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Si hay algo de lo que no se privan nunca los vikingos es de un buen banquete nórdico. Bien sea para festejar el triunfo de una conquista, hacer culto a sus poderosos dioses, celebrar un sacrificio humano o proclamar un nuevo rey, siempre hay un buen momento para beber un trago de hidromiel, chocar dos vasos de cerveza y devorar un sustancioso asado. Aunque no solo de carne vivían los vikingos, su dieta también incluía grandes pescados como los salmones o incluso alguna que otra ballena que encontraban varada en los fiordos.
El Gran Salón de Kattegat, hogar de Ragnar Lothbrok y Ladgerda –y después de sus hijos–, es uno de los escenarios principales de la trama donde los guerreros toman importantes decisiones entre bailes, grandes bandejas de comida y brindis a Odín. Hasta los que mueren en batalla y van directos al Valhalla son recibidos con un buen festín. Por cierto, hay una cerveza danesa bautizada como el brindis vikingo: Skol!
Acaban de estrenar su tercera temporada, y aunque es cierto que los niños pijos del colegio Las Encinas no son mucho de entrar a la cocina ni para prepararse un sándwich –ellos son más de discoteca, donde se pasan la mitad de la serie–, uno de los protagonistas, Samuel, logra conquistar a una compañera preparándole sus macarrones caseros. El alumno de clase obrera, que se codea entre los jóvenes ricachones gracias a una beca, logra hacer match con la marquesita Carla con una sencilla pregunta: "¿Quieres macarrones?". Y, a pesar de ser recalentados, el chico triunfa y ella repite plato durante los capítulos de la segunda temporada. La frase, por cierto, se ha convertido en uno de los reclamos para la seducción que utilizan algunos adolescentes de la generación Z y los millennials.
De los creadores de The End of the F***ing World, estamos ante la nueva serie juvenil de moda. La joven Syd suma a los problemas de cualquier adolescente, como el amor no correspondido o las peleas con su madre, la reciente pérdida de su padre y una rareza que nada tiene que ver con la edad. Para no destriparte uno de los encantos del guión, regresamos a la gastronomía. Aunque Syd compra comida rápida para ella y su hermano pequeño, Liam, en una tienda del pueblo, en el capítulo 4 encontramos una receta digna del propio nombre de la serie.
Liam decide una noche –su madre está trabajando y siempre se encarga Syd– preparar la cena. Cocina su plato estrella: la lasaña loca de Liam. Toma nota de los ingredientes: macarrones con queso, sirope de arce, salsa para carne, jamón, maíz, margarina, canela, varitas de pescado, salsa de soja, mermelada de uva, galletas y los restos de un bote de la nevera. Pese a tener un aspecto deplorable, el sabor es "muy rico", según la propia protagonista. ¿Alguien se anima a prepararlo en casa?
La sencillez del café que la protagonista, Fleabag, abrió con su mejor amiga, Boo, choca con el drama y la confusión que se ocultan tras las cómicas anécdotas que salpican este guión. Pese a tener una característica bastante original –la temática de la decoración son las cobayas– está en la ruina y sin clientes. En el establecimiento se sirven desayunos, sándwiches, ensaladas, pasteles, chapatas y baguettes; o al menos eso vende el toldo de la entrada. En la primera temporada, se habla básicamente de sencillos sándwiches, pedidos para llevar, uno solo de tomate, otro de queso o de pollo. Si se quieren acompañar de alguna bebida, que sea vino, sin duda, la preferencia de la excéntrica protagonista.
Con toda la ilusión del mundo Aimee, la rubia insegura de sí misma que ha encontrado en la afilada e inteligente Maeve una amiga incondicional, le prepara una tarta con forma de cabeza de conejo bañada en cobertura rosa, en el episodio 3. Una apariencia fácil de conseguir a base de claras de huevo a punto de nieve, azúcar, mantequilla con textura pomada y colorante rosa. Sin embargo, en el trayecto en autobús hasta el colegio, un indeseable personaje se coloca detrás de ella y la convierte en protagonista de un suceso de acoso sexual. Con la tarta en la mano acabará acudiendo a comisaria a denunciar los hechos junto a su amiga. El capítulo es uno de los más relevantes de la segunda temporada, en el que lo que comienza siendo una suculenta tarta se convierte al final del día en un pastel deteriorado y cargado de simbolismo. Una lección adolescente sobre cómo manejar situaciones complejas.
El pollo asado que Otis prepara en la descontrolada fiesta que organiza en su casa, en el episodio 6 es uno de los momentos más hilarantes. Planifica una pequeña reunión en casa en la que cocinará un pollo asado para sus amigos, aunque su íntimo amigo Eric le advierte que eso no es guay. La avalancha de gente y el alcohol darán como resultado un pollo de madrugada que evidencia cómo se ha ido todo de madre.
El té de las cinco de Isabel II y la reina madre –legó a los 101 años–, el vermú de las ocho de Felipe de Edimburgo –a veces le acompaña la reina– o las copas del resto de los Windsor –a los royalties británicos les gusta el alcohol en razonables dosis– son más protagonistas en The Crown, la maravillosa serie británica de la BBC, que la comida o los banquetes. La razón puede estar en que la reina come para vivir, al revés que su marido, un amante de la buena mesa. Por eso, lo mejor para aproximarte a la tribu de los Windsor, es prepararte un té como Dios manda, con los sándwiches de pepinillo –puedes sustituirlos por los maravillosos de huevo de Rosa Tovar– una mermelada de naranja amarga y un té Earl Grey, en sus diferentes variedades.
Es una lástima la ausencia de comida en las tres temporadas que han salido, porque la longevidad de Isabel de Inglaterra y sus familiares, levanta enorme interés por su dieta. Lo que parece seguro es que no come alimentos con almidón –como el arroz– y le encanta el vermú de las ocho, además de acabar el día con una copa de champán. O eso dicen los diarios británicos. Quizá en estos momentos, cuando las circunstancias no permiten hacer deporte o andar, menos comida y más bebida antioxidante como el té, es una buena recomendación. La mermelada de naranja es una buena idea, porque es una fruta de la que disponemos en nuestro país todo el año. Puedes hacerla con facilidad para acompañar la larga tarde.
Come lo mismo que tu serie favorita II
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