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No ha pisado una escuela profesional de cocina y con humildad reconoce que tampoco lo ha necesitado. El interés por el delantal le vino casi inoculado de sus abuelas quienes, con tenacidad y sin descanso, organizaban el menú familiar cada día. Así que, en 1984, Susi Díaz y su marido, José María García, compraron una antigua casa rural en Elche con la firme convicción de edificar un proyecto familiar con visión de futuro.
"Viajé mucho, tomé notas, leí y empecé a preguntarme el porqué de muchas cosas", cuenta Susi, y solo entonces, con las ideas claras y los conceptos definidos, franqueó la frontera entre sala y cocina para abotonarse la chaquetilla y nunca más quitársela.
Ella, José María y sus hijos, Chema e Irene, han construido en 'La Finca' un "clan" de trabajo que funciona casi como un reloj suizo, pero con el amor que solo inyectan quienes convierten un oficio en un estilo de vida. Y en el suyo no faltan los sabores de su Elche natal, convertidos en platos coloridos y de manufactura impecable como la gamba al vapor con crujiente de wakame, la sepieta con crema de arroz negro o la alcachofa con gamba roja.
Productos autóctonos de gran calidad son la impronta de su local de la carretera de La Perleta; también lo que salta a la vista en los restaurantes que visita cuando viaja a Madrid, Ourense o Barcelona.
Abrió en Elche en 1964 con Ramón Martínez, quien decidió crear una barra auténticamente andaluza con tapas y montaditos. Un concepto que aún se mantiene y amplía con arroces, pescados y mariscos del Mediterráneo. "Es uno de mis sitios favoritos por su cocina de producto y un trato exquisito".
En el barrio de Salamanca están 'Punto MX' –epicentro de la propuesta de Roberto Ruiz que nació bajo el eslogan "no nachos, no Maná"– y en El Corte Inglés de la calle Serrano su modelo más informal, con música a todo volumen y una barra vigorosa. Allí encontraremos "buena cocina mexicana y unas margaritas estupendas. Ideales para entrar en calor".
"No voy a hacer ningún descubrimiento", advierte, porque la propuesta de los Adrià "sigue siendo magnífica año tras año". En 'Tickets' priman el ambiente desenfadado y una carta que pone la lupa sobre platos con guiños divertidos y mucha personalidad. Es el caso de los air baguette de jamón ibérico o la ostra con zumo de melón.
Corría el año 1972 cuando Asunción López y su hijo Ángel fundaron el 'Hostal Restaurante La Viuda', que marcó el inicio de lo que es hoy: un edificio de tres pisos "con una cocina gallega magnífica" encabezada por pescados y guisos. ¿La recomendación de Susi? "Nadie se lo puede perder".