
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Pilar Carballo llevaba 20 años como funcionaria del Gobierno de Canarias. Tenía un puesto importante de responsabilidad en el 112, con un buen sueldo. “Pero era esclava de un teléfono que no paraba de sonar 24/7 y el estrés me estaba pasando factura”. Así que un buen día decidió sustituir su oficina con vistas al asfalto y el ruido del tráfico por el balido de las ovejas, el cacareo de las gallinas, el aleteo de las mariposas y el silencio que inunda por las noches el paraje protegido de Siete Lomas, en las medianías del Valle de Güímar, donde se ubica su finca.
'La Jara' es la única explotación donde se crían corderos ecológicos en toda Canarias y también la única de pollos eco en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. “Somos una finca faro agroecológica del Archipiélago por nuestra manera de tratar a los animales. Yo pastoreo a mi rebaño por las 11 hectáreas propias que tenemos en este espacio natural protegido”, señala Pilar. Ha bautizado con nombre a cada una de las 30 madres reproductoras de ovejas de la raza canaria de pelo -también conocida como pelibuey-, que están en peligro de extinción. Incluso se puede amadrinar a Rosalía, Tusa, Mariló o Frida, por 10 euros al mes, y visitarlas en la propia granja. “Al principio me llamaban loca porque no había trabajado nunca en el campo, aunque de joven me formé como capataz agrícola. Pero siempre he sido una mujer muy decidida; de hecho, fui la primera tinerfeña en ingresar en la Armada Española”. La ganadera cuenta con el reconocimiento del Premio Mujer Rural de Canarias, el Premio Mujer Profesional Autónoma de CaixaBank y preside la organización profesional Aggrecan.
Su destreza en el pastoreo, ataviada siempre con su bastón cayado, le ha permitido sumar al rebaño seis ejemplares de ovejas palmeras. Tajagoite, Aridane, Garafía, Taburiente… se asemejan a sus parientes merinas, “pero están en peligro extremo de desaparecer. De hecho, quedan apenas 200 en todo el mundo. Desde el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias del Gobierno autonómico me las han dejado en custodia para conseguir que se adapten al medio y reproducirlas”. Con su lana está pensando hacer ovillos, aprendiendo todo el proceso de esquilar, lavar y cardar. “La ganadería ecológica tiene esa función de cerrar el círculo de la sostenibilidad. Nuestras ovejas cumplen un papel fundamental en el cuidado de la biodiversidad, ayudando a la prevención de los incendios, pues limpian los montes, y abonando las tierras. Yo suelo decir, con mucho orgullo, que las pastoras y ganaderas somos las auténticas guardianas del territorio y custodias del entorno”.
Pilar reconoce que la agroecología “es una tarea titánica” en el Archipiélago, “sobre todo por los costes que acarrea el terreno para practicarla. Para un rebaño de tamaño medio se necesitan muchas hectáreas, y en esta zona, por ejemplo, el metro cuadrado está rondando los 10 euros. Sin embargo, yo mi trabajo del día a día no lo vivo como un sacrificio. Era más esclavo estar localizada 24 horas al día en mi anterior puesto. Aquí soy mi propia jefa, tengo una oficina única y una compañía maravillosa”.
A las ovejas se suman las 250 gallinas ponedoras -sus huevos eco son el principal sustento económico de la finca-, unas 20 gallinas de raza campera canaria jabada -con su característico plumaje en forma de escamas marfil y negro-, pollos, gansos y tres cabras. Además, cultiva un pequeño huerto y árboles frutales, para el autoconsumo y para la venta en los mercados locales. “Mis clientes son particulares, de kilómetro cero. Solo vendemos en la isla, y cerca del 60% vive en la capital de Santa Cruz”, apunta.
El proyecto de 'La Jara' se resume con la teoría de las 3 D que explica Pilar en muchas charlas: “Para hacerlo viable, hay que Diversificar las actividades que realizamos y así conseguir diferentes ingresos a lo largo del año; luego está la Diferenciación para hacerse un hueco en el mercado, como ser los únicos que producen cordero ecológico o incluir un huevo de color azul en todas las docenas; y por último está la Dignificación del sector: hay que ser capaces de lograr que la sociedad reconozca el valor que tenemos los agricultores y ganaderos, que se nos pague con precios justos; somos imprescindibles, pero también tenemos que profesionalizarnos, formarnos y adquirir conocimientos, no todo el mundo vale para trabajar el campo o cuidar animales”, señala.
Últimamente está añadiendo una cuarta D a su teoría, la de Divulgación, “pues la gente debe saber qué estamos haciendo y cómo lo hacemos”. Por eso, ella ha abierto las puertas de su finca a las madrinas de sus ovejas, a estudiantes de doctorado, trabajadores en formación o investigadores del CSIC y la Universidad de La Laguna. Porque además de criar unos corderos estupendos, las caquitas de Chona, Cindy, Luna o Mufly también esconden secretos de 2.000 años de historia antropológica y arqueológica de Tenerife.
FINCA LA JARA – Cam. Morra del Estanque, 29. Arafo (Tenerife).
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