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La mesa de Bego y Cuchi Lluch ya espera. Ellas, como dos diosas del hedonismo gastronómico, abren la puerta de casa dispuestas a hacer disfrutar hasta el último detalle con un festín que bien podría protagonizar los salones de cualquier corte real. “Estamos haciendo nutrición de vanguardia. Creemos realmente que la alimentación es el catalizador del cambio. Mental, físico y emocional”, dice Cuchita.
A su lado, en el sofá del salón de su casa de Chamberí, su hermana Begoña continúa. “‘Begoístas’ es algo holístico. Una forma de comer que te lleva a seguir una filosofía llena de bienestar al completo. Y con eso también va lo espiritual, porque si estás centrado, estás bien y vuelves a saber quién eres, recuerdas por qué estás aquí y qué es lo que de verdad te interesa. Al final reconectas con tu ser”. Ha llegado la Healthy Epicurean Food. Dietas que transforman, pero con el gesto que más gusta al ser humano: rebañar el plato.
Estas hermanas valencianas, que no pierden ni un segundo la sonrisa, hablan de transformación amable, un cambio natural que va más allá de contar calorías o prohibir alimentos. “Es escuchar a tu cuerpo. Muchas veces crees que es normal despertarte con dolores, estar hinchada, tener tripa o no tener una piel resplandeciente, y lo achacas a la edad. Y no, no es la edad. Es porque podrías comer mucho mejor de lo que estás comiendo”, explica Bego.
Ellas mismas hicieron el primer proceso, las pruebas iniciales junto al propio Juan Echanove, marido de Cuchita. “Lo mío fue increíble y muy rápido”, dice. “Nunca sentí que tenía intolerancias, pero en cuanto me quité el gluten, el aspecto de mi estómago cambió. También noté mucha mejoría con el tema de los adaptógenos”. Paréntesis: los adaptógenos son plantas con una inteligencia natural, muy comunes en las diferentes gastronomías.
“Buscan en tu cuerpo huecos que te puedan ir creando estrés y te los va tapando. En otras palabras: es como si te presentaran a un primo de siempre y, de repente, te dieras cuenta de que tu primo es muy guay”. Jengibre, cúrcuma, manzanilla, canela, maca, ashwagandha, el cordyceps, el reishi… Hay once adaptógenos oficiales, pero luego hay muchos más. “Fundamentalmente son setas, raíces, plantas o resinas; todo vegetal”. Luego está el tema del hígado. “Con nuestros planes, el hígado, que está vinculado a la cólera, se limpia. Cuando le ayudas a filtrar, estás mucho más sereno”, dice Bego. “Cuando alguien te dice esta persona me pone del hígado, es por esto”.
Todo comenzó con una llamada de Bego a Juan Mari Arzak. “No le conocía de nada, pero tenía claro que lo que quería hacer era cocinar. Me dijo vete al Cordon Bleu de París”. Begoña quedó la primera de su promoción. Pasó por el ‘Ritz’, por el ‘Hotel Crillon’, por el ‘Plaza Athénée’… “Y entonces regresé a Valencia, donde monté mi escuela de cocina y pastelería, por la que pasaron más de 600 alumnos. También creé una empresa de catering para los grandes eventos de la ciudad”. Fue su época de trabajar para el sector del gran lujo. Lladró, Loewe, Hermès.
Hasta ese momento Begoña luchaba por una cosa. “Que mi comida fuera preciosa y estuviera deliciosa. Pero entonces nuestro padre enfermó y estuvimos cinco años yendo al MD Anderson Cancer Center, en Houston. Me pasaba el día pegada a los nutricionistas, aprendiendo qué tenía que comer mi padre. Y descubrí que lo que comes te puede sanar o te puede enfermar”.
La macrobiótica y Begoña empezaban a conocerse. “Me decía si consiguiéramos que la comida saludable estuviera deliciosa, disfrutándola como un loco que quisiera mojar pan, sería el proyecto de mi vida”. Así que siguió estudiando, en este caso, las medicinas ancestrales basadas en la alimentación. “Medicina tradicional china, Ayurveda… Gracias a eso me fichan en MorseLife, el Senior Living más prestigioso de Florida, donde van las personas mayores a retirarse, con restaurantes kosher y no kosher. Diseñando dietas para la longevidad y mejorar el bienestar cognitivo”. El embrión de ‘Begoístas’ comenzaba a fraguarse.
Luego llegó la vuelta a España. “Quería volver a los valores de familia y equilibrio propios de nuestro país, salir más allá del business. A los quince días de regresar me llamó Quique Dacosta para abrir una línea conjunta de catering y eventos”. Begoña dijo que sí, pero al año del proyecto llegó la pandemia. Aunque el paréntesis, como a muchos, a ella le funcionó. “Me daba cuenta de que no podía pensar, tenía un estrés puro. Me rompí completamente y paré”. Fue en esa cama de hospital donde vino la revelación. “Cogí todos esos pilares de años atrás, todo lo proinflamatorio en mi dieta, los desterré y añadí todo lo que sabía que era super nutritivo”.
En la despensa: tés sin azúcar, caldo casero de huesos, verduras verdes y arcoíris como remolachas, boniato asado, rabanitos, aguacate, frutos secos y semillas, fruta (de temporada o deshidratada), pescado azul, marisco, crustáceos (sin frituras), huevos ecológicos y de gallinas felices, cereales sin gluten, tofu, edamames o el casave, “un pan de yuca típico de los indios centroamericanos, aunque el más bueno que he comido lo hacen en Venezuela”, reconoce Bego.
Todo está recogido en su actual salvoconducto. “Por si un día tienes que comer diferente, para hacer trampa sin drama”, rezan en su comunicado, donde dejan bien claro que la proteína vegetal, las aves y los pescados sustituyen a la carne roja y los azúcares refinados.
Alimentos orgánicos y ecológicos, eso es ‘Begoístas’. Integrado en sus cinco planes de alimentación a domicilio -por ahora los envíos son a Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana-, que próximamente contarán con una tienda online con sus productos exclusivos. Cuatro platos, una bebida y un snack caseros todos los días componen cada uno de sus plannings.
Un día: un desayuno, una comida y una cena junto a la infusión y el snack de media mañana/tarde; cinco días bajo el plan Sentir: con una llamada de seguimiento; plan Avanzar de nueve días: con dos llamadas; Resetear: veintiún días y tres llamadas, o sesenta y seis días con el plan Renacer, donde la coach realiza una llamada por semana. “Lo que no me imaginaba es que, a partir del tercer día de plan, muchos me iban a decir que estaban durmiendo como un bebé”, dice orgullosa Bego.
‘Begoístas’: 90 % plant based, 10 % de proteína animal -principalmente pescados, mariscos y aves-. Los desayunos comienzan con cosas como el shot de jengibre y manzana, su punch pudding, su leche de luna rosa -con leche de almendras, pitahaya roja, lúcuma, ashwagandha, sal del Himalaya y xantana-. También su zucchini frittata o la omelette (tortilla) de queso. Están también los snacks de media mañana/tarde, con la llamativa limonada negra, los chips de plátano y canela, sus palomitas de queso, el hummus de zanahoria, las cookies de chocolate con maca con compota de fresas y chía, o las piedras de algas.
Para las comidas entran platos como su arroz rojo con bacalao y coliflor, los tacos de berenjena o su boniato asado con boloñesa. Por último, la cena ‘Begoístas’, donde elegir entre la sopa de tamarindo, de miso y chirivía, pavo con pico de gallo de mango, su coleslaw o sus setas Strogonoff.
La propuesta se completa con creaciones que pasan por su manzana asada con crumble de avena, sus No Butter Cookies -las típicas galletas de mantequilla sin mantequilla. y que Bego y equipo hacen con cereales-, sus chips de boniato con kétchup de remolacha, o la coliflor al horno con yogur y granada. “También tenemos nuestros mocktails, cócteles sin alcohol, o la leche azul de almendra, que infusionamos con miel cruda de lavanda”, dressings desplegados en la vajilla impoluta de Cuchita.
Todo elaborado por la propia Begoña -también health coach de ‘Begoístas’- con sus dos cocineras de confianza, Alejandra San Juan y Ángela Cebrián, en un equipo de once personas, y con Ana Estellés, nutricionista valenciana que aconseja al equipo especializada en gastronomía plant based. ¿Es este un proyecto incompatible con una botella de vino? “Mejor que te lo tomes sin sulfitos”, dice rotunda Begoña. La batalla es por la naturalidad. “Tenemos muchas sopas que son como abrazos”, cuenta romántica.
Todo con un packaging ecológico, aunque lleva un film pequeñito que es lo que permite que no se quede todo pegado. “Todos los planes llegan el sábado para que los clasifiques bien en la nevera y lo empieces a tomar el domingo”. Sale la pregunta de cómo se autodefinen a nivel personal. “Bego es una soñadora”, dice Cuchita con brillo en los ojos. “Una health coach, una entusiasta. Una filósofa y una guía”.
“Una dieta mediterránea 2.0, porque cocinamos con más de diez tipos de cereales integrales, que te nutren más y tienen más fibra y probióticos vivos”, va cerrando Bego. “Para nosotras la comida saludable tiene que estar relacionada con lo placentero. Las dos somos hedonistas, nos hemos dedicado a la gastronomía toda la vida y, ya desde chiquititas, mi padre nos llevaba de viaje a comer a buenísimos restaurantes”. Todo recogido en su web, donde encontrar el mantra de la buena vida con información actualizada y la inminente tienda begoísta, llena de alimentos con los que automimarse y consejos para el bienestar personal.
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