Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
¿Cine o sardina?, se preguntaba el escritor Guillermo Cabrera Infante en sus memorias de cinéfilo. En San Sebastián hay estos días tiempo para las dos cosas, siempre que aceptemos como 'sardina' el menú de sus restaurantes de alta cocina o las largas barras de pintxos de la Parte Vieja. Donostia abre el viernes su Festival de Cine, nueve intensos días de películas pero también de culto a las mejores viandas. El Zinemaldia es la apoteosis del cine, pero también de las comidas y las cenas de una fauna bulímica de celuloide y de pintxos. Y hay ofertas para todos los públicos: para los que prefieren el clásico 'western' de un buen chuletón o el 'arte y ensayo' de un 'Mugaritz'.
Las leyendas se acumulan en una ciudad que encuentra en la gastronomía y en el cine dos de sus grandes pasiones y dos de sus señas de identidad en el mundo. Woody Allen llego a 'Arzak' pidiendo un huevo pasado por agua y terminó devorando el menú. Susan Sarandon felicitó a Juan Mari Arzak, en 1995, tras cenar en su restaurante. "Tu comida me ha gustado casi tanto como el premio Donostia que acabo de recibir", bromeó la actriz. Luego la intérprete volvió a San Sebastián en 2012 e insistió en visitar otra vez al chef. Paul Auster cambió la 'música del azar' de sus libros por una buena chuleta en el asador 'Aldanondo'. Julia Roberts no quiso irse del 'Ni Neu' hasta lograr la receta de la torrija, y Richard Gere fue del rodaballo del 'Branka' al rodaballo del 'Elkano' casi sin respirar.
Y es que los grandes restaurantes donostiarras son los destinos habituales de las estrellas que más brillan. Juan Mari Arzak recibe ya a Benicio del Toro como si fuera un colega de su cuadrilla. A Pedro Subijana aún se le enciende la mirada cuando recuerda cómo se relamía Monica Bellucci con sus postres. Martín Berasategui no olvida una cena especial de la familia Almodóvar en su restaurante de Lasarte. Por 'Mugaritz' pasan clientes de todo el mundo, pero Andoni Luis Aduriz siempre destaca qué inteligente gourmet es Santiago Segura, no Torrente; Hilario Arbelaitz ha visto cómo en sus mesas del 'Zuberoa' se han cerrado contratos que han marcado el futuro de grandes producciones.
Pero el feliz y desarmado ejército de festivaleros que inunda San Sebastián estos días llega a todas las trincheras culinarias. Y la Parte Vieja es el campo de batalla más feliz. El 'Aldanondo', escenario de no pocas celebraciones de la Concha de Oro, acaba de cerrar sus puertas, y muchos, como Imanol Uribe, lo echarán de menos. Pero tranquilos: el 'Ganbara' sigue abierto y con excelente salud. El restaurante de Amaia Ortúzar en 'lo Viejo' es uno de los clásicos del Festival, bien en los pintxos, bien en el comedor. Cuando el actor Antonio Gamero repetía aquello de "como fuera de casa, en ningún sitio", sin duda pensaba en el 'Ganbara'.
Porque la Parte Vieja, pegada a los grandes templos del Zinemaldia, es escenario de sus mejores películas gastronómicas. Del 'Astelena' de Ander González al 'Urola' de Pablo Loureiro, último gran acontecimiento de la cocina donostiarra. Del 'Gandarias', con su cocina de sesión continua, al 'Bernardo Etxea', donde Anjelica Huston comió casi una semana seguida cuando vino de jurado a Donostia. Del moderno 'A Fuego Negro', siempre sorprendente, al bar Paco Bueno, tan clásico y saludable como una película de John Ford. Y perdón por las ausencias: en el firmamento de lo Viejo caben mil y una estrellas.
El 'Txepetxa', donde Glenn Close descubrió de cuántas formas puede prepararse una anchoa; 'La Cepa' o 'Casa Alcalde', lugares que frecuentaba siempre "la gran familia" de Pedro Massó, o el bar 'Atari', que congrega a gentes de tantos sitios que parece un anuncio de Benetton...
Ahí cerca está el delicado 'Bokado' de Mikel Santamaria, en el Aquarium, donde Dustin Hoffman pudo combinar las delicias del mar con una vista casi única de la bahía. Y al otro de La Concha, junto al chillidiano Peine del Viento, está el 'Branka', otro must donde los jurados acostumbran a celebrar su primera cena de encuentro (el palmarés siempre se decide en Arzak, y asi suele salir, en función de los viajes a la bodega...).
El cine y las cenas se extienden por toda Donostia. 'Rekondo', en Igeldo, es uno de los lugares de moda en San Sebastián... desde hace más de cincuenta años. Vive una renovada juventud de la mano de Lourdes Rekondo mientras su padre, Txomin, vigila aún la que fue premiada como mejor bodega del mundo. Carmen Maura se quiso quedar a vivir ahí. Y quién no.
Pero junto a la Parte Vieja es el barrio de Gros el otro gran refugio de quienes quieren pintxos de primer nivel entre película y película. La 'Bodega Donostiarra' es el epicentro de una zona que crece. Y en torno al Maria Cristina (que este año estrena restaurante 'pop up' de la mano de Helena Darroze, francesa con exitos locales en París y Londres) y el Victoria Eugenia están los locales que respiran puro Festival, como el 'Okendo', el 'Tánger' o el 'Victoria Café'. Junto al propio 'Ni Neu', en el Kursaal, restaurante donde cenan los Premios Donostia entra la gala y el paseillo pos-película: seguro que este año se sientan ahí Sigourney Weaver y Ethan Hawke, galardonados en este 2016.
Después de cenar siempre nos quedará una buena copa en el Dry Martini del propio 'Hotel Maria Cristina', el trago de rigor en el 'Museo del Whisky', donde igual coincide con un Ricardo Darín, sin ir más lejos, un paseo por el 'Gu', en el edificio del Naútico, sobre La Concha, y por supuesto, fiesta en 'Bataplán', encima de la playa. Esa que John Travolta bautizó como la discoteca con mejores vistas del mundo.
Y entre pintxo, chuleta y copa, si acaso, se acerca a ver una película...