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Los uniformados porteros que atentamente te abren la puerta como si fueras una estrella del celuloide, los salones decorados como si la mismísima Sisi Emperatriz estuviera a punto de celebrar una fiesta… Nada de eso debe ser gratis, piensas automáticamente, está por encima de mis posibilidades. Y sigues andando hasta el bar de la esquina para tomar allí el aperitivo, aunque te apetecería probar la experiencia. “Da reparo. En nuestra cultura tenemos ese punto de incomodidad a la hora de entrar en un hotel porque piensas que no se come bien o que es sinónimo de caro, pero no es cierto. En nuestra barra hay raciones a partir de siete euros” dice Jesús Almagro, el conocido cocinero que hace solo unos meses se instaló en el hotel Palacio de Tepa (NH Collection) del barrio de las Letras en Madrid. Canseco es el nombre de la barra desde la que sirve tapas que saben a gloria, como la mazorca de foie y maíz frito, y Mesteño es el restaurante gastro.
Justo para romper esa barrera invisible que se interpone entre el hotel y la calle, un buen puñado de cuatro y cinco estrellas, 24 en total, van a hacerte una suculenta propuesta durante los 10 próximos días (entre el 15 y el 25 de septiembre): Tapa de autor con trago maridado entre cuatro y ocho euros. No suena mal.
Justo aquí, en Canseco, tomando un café tempranero con Almagro, arranca la ruta particular de Guía Repsol para probar en cuatro hoteles de lujo de qué va el Hotel Tapa Tour, una novedad en Madrid, que se celebró en abril en Barcelona también por primera vez.
Como no hay prejuicio que nos frene, no solo entramos al hotel como si viviéramos ahí desde siempre sino que nos metemos hasta el fondo de la cocina para ver cómo se preparan en directo las dos tapas. Una solidaria, cuyos beneficios se destinarán a la organización que cada chef decida, y otra a concurso. Croqueta melosa de jarrete de cerdo guisado a 85º, lacado y con un núcleo de puré de boniato y cúrcuma maridada con un cóctel Negroni Mesteño. “Nace a raíz de un plato emblemático, el jarrete lacado se convierte en croqueta a la que se introduce una salsa gelatinosa que se equilibra muy bien con el cóctel de cava con bitter, más amargo, para suavizar la potencia de la tapa” explica Jesús Almagro. Y otra dulce, el Spanish cava cóctel líquido y sólido. “De pequeño era muy goloso y uno de mis postres favoritos era el borracho. Partiendo de un cóctel de cava, se emborracha un bizcocho neutro con sirope de cava acentuado con naranja y un merengue italiano también de cava y un sorbete”. No suena mal.
Con solo un año de vida, las panorámicas vistas del Dear Hotel, en Gran Vía esquina con Plaza de España, dejan boquiabiertos a todos los que suben hasta el último piso, donde el lounge y restaurante Nice to meet you cuenta con Djs, cócteles y una carta trabajada.
La tapa solidaria consiste en rabo de toro al oporto con parmentier trufada. Nabo daikon, pepino inglés, zanahoria, sake, mirín y vinagre de arroz completan el guiso. La tapa que presentan a concurso es un prensado de foie con bonito, manzana y naranja, vinagreta rota de pasas y vainilla de Tahití, rocas de cabra, soubise y pan d'épices. Con el skyline de Madrid todo sabe mucho mejor.
El silencioso hotel Santo Mauro es la próxima parada. Nos espera su chef, Abel P. Cervantes en el jardín, después de atravesar los opulentos salones propios de un palacete parisino, con dos tapas concebidas para tomar alejados del ruido y el estrés. “Como estamos al final del verano, hemos preparado un ceviche de pez limón clásico, que es un pescado de temporada, con cilantro, cebolla roja y zumo de lima, naranja y pomelo, espuma de hierbas y cítricos y filamentos de togarashi. También tenemos un bao tipo sándwich, tostado en plancha, con presa ibérica marinada en salsa de ostras, jengibre y cebolla encurtidos y una salsa de mostaza. Ambas están pensadas acorde al entorno del jardín”. Un guiño a esos platos que se popularizan y se integran en cientos de cartas hasta que una nueva moda les desbanque.
El Wellington, uno de los hoteles con más solera de la capital cierra el mini tour, que cada uno puede construir a su antojo o dejarse llevar por alguna de las ocho rutas ya establecidas. Después de subir al huerto de la terraza, que se ha convertido en una de las atracciones del hotel, bajamos al patio interior, donde cualquiera diría que estamos en una de las zonas con más trasiego del barrio de Salamanca, a un paso del parque del Retiro.
Discreto y enorme. Difícil que nadie te encuentre aquí. Dani Carmona, quien junto a Laura de Dios y Gabriel Benítez, del restaurante Las Raíces, han ideado las tapas, nos cuenta que “buscábamos algo sencillo de aperitivo en donde estuvieran presentes las verduras de nuestro huerto. Por eso la cazuela de berenjena y tomate confitado con queso Finca Pascualete, un queso de oveja potente que se equilibra con la dulzura de las verduras. Y como alternativa, el fideo tostado a la soja que emula una fideua con pimiento de padrón y ajo negro”.
Puede que las tapas te gusten más o menos, pero el Hotel Tapa Tour es una excusa perfecta para entrar en hoteles de lujo y quitarte de encima la prevención a cruzar el umbral. Puedes pasearte por los salones, cotillear los cuartos de baño y hasta cruzarte con algún famoso en busca de privacidad. Igual hasta te enganchas y acabas saludando al portero por su nombre de pila.
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