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La llegada del otoño y sus lluvias hace que las setas vuelvan a conquistar las mesas más apegadas a la estacionalidad gastronómica. Los níscalos son unos de los hongos más populares y accesibles en España, por lo que es habitual que forme parte de los menús durante estos meses. Esta receta de níscalos al horno es una de las que más partido saca a ese gusto delicado a terruño, que hace que los paladares se inunden de sabor a monte.
Los níscalos son setas de una carne corpulenta y no demasiado refinada, pero con un sabor excelente, lo que aconseja un tratamiento prolongado para someter esa consistencia bronca. La cocción al horno es una de las más adecuadas y tradicionales, en la que suelen ir acompañados de ajo y perejil, que le van que ni pintados.
Cómo hacer níscalos al horno
Los níscalos son uno de los manjares más demandados durante el otoño. Foto: Xavier Torres-Bachetta
Preparación de Níscalos al horno
Encender el horno a 150º-160º C. Elegir setas pequeñas y bien consistentes, es decir, que resisten la presión suave de los dedos. Las más grandes pueden tener oquedades internas y ser blanduchas. Limpiar la tierra y restos con un cepillo, solo lavar los níscalos lo mínimo cuando tengan mucha arena. Quitarlas el pie y reservarlo para otro uso (una salsa, tortillas o revueltos).
Calentar a fuego suave una sartén untada de aceite y colocar las setas con el sombrero hacia arriba. Dejar que se ablanden unos 15 minutos, cuidando de que no se quemen.
Mientras tanto, freír un poco el ajo picado a fuego medio con el resto del aceite, sin que tome color. Reservar.
Pasar las setas a una fuente que pueda ir al horno y en la que queden dispuestas en una o dos capas. Salpimentar un poco. Rociar con el aceite con ajo. Meter en horno precalentado durante 20-25 minutos. Al salir del horno, espolvorear con el perejil picado. Servir bien calientes.