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El templo del bullit de peix en Ibiza tiene un nombre difícil de olvidar: ‘El Bigotes’, un chiringuito anclado en la bella cala de Mastella y que, desde 1969, sirve este popular plato de pescadores elaborado sobre las brasas y convertido hoy en toda una institución para turistas y locales. Imprescindible reservar con tiempo.
El sitio no puede ser más auténtico: un modesto chamizo con mesas y sillas de madera pegado a la pared del acantilado que perfila una pequeña cala de aguas cristalinas. No se necesitan lujos en un lugar tan idílico. En frente, siete casas de pescadores, aún en uso, y un lläut amarrado al muelle de nombre Gavita. El origen de todo.
“Joan Ferrer, mi abuelo, salía a pescar con los amigos en este barco y luego cocinaban los pescados al fuego. Era una época en la que los turistas empezaban a llegar a la isla. Lo veían y él les invitaba a comer. Se corrió rápidamente la voz y mi abuelo decidió montar el restaurante”, explica Mónica, su nieta, que hoy dirige junto a su madre, Ana -la tercera de las cuatro hijas de Joan-, este negocio familiar. Joan, con sus 92 años, aún se deja ver los fines de semana por el restaurante con su porrón de vino payés y el característico bigote que da fama al lugar.
A las 12:45 horas Julio enciende las brasas sobre la leña de pino que recogen del entorno. Hoy tienen previsto servir 60 raciones y en una gran cazuela de hierro, ya sobre el fuego, comienza a elaborar un sofrito con cebolla y tomate. “Cuando está bastante frito, echamos patata -hoy entre 15 y 20 kilos- y un poco de caldo de pescado del día anterior para que se empape bien y coja sabor. Reducimos y añadimos agua para que hierva”, detalla Julio, pareja de Ana, que también anima a probar el pescado a la plancha que sirven a las 11:30 horas, antes del caldero, para quienes quieren almorzar temprano.
Los primeros comensales toman asiento atraídos por los aromas del guiso y el espectáculo de ver toda la elaboración en vivo. Hasta las 14:00 horas no comienza el servicio. Con una cerveza fría, unas olivas y un buen alioli, la espera con las vistas de la cala forma parte de la experiencia.
Hay días que durante la espera, se ver llegar a Dani en el barco, el pescador que trae todo el pescado de roca que protagoniza el famoso guiso: corvinas, rayas, meros, rapes... Del mar a la cazuela, literalmente. No lo pesan, todo va medido por barreños, y Julio ya va por el tercero. Varios paquetes de arroz La Fallera esperan junto a la olla para preparar el segundo pase del menú. Hoy echan cuatro kilos, un poco de colorante, pimienta blanca y a hervir.
De postre, sirven el típico flaò -elaborado al horno con huevos, queso de cabra, menta y hierbabuena- y un café caleta que queman durante una hora en el mismo fuego con brandy, canela, azúcar y piel de limón. Ya la sobremesa es cosa de cada uno, pero la cala invita a detener el reloj y vivir la auténtica esencia ibicenca tumbado al sol.
‘EL BIGOTES`- BULLIT’ - Camino Cala Boix a Cala Mastella, 138 T, Cala Mastella. Santa Eulalia del Río, Ibiza. Tel. 650 79 76 33.
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