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Redondela

Unidos por los puentes

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Redondela fluye a través de sus puentes. Los hay que recuerdan a Eiffel en los viaductos de Madrid o Pontevedra, pero el máximo impacto lo tendremos al atravesar el de Rande. El coloso llega a tocar las orillas de la localidad de Moaña después de dejar atrás Redondela y surcar la mágica río de Vigo a una altura de más de 100 metros. Esta construcción atirantada de proporciones sorprendentes defiende un entorno natural único. La protegida y salvaje ría se decora con la isla de San Simón que preside la ensenada, a la vez que arenales dorados como el de Cesantes funden su alma con la sal. La Naturaleza admira la altura de Rande que se lleva la atención de todas las miradas. Quizás, desde la sierra Penide, uno de los mejores bancos del mundo nos regale la mejor mirada desde su cumbre. Un merecido descanso después de descubrir una tierra con sabor a Historia en sus yacimientos arqueológicos. Ese sentir pasado también nos une a fiestas que tejen la tradición y la gastronomía con la diversión. En la del Choco se hace honor a este producto marino que se pesca en estas aguas: mientras que en la de Coca se exalta la victoria sobre un feroz dragón a través de danza, música y ornamentación floral. Redondela es la encrucijada que cada uno busca, es el cruce que nos llevará a la esencia de la ría.