Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
José Carlos García practica una cocina de creatividad, técnica ycon producto local. Dice el chef que el 90 % de su propuesta es de su tierra y el otro 10 % fruto de los viajes. Así disfruta, dándole la vuelta al recetario andaluz, sobre todo con un plato: el ajoblanco malagueño, del que ya ha hecho más de 35 versiones. La última con ¡plata y esferas de mango! En el restaurante que lleva su nombre (2 Soles Repsol y una estrella Michelin), en el Muelle 1 del Puerto de Málaga, García perpetúa la pasión de su familia por la gastronomía.
Además, tras una reforma, ha reabierto el mítico 'Café de París', el negocio que su padre inauguró hace casi 40 años y donde José Carlos dio sus primeros pasos como cocinero. "Lo hemos adaptado para tener una segunda línea. No todo el mundo quiere venir a un restaurante gastronómico. Aquí tenemos una versión muy chula con platos antiguos del 'Café de París'o adaptaciones más informales de lo que tenemos en el restaurante 'JCG'", cuenta García.
A José Carlos le obsesiona su oficio. De hecho, cualquier cliente que quiera vivir la propuesta de su luminoso y moderno local debe entrar por la zona de fogones. Sin embargo, se resiste a denominar lo suyo como alta cocina. "Para mí unas lentejas o caldo de puchero son alta cocina. Tú te comes un puchero como el que hacía mi madre con la gallina de verdad, con el hueso añejo de verdad y alucinas", asegura José.
Lo que más le inspira en su rutina es ver feliz a su equipo y también la visita diaria al mercado. "Tratamos de tener cercanía con los productores, respetar el medio ambiente y las artes tradicionales", revela el cocinero. Y en cuanto tiene un momento libre cuelga el delantal y deja que otros mimen su paladar. "Voy con mi familia y también con una pandilla de amigos de la infancia. Nos reunimos tres veces al año y tenemos una lista de locales para visitar".
En sus escapadas tiene una manía que no puede reprimir. "Lo primero que hago es ver físicamente la cocina, me da igual como esté, y conocer al chef, hablar con él. Quiero ver quién arma el tinglado", señala García. "Me gusta el trato normal, nada de reverencias, sentir que has llegado a una casa de comidas. En este sentido no soy aventurero y suelo ir con recomendación garantizada, sea barato o caro".
"Lo hacen extraordinariamente bien. Respetan la materia prima, pura devoción al producto. Es muy familiar, te tratan bien. El que más me gusta es el local de la plaza de toros. Sacan un arrocito espectacular y una ensaladilla rusa, típica de aquí, que no sé cómo la hacen, pero está brutal”.
"A mis hijos les encanta. Es una versión de 'Kabuki' un poco más light. Han abierto hace ocho meses y hacen esa cocina japo- española. Es muy divertido y solemos pedir las vieiras con sobrasada o los niguiris de pez mantequilla y huevo frito".
"Aquí te pegas de leches para hacerte un hueco. Está llena de guiris siempre, pero tiene un profesional en la barra, Antonio Moreno, que encima es cocinero. Te hace unas alcachofas con jamón y virutas de cebolla que están buenísimas. Él tiene un encanto especial con la gente. Yo lo recomiendo a todos los que vienen a Málaga".
"Cuando quiero algo más formal vengo aquí. Me encantan los coches y hacer rutas. En una de esas salidas suelo acercarme. Está a una hora de Málaga. No llega al lujo, pero está muy cuidado todo. Lo llevan los hermanos Pedraza. Tienen mucho contacto con la pesquera de Motril y tienen un pescado espectacular: gallinetas, cabracho… pescado que sabe a pescado. La costa de Granada da un producto extraordinario. Yo suelo pedir las quisquillas en papillote. Tremendo plato. Cuando se abre el papillote el aroma es bestial".
"Aquí nos ponemos los zapatos de los domingos. Le tengo especial cariño. Este señor es alemán, lleva muchos años aquí. Es un intermedio entre la cocina que me enseñó mi padre y la que yo practico. Finura y puesta en escena. Disfruto del servicio de sala y la cocina. Desde un Villagodio a un Strogonoff o un solomillo Wellington. Un clásico".
En general... ¿cómo valorarías la web de Guía Repsol?
Dinos qué opinas para poder mejorar tu experiencia
¡Gracias por tu ayuda!
La tendremos en cuenta para hacer de Guía Repsol un lugar por el que querrás brindar. ¡Chin, chin!