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Juanjo López (La Tasquita de Enfrente) elige la zona de Chuecapara ir de cañas porque era su barrio y para él los bares que quedan allí son de referencia y forman parte de su trayectoria vital. Reivindica estos lugres porque, dice, “hemos tenido una buena cultura de bar que poco a poco se va perdiendo y no debemos permitirlo”. Sus recomendaciones son:
La primera parada la realizamos en la Taberna Ángel Sierra (Calle Gravina, 11) que nos hace viajar hasta 1917. A día de hoy, los vasos de vermú y las cañas se siguen lavando en el pocillo que hay en el mostrador de estaño. De tapa se toman las gildas, conservas y algunas otras enlatadas. Sacha asegura que “este bar esté todavía en activo es magia”.
Siguiendo por la calle Colón nos topamos con La Ardosa (Calle Colón, 13) que siglo y medio después sigue destacando, además de por su encanto, por su buen hacer gastronómico. La tortilla de Doña Concha, las morcillas de calidad de foie, lo canapés de oca con arándanos, de sardina ahumada o de gildas de langostino y de arenques marinados al Jerez o melva canutera de almadraba. Para Juanjo López, que siempre pide la tortilla y la morcilla, es un sitio “muy auténtico, con un público muy heterogéneo y muy divertido. Un sitio ideal para tomar cañas porque las tiran fenomenal”.
En la zona de Conde Duque, en la Calle de Amaniel, 25 se encuentra El Cangrejero, que fue fundado en 1932. Es el lugar favorito de Juanjo López para tomar latas, sobre todo de “berberechos y mejillones, que me vuelven loco”. El marisco sigue siendo la opción más recomendable, como antaño, donde las quisquillas y gambas se acompañaban con una cerveza.
Para terminar esta ruta tan castiza, nos tomamos la última El Quinto Vino (Calle de Hernani, 48) inaugurado en 1995. Esta taberna se ha ganado su fama por las croquetas caseras de jamón, la ensaladilla y el rabo de toro. Sus camareros tiran las cañas como solo un buen camarero castizo sabe hacer.
Sacha (Sacha), aunque también frecuentaba la zona de Chueca, ha elegido la calle Ponzano porque tiene varios lugares referente de la “caña bien tirada”, incluso recomienda uno de reciente apertura, “interesante por su propuesta de vinos”.
La siguiente parada la hacemos en El Doble (Calle Ponzano, 58). Un lugar que te llamará la atención por las fotos de personas de la farándula que han visitado este bar. Famoso por sus pinchos de tasca como las aceitunas, pimiento y anchoas que se suelen variar según los días. Además, a medida que aumenten las rondas los pinchos varían para no repetir jamás. Para Sacha es uno de los bares “donde mejor tiran la cerveza de Madrid”, es “el sitio del laterío por excelencia” y sobre todo, “el lugar para tomar el aperitivo perfecto con la caña perfecta”. Para Juanjo, “la ensaladilla está monumental y todas las tapas tienen vida”.
A pocos metros en la misma calle, vemos la Taberna Averías (Calle Ponzano, 16), el punto más moderno de la ruta. A pesar del poco tiempo que lleva abierta ya es un lugar de culto del vino. Sirven hasta 500 referencias que incluyen rarezas de dentro y fuera de España.
Las Bodegas Ricla en la Calle Cuchilleros, 6 es una taberna castizaque se mantiene igual que en sus orígenes. Sus tapas clásicas como callos, albóndigas, la cecina de león y las tapas clásicas cocinadas por su dueña completan la oferta gastronómica de esta taberna.
La Casa Rafa (Calle Naváez, 68) lleva sirviendo ensaladillas desde 1958 y hoy es un lugar distinguido por la calidad de sus productos. Se puede comer en mesa o degustar la carta en un ambiente más informal ya que dispone de una barra en la que probar su delicioso jamón ibérico, su ensaladilla rusa o el conocido salpicón de bogavante.
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