Compartir

{{title}}
{{buttonText}}
La española cara blanca, felizmente recuperada en los últimos años.

Gallinas, gallineros y huevos, una pasión fácil de altos vuelos

Pon gallinas hermosas y huevos ricos en tu vida

Actualizado: 20/12/2024

Fotografía: Alfredo Cáliz

Ponte en situación: una mañana, en la casita de pueblo de los abuelos (o de un amigo), en tu adosado mono con el trozo de jardín… Sales de la mano con los niños y entras en el prado que hay al pie del gallinero, donde media docena de gallinas campan felices y por eso ponen huevos frescos y ricos. La mano de tu criatura recoge la cosecha de ese día. Y de la cesta a la sartén, a la plancha, al agua hirviendo…¡Huevo fresco para el rico desayuno! ¡Una pasada! Las gallinas están de moda.
¡Llegan los cromos de Guía Repsol!
Descargar App

Quién piensa que en una gallina o un gallinero no hay elegancia, es que no sabe quién fue Deborah Mitford, la pequeña de las famosísimas hermanas Mitford. Ella sí que era una influencer de la época. Las imágenes de la condesa de Devonshire en su castillo de Chatsworth -una residencia a lo Downtown Abbey-, con sus gallinas siguiéndola por los parques de su increíble propiedad, o con alguna gallina entre sus brazos y vestida de gala, se acumulan en el imaginario de los interesados por la historia, la literatura y la elegancia. Decía Decca -otra de las hermanas- que Debo había pasado horas en el gallinero, estudiando la concentración de las gallinas cuando ponían un huevo para trasladar esa expresión a su cara y figura, siempre elegantes.

Portadas de libros de Deborah Mitford
Deborah Mitford y sus gallinas, en la portada de dos libros. Fotos: Amazon

Hay otros nombres mucho más mediáticos, pero menos aristocráticos, como Nicole Kidman y Julia Roberts, que también tienen gallinas propias, por aquello de tomar huevos frescos y porque quedan muy bien paseando por sus jardines. O por ambas cosas a la vez. A los más apegados al suelo patrio, solo hay que recordarles el placer del marqués de Leguineche -Luis Escobar en La escopeta nacional (ver vídeo)- destacado aristócrata español en decadencia, que sorbe con deleite un huevo fresco sacado de sus gallinas enjauladas. Viajaba con ellas para tener huevos a mano, como reyes y aristócratas en tiempos pasados.

Miguel Ángel de Diego, con su pareja de españolas de cara blanca que estuvieron en peligro de extinción.
Miguel Ángel de Diego, con su pareja de españolas de cara blanca que estuvieron en peligro de extinción.

Realizado el repaso que pone a gallinas y gallineros en el puesto que les corresponde, bajemos el listón a la vida real. A las gentes que regresan de la urbe al campo y se permiten tener gallinas y huevos frescos propios; o a quienes disfrutan de una segunda residencia, sea casita de pueblo o “chale”. O entre los llamados “neorurales”; o grupos urbanos que comparten huerto y gallinero. El amor por las gallinas y sus huevos criados en libertad vuelve poco a poco. Muchos comenzaron su afición de la mano de un abuelo o de un padre, con un par de gallinas en el pueblo. Otros, en una escapada de casa rural con amigos y niños, donde había ¡¡gallinas!!.

Gallo y gallina Camerana (comarca de Los Cameros, Rioja) en peligro y esperando ser raza oficial.
Gallo y gallina Camerana (comarca de Los Cameros, Rioja) en peligro y esperando ser raza oficial.

Para entender a estas gentes que aman las gallinas y a todo el sorprendente mundo que las rodea, un día nos acercamos a Zamora, a buscar a los expertos. Allí se celebró el Concurso Nacional de Avicultura, Colombicultura y Cunicultura de Raza (tiene lugar en diferentes lugares de la península cada año). Y la impresión fue de alucine, allí se ama a las gallinas y demás aves de corral por encima de casi todas las cosas.

Alejandro, Gayá y su hija Leia, buscando cómo iniciarse en gallinas en gallineros.
Alejandro, Gayá y su hija Leia, buscando cómo iniciarse en gallinas en gallineros.

Jóvenes que han cambiado de vida o lo están pensando, cuarentones o cincuentones que llevan años con esto y sonríen cuando se les pregunta por qué, en los últimos años, las gallinas y los gallineros están de moda… Jubilados que siempre soñaron con tener media docena -o decenas hemos visto- de estas aves. Y no sólo para desayunar un huevo fresco, también por amor a una raza de gallinas o a su historia.

Gallinas en gallineros.
A veces, la belleza de las razas menos conocidas importa más que los huevos.

Vamos a la española cara blanca, es de las más antiguas y estuvo a punto de extinguirse. Miguel Ángel de Diego, un vasco de Bilbao con más de 20 años en ferias y concursos, un histórico respetado por todos los colegas que le abrazan y saludan cuando se encuentran en el evento, lo tiene claro. “Esta raza -la cara blanca que tiene en brazos- hace unos años protagonizó un billete de lotería. Estaba en peligro de extinción aquí, mientras que en países como Gran Bretaña la cuidaban mucho”.

Daniel García y Miguel Machado, amantes de las sureñas y aspirantes a jueces.
Daniel García y Miguel Machado, amantes de las sureñas y aspirantes a jueces.

Miguel Ángel es un amante de las causas perdidas y se enamoró de la “cara blanca”, que tiene otras virtudes. No solo es hermosa, es que también es “ponedora, hasta 180 huevos al año, como la castellana negra, una de las habituales en gallineros”. Su recuperación fue peculiar. A los jueces no les gustaba que la cara blanca no tuviera pelo; o que el babero blanco le cayera tanto. Ahora, para concursar es necesario que su babero blanco quede por debajo y que las orejillas blancas estén por debajo de lo rojo, asomen; la cresta del gallo tiene que ser tiesa, recta, cinco puntas y en la gallina, la de la hembra, inclinada” resume.

El federado Julián Salinas, con su castellana negra, ideal para empezar un gallinero.
El federado Julián Salinas, con su castellana negra, ideal para empezar un gallinero.

A los jueces no les gustaba que la cara blanca no tuviera pelo; o que el babero blanco le cayera tanto. Ahora, para concursar es necesario que su babero blanco quede por debajo y que las orejillas blancas queden por debajo de lo rojo, asomen; la cresta del gallo tiene que ser tiesa, recta, cinco puntas y en la gallina, la de la hembra, inclinada” resume.

Gallina.
Los jueces son ya muy rigurosos en estos concursos.
Suso Soneira tomando medidas a una de las aspirantes.
Suso Soneira tomando medidas a una de las aspirantes.

Hace años a un campeonato español o una feria “no acudían más de 1.100 animales, ahora más de 3.000... bien cuidadas, se piensa en el bienestar animal, las jaulas y las aves limpias; los concursos son serios”, cuenta el criador vasco quien recuerda que nobles que se ocuparon de las aves, los hay y los hubo, como fue el caso de los Marqueses de Urquijo, “quienes tuvieron un papel importante en la recuperación y consolidación de la raza de gallinas de Llodio”.

Las plumas del gallo camerano, una belleza.
Las plumas del gallo camerano, una belleza.

Suso Soneira es juez, pero su negocio es criar vino en la Ribeira Sacra. Las gallinas “Soneira” son un hobby. Le encontramos haciendo de profesor ante otro aspirante a juez y nos explica las claves para juzgar una raza: “Hay un estándar en España y en Europa para las razas: cómo tienen que tener la cresta, medidas de altura de arriba a abajo, el plumaje y su calidad. Estamos en un campeonato, pero cada concurso tiene su novedad".

Gallinas en gallineros.
Los premiados tienen aval para mucho tiempo.

Esta vez ha llegado “la camerana“ de la Sierra de Cameros (Rioja), que es la primera vez que se presenta y está en peligro de extinción. "La Federación tendrá que decir si cumple ya los estándares para ser raza; un pedigrí completo, de su historia incluso de siglos”, puntualiza el juez, un profesional viajado, que se molesta en acudir a los concursos internacionales de Europa.

Gallina pardo de León.
Gallina pardo de León.
Gallo pardo de León.
Gallo pardo de León.

Julián Salinas está entregado a las gallinas desde pequeño. Él ha venido hasta aquí con su Castellana Negra y la Pardo de León “de cuyas plumas se hacen moscas para pescar trucha”. Además, la Pardo de León pone unos huevos de buen tamaño. Aunque se queja de la burocracia para montar algo que debería ser sencillo, un gallinero, no va a dejar está afición por nada del mundo. Daniel García Benito ha llegado desde Barbate (Cádiz), con sus gallinas sureñas. Aspira a convertirse en juez, por eso presta atención a todo lo que se dice en los alrededores, por jueces y expertos. Es otro de los jóvenes que se ha embarcado en esta historia de las gallinas.

Jueces de gallinas.
La media de edad entre jueces y aspirantes es esperanzadora.

Los expertos consultados están de acuerdo en que, en los últimos años, la media de edad de jueces y aficionados ha bajado. Ahora además han salido fuera a aprender al extranjero, a lugares como Alemania y Francia, que son pioneros. Y Gran Bretaña, un clásico en la historia de gallinas y gallineros.

Daniel García con su gallina.
Daniel García, desde Barbate.

Al lado de Daniel se mueve feliz Miguel Machado Villacañas (de Jaén puntualiza), que se declara amante de las gallinas desde los cinco años y también ha traído sureñas. “Cuando en casa no me encontraban, sabían que estaba metido en algún gallinero”, señala Miguel, señor maduro para quien no es problema tener una edad para aspirar a juez. Es un corredor de la vida, “he sido peluquero en Burgos y he vivido en Ruanda”. Una muestra de que los amantes de gallinas y huevos no tienen perfil determinado.

Consejos para montar un gallinero

Suso nos da consejos para montar nuestro primer gallinero:

  1. Empezar por una raza autóctona (la castellana negra es un buen inicio, consensuada con otros expertos a los que preguntamos.
  2. Informarse bien de los permisos -para el federado Julián Salinas, quien llega con sus castellanas negras,” lo peor es la burocracia”.
  3. Calcular bien el espacio que tienes, “son seres vivos, hay que pensar en su bienestar” añade Suso.
  4. Piensa bien si vas a incluir un gallo, los vecinos pueden protestar.
  5. “Evita los romanticismos a futuro, por más románticos que seamos (Suso lo es, ama la poesía), piensa que un pollito es muy mono, peor a los cuatro meses es un pollo y creará problemas. Piensa en el territorio donde vives, las sureñas, con su cuello desnudo, por ejemplo, no van a estar en alta montaña bajo cero”, acaba sonriendo el juez, mientras sigue explorando a las razas llegadas.

Te puede interesar