentar momentos para dos, con muchos rinconcitos para que podáis estar a vuestro aire.
Alejados del mundanal ruido, aquí el claxon de los coches, los atascos y las prisas quedan lejos. La ciudad hace tiempo que ha quedado atrás y la naturaleza es un lujo que entra descarada por las ventanas. Así es la casa rural 'Mar de la Carrasca', un alojamiento encantador que descansa en un pequeño valle, rodeado de pinos y carrascas, en el parque natural del Peñagolosa, en el interior de Castellón. Muy cerca de Villahermosa del Río, un encantador pueblo de casitas encaladas, encontramos esta masía que os hará olvidar que algún día tuvisteis horarios y emails que contestar antes de dormir. Aquí se cambia el wifi por chorros de luz solar y la ducha rápida por un momento de paz en bañera de piedra. La habitación principal, El Barco, cuenta con unas vistas apabullantes, un diseño rural y sostenible, y una terraza privada perfecta para ver las estrellas.
Cinco habitaciones en un masía catalana del siglo XIV conforman este templo a la desconexión. 'Mas El Mir' (Ctra. de les Losses km.17,500) tiene el don despertar un gusto real por lo austero, huyendo del ruralismo impostado. El minimalismo rústico en la decoración, un desayuno preparado con productos de proximidad, y estancias cuyos nombres homenajean las diferentes plantas autóctonas del Ripollés. Estos son solo tres de los incontables detalles que convierten 'Mas El Mir' en un abrazo hecho alojamiento. El entorno, a las puertas de los Pirineos gerundenses, ofrece además una batería de posibilidades: las cascadas y pozas del río Viraldell y el bosque que lo rodea, pueblos de montaña como Ribes o Queralbs y el monasterio del Ripoll; todo a menos de media hora en coche.
Para canarios nostálgicos de su tierra y para peninsulares con un viaje pendiente al paraíso. '7 Islas' (Valverde, 15) se dirige principalmente a estos dos perfiles de clientela. La decoración, inspirada en motivos volcánicos y con elementos naturales os ganará nada más cruzar la puerta. Tras una visita a la galería compuesta por obras de artistas locales ubicada en el vestíbulo y una rato de charla en el patio de luces, el apetito se hará presente. La cena a cargo de Narciso Bermejo ('Macera Taller Bar') y las copas de destilados totalmente artesanales redondearán la experiencia antes de subir a las cómodas habitaciones.
Encontrar la ocasión para huir de la ciudad es, en ocasiones, complicado. O quizá precisamente la intención es conocer Madrid sin sacrificar esa noche de lujo y aislada del resto que la fecha demanda. En ambos casos 'VP Plaza España Design' (Plaza España, 5) es el sitio. Entre los múltiples alojamientos de lujo que están proliferando al final de la Gran Vía, es este el que se lleva la palma. Con un mobiliario moderno y una decoración basada en la naturaleza, ha revolucionado el concepto de interiorismo hotelero en la capital. Además, el 'Ginkgo Sky Bar' ubicado en su azotea, es un lugar perfecto para ver atardecer.
Entre Pamplona y Burlada se encuentra este hotel de muga, como se diría en Navarra, un hotel fronterizo que ocupa los límites entre la ciudad y el campo. 'Alma' (Beloso Bajo, 11) reúne las comodidades de un hotel urbano con el aliciente del ambiente relajante de la pradera y el bosque que lo rodean. La puerta principal lleva a una ventana y funciona como carta de presentación del alojamiento. Como si os leyeran la mente, os encontraréis justo lo que una pareja necesita para una tregua de la rutina: camas king size, spa de libre acceso para huéspedes y una terraza que se abre a la sala de desayunos. Además, Leandro Gil es el autor del menú degustación, apoyado en el producto y en su propia historia.
Un cambio radical de latitud nos lleva a una ciudad más templada y con una gran oferta de turismo multicultural. Podéis viajar al siglo XVI alojándoos en el 'Palacio de Bailío' (Ramírez de las Casas Deza, 10-12) o dormir donde una vez vivió el poeta Luis de Góngora, en 'Las Casas de la Judería' (Tomás Conde, 10). O quizás, dejaros arrullar por el sonido de las fuentes y desayunar frente a la mezquita en el 'Balcón de Córdoba' (Encarnación, 8). Todo un universo de camas mullidas y habitaciones íntimas. Pero si lo que os apetece es un ambiente más andalusí y, de paso, colaborar en un proyecto de inclusión social, 'Madinat' (Cabezas, 17) es una sabia elección. En la Ribera, 'Viento 10' (Ronquillo Briceño, 10) espera a todo aquel que quiera sacar el máximo partido a la noche para dos: jacuzzi privado, sauna y muy poca frecuencia de wifi.
Para los que quieran un 14 de Febrero de pura fiesta, el 'Pikes' debería ser el elegido. Pasar la noche donde Julio Iglesias reservaba sus noches más discretas durante los 80, en el hotel donde George Michael grabó el videoclip de Club Tropicana, en el mismo lugar donde Freddy Mercury celebró su 41 cumpleaños con aquella fiesta histórica. Aquí hay colchones resistentes sobre los que saltar, bañeras de bolas en las que bucear y espacios de juerga donde reír hasta el amanecer. Este hotel no es un hotel de lujo pero juega en esa liga por una cuestión de autenticidad, difícil de entender sin comprobarla en primera persona.