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Si te hablan de dulce de leche, ¿qué país te suele venir a la cabeza? ¡Exacto, che! Como no podía ser de otra forma, esta es una de las especialidades de esta heladería de origen argentino, fundada en Buenos Aires hace más de tres décadas. Gracias a que unos años más tarde saltaron el charco, hoy cuenta también con siete locales en España (cinco en Málaga y dos en Madrid).
Además del dulce de leche puro y duro, entre los casi 40 sabores que preparan cada día, y pensando en todos los 'dulcedelecheadictos', nunca faltan en sus vitrinas otros elaborados también con esta deliciosa dulzaina, por ejemplo, el de mascarpone, el de banana split o el de milhojas.
"Aparte de esto, otro de nuestros fuertes es unir la repostería con la heladería", dice su dueño, Gonzalo Ricci. Y, por eso, tienen un montón de gustos sacados de celebérrimas tartas, como los de lemon pie, red velvet, tarta de manzana o de zanahoria, cheescake... Junto a ellos, sabores de frutas (manzana, sandía, melón, mandarina, frambuesa) e, incluso, alguna que otra opción hecha sin azúcar y sin lactosa pero con sabores muy conseguidos, eso sí.
Heladerías italianas hay muchas en Madrid, correcto, pero Zúccaru, que abrió sus puertas hace escasos tres meses en la bonita plaza de Ramales es, para ser exactos, una heladería siciliana. ¿Y qué significa eso? Pues que además de despachar helados artesanos, prepara dulces típicos de dicha isla italiana.
Pero no solo son helados, el brioche gelato, un bollo blandito y también artesano que rellenan a tu gusto con el sabor de helado que elijas, es una delicia. Relleno de naranja sanguina, tiramisú, avellana de Piamonte, pistacho de Bronte, chocolate puro, mango o el sabor de la casa: con manzana, limón, apio y albahaca (combinación curiosa, pero refrescante y rica).
¿Algo más? ¡Por supuesto! También tienen cannoli, unos tubitos de masa crujiente rellenos de ricotta; granita de limón, que es un granizado de textura más cremosa a la que estamos habituados por aquí; helado de cassata siciliana y, no podía faltar, café servido al estilo de Palermo, o sea, cortito pero potente.
Por cierto, un punto extra para ellos por su filosofía eco-friendly, es decir, por tener utillaje biodegradable, como el de las tarrinas, las servilletas o hasta las cucharas, hechas de fécula de patata en lugar de plástico. Bravissimo!
Y del sur de Europa llegamos en un plis plas al norte de la mano de esta nueva heladería de Malasaña. Lo suyo son los polos naturales (o pops), muy de moda por los Madriles desde hace algún tiempo.
La particularidad de los suyos es que todos están elaborados con frutas habituales de los países del norte y, en ocasiones, no demasiado trabajadas por aquí. ¿Cuáles? El ruibarbo, la mora ártica, el espino amarillo, la grosella negra...
"Hace unos años hubo una explosión de la cocina escandinava y nosotros lo que buscábamos con esto era traer también esos sabores típicos del norte, aunque de una manera más accesible, al alcance de la mano de cualquiera, o sea… ¡con un polo!", nos explica Vanessa Fabiano, una de las dueñas.
En un entorno bien minimalista, muy al estilo nórdico, sirven polos de varios sabores "a cuyas combinaciones hemos llegado inspirándonos en las de dulces tradicionales de allí, como la de ruibarbo con vainilla, la de fresa con grosella roja o la de espino amarillo con leche y chocolate negro", nos cuenta. Por cierto, tienen opciones veganas, sin leche y sin gluten.