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Al lado de la glorieta de Quevedo se encuentra esta nueva tienda que ha venido a poner el punto exótico al mundo del fruto seco en Madrid. Sus dueños, los libaneses Marwan Riachi y Dany Sarrouf, querían acercar aquí la tradición que existe sobre este producto en su país. Y allá que se lanzaron hace apenas tres meses. "En Líbano, hay frutos secos en cada casa porque son el snack más habitual en las reuniones familiares y con amigos. Además, hay gran tradición en tostarlos de forma natural", explica Marwan. En esa línea, ellos los tuestan a diario, en una tostadora giratoria ubicada justo allí, detrás del mostrador.
"Hacerlos artesanalmente les da un sabor especial, además, algunos requieren un tratamiento previo, como los llamados krikri, que son distintos tipos de frutos secos cubiertos con una capa de harina de maíz, que les da un crujiente extra, y que igualmente preparamos nosotros aquí", añade. En el mostrador, además de anacardos, pipas, pistachos, almendras, nueces de macadamia o avellanas tostadas al natural, vas a ver otros tantos con aroma a trufa, queso, wasabi, limón… "Ponerles sabor con especias es muy típico también, aunque nosotros hemos probado con opciones distintas, para adaptarlos a los gustos de España".
Lo más singular en 'NutNut' son estos originales –y adictivos– sabores, pero tampoco falta otra vitrina reservada a las variedades en crudo, que sirven al peso y que ellos utilizan, por ejemplo, en los platos y cuencos de desayuno que sirven en la zona de degustación del local. No puedes irte de allí sin acercarte al corner dulce, donde encontrarás más de 40 dispensadores con frutos secos enteros cubiertos de chocolate con canela, coco, stracciatella o café, así como infinidad de dulces libaneses elaborados con frutas deshidratadas y bien de frutos secos.
Si hay una tienda mítica de frutos secos en Madrid, esa es 'Sucesores de Ignacio López'. Lleva al pie del cañón cerca de 80 años. "Cuando abrió en Lavapiés, en 1939, poco después de la Guerra Civil, lo único que se vendía eran almendras tostadas que traían de la zona de Levante y, que se servían en sacos cargados al hombro o en carro", cuenta Alberto Zafra, sobrino nieto del fundador. De aquella época, conservan ese establecimiento en Lavapiés, al que, hace cosa de diez años, sumaron otro en Menéndez Pelayo, justo enfrente del parque del Retiro. Las tradicionales almendras continúan, pero junto a ellas hay ahora otras muchísimas variedades, con todas las procedencias y versiones que puedas imaginar.
De España, Australia, China, India o Irán, tienen avellanas, anacardos, piñones, nueces, pipas de girasol o calabaza, coquitos de Brasil, pistachos o almendras, que puedes elegir en versión pelada o con piel, con cáscara o sin ella; tostadas, fritas, crudas o garrapiñadas; con o sin sal, molidas o enteras… Y así, hasta más de 70 referencias. Los frutos secos los tuestan y fríen ellos mismos. Antes lo hacían en horno de leña y, aunque ahora se han pasado a los eléctricos, siguen haciéndolo cada día, para que siempre estén en su punto. Para despacharlos, lo hacen en bolsas de cuarto o de kilo, y en sacos mayores, cuando es para hostelería.
Como comenta Alberto, “se consumen muchísimo los frutos secos, sobre todo ahora, que la gente es consciente de lo ricos que son en vitaminas y minerales. Y en Navidad, incluso más, porque, aparte de los usos habituales, hay quien se los lleva para caramelizarlos, para los rellenos de las carnes o hasta para hacer sus propios polvorones en casa”. Todo un mundo...
Esta tienda de Chamberí no está dedicada solo a los frutos secos, sino más bien al universo a granel, pero su filosofía en general y su sección de frutos secos en particular es bastante interesante. Aquí lo que se lleva es lo sano y lo natural. "Tenemos legumbres, arroces, especias, cereales… De distintas partes del mundo y todo, sin procesar y sin aditivos químicos", señala Gustavo Moretta, al frente del espacio, junto a Cristina S. Vilches. Lógicamente, dicha filosofía es extensible al sector fruto seco, donde priman en versión cruda, tostada y sin sal. Junto a las avellanas, nueces pecanas, piñones, almendras, pistachos o anacardos, tienen también chufas de Alboraya, coco rallado, jengibre, así como otros productos que tan bien casan con ellos, como higos secos, dátiles, pasas, orejones o ciruelas.
"Todo esto funciona genial para la cocina. Por ejemplo, la almendra laminada o en granillo sale muchísimo para decorar el roscón de Reyes, igual que la fruta deshidratada, que además es sin azúcar añadido", apunta Cristina. Aunque la tendencia healthy es clara, siempre se puede hacer un paréntesis, ¡que casi es Navidad! Ese paréntesis llega en forma de trufitas rellenas de nueces, almendras, avellanas o nueces de macadamia y cubiertas de chocolate blanco y canela; jazmín, limón y cardamomo; té rojo y frutos rojos, café o hasta de cava.
"Para estas fechas traemos también frutos secos tostados con sabor de naranja, limón o violeta, ya que de vez en cuando tampoco está mal darse un pequeño capricho", concluye Gustavo. Lo mejor es que todo se compra al peso (sin mínimo de cantidad) y que te lo sirven en bolsitas de papel o en el recipiente que lleves tú de casa y por el que te harán un descuento, por aquello de cuidar el planeta. Por cierto, en estas fechas tienen unos talleres para aprender recetas de aperitivos navideños y roscón, con muy buena pinta.