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Croquetas de jamón cremosas, ensaladilla rusa, tortilla de patatas en su punto, callos melosos… Aunque las terrazas regresan al paisaje urbano, durante el confinamiento el virus se ha llevado por delante el deporte nacional: el tapeo. Por eso los taberneros madrileños se han puesto manos a la obra para que cada uno se monte su particular barra en casa. Un servicio que parece que ha llegado para quedarse. Tascas ilustres como 'La Catapa', 'Arzábal', 'Santerra', 'La Tajada' y otras ya reparten jugosas viandas a domicilio (y también para recoger en los locales).
Claro que este delivery poco o nada tiene que ver con lo que se estilaba en el sector. "A ver, es que no tiene comparación comerse un steak tartar de vaca vieja rubia gallega bien elaborado que uno normal", alega el chef Miguel Carretero, de 'Santerra'. "Lo estamos llamando delivery, pero es más parecido a un servicio de cóctel o catering. Esto es otra cosa. Lo único que falta aquí es la sala, pero el producto y la preparación son de primera calidad", remacha Iván Morales, de 'Arzábal'.
Se están cuidando mucho los detalles, pues para algunos existe el peligro de caer en las prisas y dar un servicio que no esté acorde con la categoría del local. Miguel Ángel Jiménez, de 'La Catapa', un chef muy querido por los vecinos de Retiro, trata de que así sea: "Yo cuido mucho a mi clientela, siempre lo he hecho y ahora pues tampoco quiero perder eso a pesar de las circunstancias".
Su barra los fines de semana siempre ha sido un frenesí de bocas hambrientas en busca de los sabores de siempre hechos con fundamento. Miguel Ángel recita de memoria, casi como si estuviera delante de un cliente: "Salen muy ricas las flores de alcachofa confitadas, la ensaladilla rusa con escabeche casero de caballa, el rabo de toro, el salmorejo, los callos, las croquetas de patata y trufa…". Y también un menú (50 euros) para dos personas que cambia cada semana.
Además, el cocinero también prepara guisos envasados al vacío "que aguantan perfectamente una semana por si te lo quieres comer más adelante. Se regenera fácil. Las carrilleras, por ejemplo, las pones con la misma bolsa de vacío en una olla con agua hirviendo, lo tapas, lo dejas cinco minutos y listo", comenta. Hay también muchas opciones sin gluten y sin lactosa, y carta de vinos. Reparten en Madrid ciudad pedidos a partir de 40 euros: portes 5,50 euros (IVA incluido) hasta M-30 y 7,50 euros entre M-30 y M-40. Se recomienda reservar el día anterior.
La maquinaria de estos dos hosteleros incansables, Álvaro Castellanos e Iván Morales, toma velocidad según se normaliza la situación. Su niña mimada, la taberna 'Arzábal' (1 Sol Guía Repsol), es otro vecino insigne de la zona de tapeo del Retiro. Así, 'Arzábal' en casa ya es otra pata del negocio gestionada con una web propia y que en breve dispondrá de una tienda para adquirir productos semipreparados para rematar en casa (es decir, platos que requieren de cocciones largas en hornos, etcétera) y que con las indicaciones precisas "queden igual que en la taberna".
Llevan más de seis semanas acercando a los domicilios los hits de la casa en una oferta adaptada. "Hacemos mucho hincapié en el producto y en la elaboración para que la gente vea que se hace todo al momento", explica Iván Castellanos. Tratan de aproximarse lo más posible a su esencia y para ello ya tienen a siete personas trajinando con guantes azules y mascarillas en la cocina para sacar las croquetas, las lentejas con carabinero, un pollo coquelet sobre puré de patata parmentier...
"La gente quiere seguir comiendo rico tras este tiempo confinados", dice Iván, y lo demuestran dejando el teléfono al rojo vivo cada día o recogiendo los encargos en la puerta del local. Y no solo clientes habituales sino personas que en su hora de paseo pasan frente al bar y de repente sienten el gusanillo. Además, tienen tres menús (45, 59 y 90 euros) incluso uno de ellos con champagne. Su radio de acción abarca la M-30 y algunos barrios como Las Tablas, Barajas o La Moraleja.
Iván Sáez, chef de 'La Tajada' y 'Dsncj Bistró' (1 Sol Guía Repsol), su enseña más refinada, lleva tres semanas con el delantal y las sartenes y pucheros humeando para que aquellos que se acostumbraron a sus manjares vuelvan al redil. Para ello pone a disposición una carta de 35 platos e incluso un menú del día (de lunes a viernes, por 14 euros). Sus claves han sido: organización y muchas ganas.
"Hemos tenido que invertir en esto y aprender sobre la marcha. Sobre todo preparar una carta que aguante el viaje, muy de compartir", señala Iván. Las especialidades de su espacio más tabernero, 'La Tajada', alitas de pollo deshuesadas con salsa de chile dulce, tortilla de patatas o arroces se combinan con algunas incorporaciones de 'Dsncj' (raviolis de ciervo, paté en crôute…).
Llevan solo tres semanas con el invento apañándose entre tres personas y al principio fue una locura. "Pues sí, locura total con pedidazos de 250 euros y envíos incluso hasta Alcalá de Henares", recuerda Iván. En tiempo récord se han organizado para acercar su cocina. "Tenemos varios sistemas, uno es que el cliente puede venir a recoger, otro con la mensajería o también dependiendo de la lejanía con un taxi. Si nos pide un cliente de Torrelodones, por ejemplo, se suma el porte, eso hay que entenderlo, estamos dando el arroz de carabineros a 15 euros. Son precios muy ajustados".
¿Cuánto se tarda en freír una ración de croquetas? Unos minutos. Es el último paso, lo más fácil de un plato que tiene su curro. Por eso, si hablamos de las que bolean en 'Santerra' (Recomendado por Guía Repsol) puede que merezca la pena invertir un tiempo en casa y zampárselas recién hechas. El autor de la magna obra, el cocinero Miguel Carretero (Premio Madrid Fusión 2018 a la mejor croqueta de jamón del mundo), facilita las instrucciones para que el plato quede como en su restaurante o casi. Aunque también se pueden pedir ya fritas.
Claro que en 'Santerra' comer de raciones es otra cosa: lubina de estero; espárragos de Navarra con holandesa de anguila ahumada, piñones y café; steak tartar de rubia gallega con un toque de whisky y perifollo, etcétera. "Con el delivery estamos acostumbrados a otro tipo de comida, pero lo que hacemos nosotros es cocina de producto", indica Miguel.
Los detalles, una vez más, marcan la diferencia. A la materia prima exquisita y la elaboración se unen packaging eco y una carta que va rotando al compás de la temporada, aunque el público suele rendirse a los platos más famosos: la tarta de queso, los torreznos... Unos manjares que hoy llegan a unos 9 kilómetros del restaurante, aunque en breve esperan agrandar su círculo de reparto.
El emperador de la cocina vegetal, Rodrigo de la Calle, se afianza con su proyecto más informal de comida a domicilio y abre su segunda sucursal en Majadahonda. Verdelivery empezó en Madrid en pleno confinamiento y funcionó tan bien que al final también se convirtió en una taberna, 'Barbecho'. Tapas, platos vegetales, arroces, carnes y postres con el sello del chef de 'El Invernadero' (2 Soles Guía Repsol) que rotarán al compás del calendario.
En la capital abarcan la zona interior de la M30 y en Majadahonda esperan ampliar más allá de Pozuelo, Boadilla del Monte y demás poblaciones. No hay pedido mínimo. Funcionan a través de Deliveroo. Los envases son biodegradables e incluso los cubiertos y las servilletas están elaborados con maíz. Para beber, vinos, cervezas, refrescos y bebidas fermentadas de elaboración propia.
El servicio de comida a domicilio la familia 'La Ancha' arrima a los hogares madrileños el famoso filete empanado y otros platos estrella de sus restaurantes ('La Ancha', Las Tortillas de Gabino), y Fismuler [Recomendado por Guía Repsol]). Armando es una marca creada única y exclusivamente para el servicio de comida a domicilio. Por eso, la oferta es propia, aunque también incluya un recorrido por la gastronomía de esta saga familiar.
Así, se pueden solicitar, además del filetón, algunas tortillas de patata que se hacen en 'Las Tortillas de Gabino', como la velazqueña, la trufada y la guisada con callos. También otros clásicos como la ensalada de cangrejos de río, las croquetas de jamón y postres como el tocino de cielo o la tarta de queso de 'Fismuler'. Los pedidos se realizan a través de la web. Funciona por códigos postales dentro de Madrid capital. Plataforma Stuart.
Son tantos los bares que se han sumado al reparto a domicilio que resulta injusto dejar a muchos fuera de la lista. Las redes sociales quizá son la mejor manera de seguir la actualidad de los restaurantes. Ahí, en la gran red virtual, se pueden encontrar otras pistas del tapeo como 'Docamar', templo de las patatas bravas que incluso envían su salsa secreta a domicilio; 'Casa Dani', con sus famosas tortillas de patatas; 'Colósimo', otro referente de las tortillas que ahora ha aumentado su oferta y suma platos como un tartar de atún rojo aliñado o una terrina de cochinillo confitado. Y hay más: 'Bar La Gloria', 'Taberna Laredo' (Recomendado por Guía Repsol), 'Lúa' (2 Soles Guía Repsol)… La revolución delivery acaba de empezar.