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Como en tantos órdenes de la vida, la industria musical no está exenta de una desigualdad de género que parece distorsionar cualquier intento de lograr una equiparación justa. Para luchar por esa equidad, el 8 de marzo ofrece un excelente altavoz reivindicativo, que también puede acompañarse de música. Ofrecemos 20 canciones que, cada una en su época y momento, lucharon por el mismo ideal.
Por más que derecho propio, abre esta lista la auténtica "Madrina del rock and roll". Ni Bill Halley, ni Chuck Berry, ni Little Richard, ni Johnny Cash, ni Carl Perkins, ni Jerry Lee Lewis, ni siquiera Elvis. Si el rock lo inventó alguien, no fueron todos esos nombres sino Sister Rosetta Tharpe, como bien reconocían y reconocen cada uno de los anteriormente citados. Mujer, negra, cantante y de un primitivo sonido con base en el blues y en el gospel. Sí, fueron épocas duras para la pionera.
Pero después de ella vinieron muchas otras e igualmente revolucionaron su propia área de confort. Así que nada le negaremos a Patti Smith, base del punk nacido en Nueva York y espíritu libre, intelectual, iconoclasta, activista y rompedor. Podrían sonar muchas de sus canciones en esta lista, pero elegimos esta compuesta junto a su marido Fred Sonic Smith por el poder de la unión que transmite.
Y si estableciéramos una línea invisible entre aquellas históricas cantantes y las actuales, aún salvando inmensos saltos estilísticos, no podemos olvidar a la tejana Beyoncé, que en base a ritmos electrónicos y bailables incluía en su cuarto disco, llamado efectivamente 4, este himno como llamada agresiva al empoderamiento femenino.
Y entre aquellas y estas, siempre habrá grandes voces y algunas tan inolvidables que el día a día musical se antoja complicado desde que Aretha nos dejó en agosto de 2018. Era tan grande que transformaba lo que cantaba, como este Respect masculino, creado por Otis Redding, en todo un himno de autoconfianza y fortaleza.
El espíritu de rebeldía femenina adquirió a principios de los años 90 entidad de movimiento con la aparición de las riot grrrls junto a la nueva explosión punk underground. Grupos como Bikini Kill, comandados por Kathleen Hanna y convertidos en antorcha de la ola, ponían en primera línea asuntos como la violación, la violencia de género, la sexualidad, el racismo, el patriarcado o el empoderamiento femenino.
El trío formado por Corin Tucker, Carrie Brownstein y Janet Weiss nació a mediados de la década de los 90 y estaban influenciadas por, y a su vez influenciaron a, el movimiento riot grrrl. Y son innumerables sus canciones con temática femenina, así que optamos por esta Modern girl incluida en su séptimo disco, de nombre The Woods y publicado ya en 2005.
Otra canción compuesta en un principio desde un punto de vista masculino (creada por Robert Hazard) que se convierte en la voz de una nueva cantante en un himno feminista que aboga por la igualdad de género. Y que se convierte además en un éxito mundial en el disco de debut de la cantante, actriz y activista por los derechos del colectivo LGTBI Cyndi Lauper.
También el castellano ha cantado con voz fuerte pero cálida a temas como la violencia machista. La albaceteña Rozalén lo hacía en la apertura de su tercer disco, Cuando el río suena..., publicado en 2017 y que tenía en La puerta violeta el simbolismo del portazo a la violencia machista con el color del movimiento feminista.
Cantar a la libertad plena de las mujeres y a la no supeditación a los deseos ajenos no tuvo que ser fácil en épocas como los años 70. Pero una de las voces que más alzó su identidad feminista fue la murciana Mari Trini, con esta Yo no soy esa, incluida en su disco Escúchame de 1971, como mejor ejemplo de una personalidad ajena a las costumbres imperantes y que marcó toda una época.
También la inolvidable costarricense de corazón mexicano Chavela Vargas se enfrentó desde siempre con la figura y rol que sus conservadoras sociedades atribuían a la mujer. Su forma de vestir, su manera de cantar y su apego al tabaco y al alcohol no encajaban en la imagen sumisa esperada, pero no fue hasta principios de 2000 que reconociera abiertamente su lesbianismo. Su voz y dramatismo perdurarán siempre.
Hasta un anuncio de televisión con identificables tintes machistas sirve para dar lugar a una canción que trata de poner las cosas en su sitio. Él pensará lo que quiera, incluso que la mantendrá para siempre, pero la americana Mary Chapin Carpenter sabe responder desde la esperada liberación.
Seguramente It’s my party sea el mayor éxito de la neoyorquina Lesley Gore, pero esta desafiante y deliciosa You don’t own me casi le va a la zaga. Y ese poner en claro que una mujer es completamente libre sonaba casi hasta agresivo en pleno 1963 e interpretado por una cantante de 17 años. Perfecta reivindicación.
También un estupendo grito de autoidentificación es este que enarboló la buena de Joan Jett en su primer disco del mismo nombre, publicado en 1980 justo después de la separación de su anterior grupo, The Runaways. Y su aire contestatario le lleva a incluir una versión del You don’t own me que acabamos de describir en la voz de Lesley Gore.
Ya han sonado ejemplos de grupos en la onda riot grrrls en esta lista, pero hubo nombres en la explosión punk del cambio de década entre los 70 y los 80 que abonaron bien el terreno para ello. The Slits fueron una mítica banda femenina punk del Londres más explosivo (con la española Palmolive a la batería) que en su debut Cut, de 1979, hacían gala de pura ironía en este Typical girls.
Kathleen Hanna no solo fue la contestataria voz de Bikini Kill, sino que su activismo social y musical la llevó a participar en otros proyectos como este Le Tigre, de nuevo sustentando al movimiento feminista y a la comunidad LGTBI. Este Hot topic, incluido en su disco de debut, era un tributo a todos y todas esas artistas, escritoras, músicos y feministas que de una u otra manera les habían influído (unos cuantos nombres aparecen en esta playlist).
Estilo crudo, agresividad armónica, fiereza, feminismo, conciencia de lucha, todo ello y mucho más es parte de la carrera de una de las divas de la música más interesante de las últimas décadas, la señora Polly Jean Harvey. Cualquier canción de su segundo disco, Rid of me, publicado en 1993 y producido por Steve Albini, es representativa de lo dicho, pero nos quedamos con esta mordaz 50ft. Queenie.
Una de las voces más destacadas del pop americano de los últimos años, Janelle Monáe, une sus poderes en esta canción a los de Erykah Badu, otra que tal, para en su tercer disco, 'The Electric Lady', una obra centrada en el empoderamiento femenino, mezclar hip-hop, pop, funk, soul o rhythm & blues a golpe de baile y reflexión.
Electrónica, jazz y trip-hop en las voces de este dúo de origen cubano-francés que en esta canción parte de su disco 'Ash' de 2017, establecen la medida de cualquier sociedad según el trato que dispensan a sus mujeres. Las hermanas Lisa-Kainde y Naomi son hijas del percusionista cubano Miguel Angá Díaz y cantan en inglés, francés, español y yoruba, sin fronteras musicales o mentales.
El grupo colombiano Bomba Estéreo fusiona ritmos electrónicos con rock, reggae, rap, cumbia, bachata y cuanto sonido se preste a la mezcla más festiva. Y reivindicativa, por qué no, como este Soy yo, que parece un equivalente al A quién le importa berlanguiano.
Y si hemos comenzado con una clásica, terminamos con otra. Directamente relacionada con la lucha por los derechos civiles, Nina Simone también dignificó el papel de la mujer en un mundo controlado por hombres. La canción elegida es un clásico compuesto para un musical pero hecho casi más famoso al cantarlo Nina Simone para su disco 'I put a spell on you'. Cuestión de sentirse satisfecha consigo misma.
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