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Es una versión del queso feta con pan y aceite sofrito, pero con pasta, y se pueden usar cualquier tipo de tomate rico, es más, es mejor que sean de diferentes tamaños. Tomen nota de esta receta de pasta con queso feta y tomates asados.
Es el plato del momento. En realidad se basa en uno de origen griego, como el propio queso, de tomates asados con este queso en salmuera, al que se le suele añadir en la misma fuente pan con aceite para que se sofría en el horno junto a los demás ingredientes, pero servido en una variante con pasta en lugar de pan, lo que no está nada mal.
La redondez del plato depende de la calidad del queso feta, muy rico y cremoso, procedente de leche de cabra y oveja, y de la pasta, que conviene que sea con huecos o redondeces en donde se "refugia" la salsa y el queso, como orecchietti, lazos, rigattoni o coditos por ejemplo. La sal que se añada a los tomates estará en consonancia con el punto de la salmuera en la que se conserva el queso, para equilibrarlo.
Lo mejor es buscar tomates variados, cherry de pera en rama, raf pequeño, muchamiel, ibérico azulado, kumato, etcétera. Los cherry se dejan enteros y los demás se parten al medio, en cuartos u octavos.
Preparación de Pasta con queso feta y tomates asados
Las aceitunas también quedan bien en este plato. Foto: Agefotostock.
Encender el horno a 180 ºC.
Escurrir el queso de su salmuera y probar una esquina para comprobar el punto de sal. Colocarlo en el centro de una fuente de horno bonita y honda.
Desprender los cherry de sus ramas, lavar todos los tomates, dejar enteros los cherry, cortar al medio por el ecuador los medianos y en cuartos los más grandes.
Espolvorear de sal de acuerdo con el punto de salazón del queso, con 2 cucharadas de hojas de orégano y varias vueltas de molinillo de pimienta negra. Revolver los tomates y colocarlos alrededor del queso.
Rociar con 5 cucharadas de aceite de oliva.
Cuando el horno esté caliente, introducir la fuente en el horno y asar durante unos 35-40 minutos y hasta que el queso esté dorado por encima y los tomates tiernos y fundidos.
Mientras se asa el queso y los tomates, poner un puchero o cazo grande con 2,5 l de agua con sal. En cuanto hierva, echar la pasta y cocerla el tiempo que indique el fabricante, para que termine su cocción más o menos cuando esté el queso con sus tomates en su punto. Escurrir la pasta.
Echar la pasta sobre la fuente recién sacada del horno con el queso y los tomates. Repartir por encima el resto del aceite y revolver todo junto.
Servir de inmediato en platos calientes, con más aceite de oliva virgen extra para quien quiera regar su ración.
Nota
Si el queso estuviera muy salado, a veces la salmuera es muy
concentrada, se puede introducir el queso en agua fresca un rato para
desalarlo un poco.