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Sorprendemos a Guti Moreno en la cocina de ‘Tupío’ (1 Sol Guía Repsol) con la música a todo volumen y entregado a las comandas que le llegan del desayuno. Porque Guti lleva toda la parte gastronómica de 'Finca La Desa' y, además de idear todo el concepto, si llega pronto al complejo no le da pereza ponerse con los desayunos, los menús del día del restaurante, centrarse en el de degustación del espacio ‘Tupío’ o recoger verduras del huerto. No para y esa energía la transmite al resto del equipo que le sigue el ritmo con pasión.
Disfrutando del sorrentino de pichón al Jerez y trufa que hace Guti en ‘Tupío’. Foto: Hugo Palotto
Guti apaga la música, sonríe y se aparta de los fogones para hablar de sus sitios favoritos en la zona, incluidos algunos en su pueblo, Miajadas, que está ubicado en un lugar estratégico relativamente cerca de Cáceres, Plasencia, Trujillo o Mérida. Aunque el jefe de cocina se centra en el triángulo en el que se mueve habitualmente por sus circunstancias actuales: Cáceres, Plasencia y su pueblo.
Arranca con un lugar muy especial para desayunar: Zeri’s (Solete). Especifica, eso sí, que se refiere al antiguo, no al nuevo. “Ahí me suelo pedir alguna tostada con aguacate; y siempre, el café. Porque es de los primeros sitios en Cáceres que empezaron a hacer café de tueste natural saltándose la norma de preparar un café rápido”, asegura poniendo en valor ese tiempo extra que exige esta bebida. “No es un sitio para ir a tomar un café rápido, es un sitio para ir a disfrutar del café. Porque está muy bien hecho.
Además, según explica el cacereño, “tienen muy buenos desayunos con el tema bizcochos o tartas, pero también tostadas bien hechas con buen producto”. Para Guti, el local se sale de la norma y además admira la irreverencia de los dueños, que tienen su propia forma de no sucumbir a las normas sociales impuestas por la vieja hostelería: más informales con la ropa, quizás, pero se trata de “gente joven que hacen muy bien las cosas”.
Con terraza y en la Plaza Mayor de Cáceres, casi solo por esta ubicación merece la pena sentarse a tomarse el aperitivo o a disfrutar de algunas de sus tapas, que tiene muchas y muy variadas. Para Guti, es un buen sitio para pararse a tomarse un vinito. “Yo no soy de cervezas”, reconoce el cocinero.
“El bar lo llevaban dos hermanos argentinos, que se separaron (profesionalmente) porque el pequeño quería montar un restaurante”, explica el cocinero extremeño sobre los dueños de los que se considera muy buen amigo. Un motivo perfecto para pararse a tomar un vino.
Siguiendo con los hermanos argentinos, el que salió de 'La Tapería', se independizó abriendo su propio restaurante, 'La Morocha' (Solete), en el centro de Cáceres. Aquí se aprovecha el producto local para fusionar las cocinas argentinas y española. Guti cuando acude a visitar a su amigo, ya sea a comer o a cenar, apuesta por sus carnes.
Pese a que en el bar 'La Traviata', uno puede pasarse a tomar un cafecito por la tarde y disfrutar de sus dulces caseros, Guti lo recomienda para las primeras copas o licores de la noche. Se trata de un sitio icónico en la ciudad y su decoración ecléctica divida en diferentes espacios no deja indiferente a los clientes primerizos. “Para mí está muy bien para alternar”, asegura Guti para reírse después y reconocer que lleva mucho tiempo sin salir por las noches de fiesta.
Plasencia, ciudad en la que vive la pareja de Guti, se ha convertido en un destino fijo semanal cada vez que libra. El chef recomienda ‘Bari’ para ir a tomarse algo en su terreza enclavada en un marco incomparable. “Es un bar normal, pero está en un sitio muy bonito: la plazoleta de Plasencia, enfrente del Parador”, subraya Guti.
“Lo lleva un chavalito que le pone mucho empeño y que, sin ser hostelero ni camarero ni cocinero, tenía la ilusión de montar un bar, se metió y le va súper bien. Se lo curra muchísimo”, asegura el cocinero, que cuando va allí puede seleccionar entre una amplia variedad de platos. Casi una locura.
“Tiene una carta tan variada, desde gyozas, patatas bravas, solomillo, que está muy rico, productos ibéricos… Su oferta gastronómica es amplia pero en realidad es un sitio para tomarte un vino, estar a gusto, tranquilo, relajado y que, además, te traten bien”. No se puede pedir mucho más.
El chef cacereño cuenta una anécdota curiosa sobre la historia que le une a 'Succo' (Recomendado Guía Repsol): “Entramos un día por descarte, porque en Plasencia los domingos por la noche no hay nada abierto. Y nos gustó mucho. Cenamos bien y nos atendieron muy bien. Y ahora se ha convertido en el sitio del domingo por la noche”.
“Normalmente, lo que siempre suelo pedir son unos espárragos blancos en tempura que tienen buenísimos, el calamar de potera, que lo hacen bastante rico, o unos mejillones con guacamole”, enumera Guti sus favoritos de la carta. Y añade contundente: “Jamón lo tienen bastante bueno. Te puedes comer un plato de jamón rico de verdad y a un precio bastante razonable. No te sientes estafado”. Sonríe.
En su pueblo, Miajadas, y donde ahora vive la mayor parte del tiempo por el trabajo, el chef va a comer o cenar, cuando tiene tiempo, a un lugar emblemático de su niñez: 'La Palmera'. “Es una cocina muy tradicional donde sobre todo hay menú del día”, explica el Guti de una esta casa de comidas que lleva abierta desde que tiene memoria, de uno de sus mejores amigos, porque es el lugar en el que se ha criado: “Vivía justo enfrente”.
“Mis padres iban allí. Lo típico que iban el viernes por la noche o el sábado iba a alternar y allí nos juntábamos todos los hijos de los amigos de mis padres. Y es una casa amiga. La casa donde nos hemos criado”.
También en Miajadas, Guti elige un restaurante, ‘El Valenciano’, que invita a apostar por sus fuera de carta. “Suelen trabajar los berberechos, las almejas, los mejillones… Es de los pocos sitios de por aquí cerca que sirve algo así. Y lo hacen bastante correcto”, sentencia Guti para hablar de su último recomendado.
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