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Si preguntas por Beatriz Sotelo búscala en la vieja estación de ferrocarril de Cambre, en A Coruña. Por allí ya no pasan trenes pero, gracias a su empeño, sigue siendo un lugar desde el que es posible partir de viaje. Eso sí, a través de los sabores. Allí está 'A Estación', un espacio gastronómico que ocupa lo que algún día fueran la cantina y unos almacenes; un reconocido restaurante de alma local, sensible y actual, que comanda junto a Xoán Crujeiras.
Su cocina se mueve entre el producto y el sentimiento, con materia prima de temporada, proximidad, ecológica y de pequeños productores. Una carta que rota y en la que se pueden encontrar platos del perfil de un rape asado con arroz cremoso de berberechos y emulsión de ajo-limón o cochinillo confitado y crocante, patata tatín, chutney de melocotón y salsa de asado.
Juega al fútbol –porque, aun siendo veterana, "a ilusión no me gana nadie"– y recorre Galicia con un autobús para el programa 'Gastrópodos' de la televisión local, descubriendo sus productos, restaurantes y retando a duelo a cocineros locales. Le entusiasman los callos y la tortilla de su suegra y se relame recordando aquella hamburguesa campesina del Frankfurt de Santiago, "hecha con cariño, como en casa", que Marcelo Tejedor iba a buscar cuando acababa el turno de los sábados y sonaba la canción Moliendo café. Es una lástima que el diminuto 'Frankfurt' haya cerrado, sin embargo, hay otros tantos locales que Beatriz recomienda:
"Es un restaurante marinero con muy buen marisco en la playa de Beluso". Beatriz trabajó allí cuando tenía 17 o 18 años y para ella "siempre es una referencia". Un negocio centenario dirigido hoy por la cuarta generación familiar frente al puerto pesquero de esta localidad costera pontevedresa.
Es el típico chiringuito que hay en la bajada a la playa, en este caso en la de Aguete, donde Beatriz se compraba los helados de pequeña. "Los años han pasado y ahora suelo ir a tomar el vermú con unas tapas. A pie de playa y con una parra llena de uvas". ¡Momentazo!
"Me gusta muchísimo ir a comer la carne a este restaurante de Carballo. Son tan agradables ¡que han llegado a esperar a que yo acabara el servicio para atendernos!". Restaurante de costura tradicional con la mejor materia prima, carnes seleccionadas y jornadas gastronómicas. "Siempre buscamos un huequito para ir a comer buey".
Es el restaurante de Iñaki Bretal, un buen amigo y "un cocinero como la copa de un pino". Se encuentra en una plaza de la parte vieja de Pontevedra y en él practica una cocina de tono personal donde trabaja con productos de proximidad. "Va a la lonja todos los días. ¡Me encanta este hombre!".
Guarda un gran recuerdo de este restaurante de Xinzo, que descubrió gracias al programa de televisión en el que ha participado durante dos temporadas. "Es un pueblo ¡tan pueblo! y su cocina ¡tan mimada!". Langrina –que en gallego es el hambre que te da antes de comer– ofrece una "comida de diez con producto de la tierra y de temporada, un menú muy económico y buen servicio. Espectacular, me encantó".
Nota de la Redacción: El pasado 11 de marzo, Juan Crujeiras y Beatriz Sotelo anunciaron el cierre de A Estación de Cambres para emprender proyectos diferentes. Sotelo, por el momento, no tiene en mente abrir ningún restaurante.