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Una mañana de diciembre todo es trajín en ‘Dulces El Beato’. Llega materia prima, salen pedidos continuamente y en el obrador no para la producción, que en estas fechas se organiza en dos turnos. De toda esa vorágine sale Carlos París, dueño de la fábrica, repostero y uno de los protagonistas de las Navidades en Soria desde que en 2021 tuvo la idea de mezclar chocolate con torrezno y a la gente le gustó. “Cuánto más estrambótico es algo más te llama la atención, pero el reto es además conseguir que eso esté bueno”, reflexiona desde su pequeña nave en El Burgo de Osma.
“Polvorrezno”, “Tetillas de canela”, “Torrezno rocks” se lee, como una suerte de calendario de andar por casa, en la pizarra colgada a la entrada de la nave. El equipo lleva trabajando aquí 12 años, mucho antes de que el torrezno catapultara la marca y simplemente se centraban en “hacer cosas sencillas y bien, artesanas y en el anonimato”. Pero en el verano de 2021, París se presentó en la calle Mayor del Burgo, su pueblo, con unas tabletas de chocorrezno. “A gente conocida y desconocida les dije: ‘prueba esto que he hecho nuevo’, como una cata a ciegas”, recuerda. Cuenta que le dijeron que estaba bueno, que entonces se atrevió con 50 tabletas en las tiendas de El Burgo y el sábado ya estaban todas vendidas.
En ese momento empezó la locura: tras el chocorrezno blanco, con leche y negro, se sucedieron, año a año, una serie de dulces que cada Navidad ponen en el mapa la provincia y que, en pocos días, llevará a mudarse a parte del equipo a otro edificio también en El Burgo de Osma: “Justo después de Reyes nos vamos la mitad a la nave de enfrente”. Desde unos almacenes de materia prima en los que no cabe una caja más, París cuenta que planea dedicar el espacio nuevo íntegramente al chocolate y dejar el actual solo para su elaboración tradicional de repostería.
Antes de acceder a la zona propia de elaboración, Carlos París, cuenta en pocas palabras la historia de ‘El Beato': desde la década de los 60 su padre tuvo un obrador en el centro de El Burgo de Osma, un oficio que ya empezó su abuela, panadera en un Almonacid de la Cuba, un pequeño pueblo de Zaragoza. Ahora es Andrea, la hija de Carlos, quien se encarga de las tareas más relacionadas con la gestión de la empresa mientras su padre trabaja en el horno.
Tampoco para el trasiego en el obrador. Maite y Joel están ultimando los polvorreznos, espolvoreando sobre ellos azúcar glas y colocándolos en los alveolos para la venta. “Antes de esto se ha hecho la mezcla con la harina especial, la manteca y el torrezno, se le ha dado forma y se ha horneado”, explica Maite, concentrada en su tarea. Los más veteranos sacan las pastas de té -hoy de chocolate- del gran horno, otros charlan a la vez que empaquetan decenas y decenas de dulces navideños: “Vas a alucinar”, se lee en los bordes de las cajas apiladas. Mientras, en una sala contigua, se encuentra la máquina donde, efectivamente, se mezcla las migas de torrezno con el chocolate. Aquí es donde se prepara el dulce inventado para las fiestas de este 2024: las torrezno rocks.
Las navidades pasadas, el polvorrezno, esa combinación de torrezno y polvorón de almendra, caló entre clientes y curiosos así que, además de continuar elaborándolo este año, han seguido innovando con las torrezno rocks. “Es la mezcla de tres ingredientes: pailleté, una galleta de técnica francesa que elaboramos nosotros mismos de apenas 1 milímetro de grosor rota en virutas, torrezno también en virutas y el chocolate que les une”, así describe París un dulce que planean fabricar durante todo el año. Con un 23% de torrezno las de chocolate negro, y un 18% las de blanco, se trata del dulce que más torrezno incorpora de toda la propuesta.
Existe un proceso detrás de ese toque salado y punto extra de crujiente que tienen los dulces de 'El Beato'. Carlos París saca la panceta de las cajas un rato antes para que pierdan tensión y poder lonchearlas bien. “Cortamos el torrezno en tiras muy finitas, las ponemos en un bandeja a hornear con papel absorbente”, explica París, que por cada kilo de torrezno, saca unos 350 gramos de carne y corteza crujiente. “Eso es lo rompemos en viruta, desmenuzamos e incorporamos a nuestros dulces”, detalla el repostero, que usa torrezno para conseguir la textura y torrezno de Soria para darles el sabor.
Además de la producción de sus dulces -con torreznos y sin ellos- cuesta encontrar un hueco en la agenda de 'El Beato' en diciembre, ya que atender a los medios de comunicación es otra de las tareas principales del repostero en estas fechas. Aunque procuran trabajar como siempre, la comunicación y el diseño tienen un peso importante en la empresa: “Antes de terminar las navidades del año pasado ya teníamos en mente las torrezno rocks, y ahora tenemos pensada la locura de las de 2025, pero hasta septiembre no la podemos contar”, deja caer, sembrando en algunos la curiosidad.
Pero no solo del dulce con torrezno vive la fábrica de 'El Burgo'. Es algo habitual en Soria: entras a cualquier bar, pides un café y, cuando te fijas en el envoltorio de la galletita de cortesía, ahí está: “Dulces El Beato”. La silueta del caballo que los sorianos adoptaron como símbolo tras el hallazgo de una figura de bronce en las ruinas de Numancia está registrada aquí en el mundo del dulce. “La hacemos en galletitas de cortesía pero también en cajas para la venta, las llamamos numantinas”, explica el repostero, que también vende galletas veganas, de aceite de oliva y zumo de naranja y reconoce que los gamusinos, esas pastas de mantequilla de Soria con chocolate o dulce de leche, siguen siendo su producto más vendido.
"¡Cuidado con los dedos!", "Peligro, engancha", “Advertencia: su consumo puede producir felicidad”, aparece escrito en las cajas de los gamusinos. No pasa desapercibido el packaging de los productos de París, que también elabora y empaqueta dulces típicos para otras tiendas de Castilla y León; hoy por ejemplo, ha tocado preparar las llamativas tetillas de canela. “Hay en lugares donde se dejan de hacer los dulces de su zona, nosotros recuperamos estas recetas”, explica París.
“No tenemos tienda física al pormenor, pero a través de nuestra tienda online nos entran pedidos de cualquier parte de España”, detalla sobre una página web en la que están a la venta dulces difíciles de creer. Además, sus famosas combinaciones con torrezno y de chocolates y dulces tradicionales, se puede pedir, por ejemplo: yemas con trufa negra, pastas de vino verdejo o de fresas con nata y chocolate con arroz con leche. Y una última curiosidad: ¡también tienen chocorrezno sin azúcar!
Aunque en el fábrica tampoco venden a particulares, su producto se puede comprar en miles de puntos de venta del país, y, quien se encuentre en el propio Burgo de Osma puede elegir entre los cuatro establecimientos de la calle Mayor que venden las creaciones de 'El Beato': las tiendas de productos típicos ‘La Alacena’ (en el número 27) y ‘Angelines’ (en el 33) pero también la tienda de chuches ‘La Casita’ a la altura del 13. En el número 31, se encuentra la ‘Carnicería Zoilo’, que además de carne vende miel y otros productos y esta Navidad están de doble celebración tras ganar el II Concurso de escaparatismo organizado por el Ayuntamiento de la localidad.
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