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Condes, corazones, pasteles jaqueses, coronitas de Santa Orosia –la patrona de la ciudad–, lazos, teclas y rocas. Todo eso son nombres de dulces propios en una ciudad con una tradición repostera que asombra por su calidad. Debe de ser que el frío invitaba a consumir calorías que dan placer.
Teresa no sabe porque sus bisabuelos, allá por el año 1890, decidieron montar la confitería 'Echeto'’ (Plaza de la Catedral, 5), de toda la vida. "Lo que sí que sé es que somos ya cinco generaciones en esta familia, dedicadas al oficio, porque mis hijos van a seguir en ello", explica esta mujer delgada –es un absurdo, pero es inevitable pensar que pasa tiempo entre azúcares y levaduras–, alta y agradable, empeñada en que mientras habla, las visitas prueben las delicias de la casa.
"Los caramelos Besitos, un clásico, los hacemos desde hace más de 110 años, desde el principio. Y eso nos dio cierto renombre. La tradición de dulces en Jaca es muy importante, de toda la vida. Pero los confiteros no estamos vinculados por lazos familiares, eso sí, hacemos buenísima calidad", comenta la dueña de 'Echeto'. Los Besitos no tienen que ver con los caramelos tradicionales. Más bien se asemejan a un tipo de guirlache. Llevan leche, miel y piñones.
"Mis bisabuelos eran de Echo, el pueblo de aquí cerca. Supongo que ellos instauraron la necesidad de hacer esto bien y con cariño". A la vista está: los lazos de Jaca, las coronitas de Santa Orosia (la patrona de la ciudad), las trenzas de Huesca visten las vitrinas y los escaparates, mezclados con los turrones de elaboración propia, con los ciervos de la Ciudadela como motivo.
Doblando la plaza de la Catedral, unas calles más allá, se encuentra otra referencia para los golosos que pasan por la antigua capital del Reino de Aragón, 'La Suiza' (Mayor, 40). Hace medio siglo que los descendientes de Mariano Lacasta –"mis padres y mi hermano, el hijo", cuenta María Teresa desde detrás del mostrador– se dedican a este oficio. Los lazos de Jaca "puede que sean los más conocidos" de los dulces de 'La Suiza'. "También hacemos turrones, pero todo aquí detrás, en nuestro obrador. Lo encendemos todos los días y no damos nada a hacer fuera", puntualiza la confitera.
Si preguntas a un jaqués por cuál es su pastelería preferida, te pueden responder que los lazos de un sitio, las coronitas de Santa Orosia de otro y el pastel del de más allá. Sea cual sea la respuesta, 'La Imperial' (Mayor, 14) está entre uno de esos lugares mencionados. Además de los clásicos lazos, parece que su pastel ruso hace historia.
Lo del tapeo en Jaca es histórico. Da lo mismo que el termómetro marque bajo cero o el calor machaque sus calles –harto difícil si eres turista del sur o de la meseta– la ruta de las tapas en esta ciudad es un rito que nadie se pierde. A mediodía, a primera hora de la noche y bien entrada la postcena. La costumbre va más allá del último medio siglo, cuando el esquí se convirtió en la principal fuente de ingresos. Aquí se ha tapeado y chateado de siempre, porque en un lugar de frío y rodeado de montañas con Francia al otro lado, la conversación y el encuentro con los demás en bares y tascas era imprescindible para el comercio.
Junto a lugares míticos como 'Corbacho' (Ramiro I, 2) y 'La Tasca de Ana' (Ramiro I, 3), han ido surgiendo otros que mantienen alto el pabellón en los concursos de tapas de la capital de la Jacetania. Es el caso de 'Bodegas Langa' (Plaza San Pedro, 5), felices porque Cristina y Sebastián han quedado segundos –tras 'Corbacho', lo cual es una honra– con la tapa de pulpo con airbag de espuma y queso de cabra de Radiquero y esfera de aceite de albahaca. La camarera lo recita de memoria.
'Marboré' (Ramón y Cajal, 5) tiene ya sitio en el podio de la ruta de las tapas con justicia. Sus cazuelitas son famosas y también premiadas. De hecho, se han llevado el primer premio 2019 en el Concurso de Tapas en Cazuela, con una crep de boletus y foie. Además de las setas y la carne, el marisco también les da juego.
Bajo los soportales y frente a la catedral, 'Casa Fau' (Plaza de la Catedral, 3) mantiene la esencia de lo que es tapear en esta ciudad. Ellos no se presentan a concursos –no les interesan mucho– pero su barra es un lugar que llena los ojos y luego el paladar. Sus pinchos y sus gildas –la tradicional de boquerón, o la de arenque ahumado– no se te van a olvidar, las recomendarás.
'Fau' tiene además otra ventaja: ¡madrugan! Y es muy de agradecer que a primera hora de la mañana ya haya un lugar donde tomar un buen café con leche y la tostada o la tortilla, mientras van saliendo los pinchos a la barra.
'Habital Suites' abrió este mes de agosto. Por debajo de la Ciudadela, a pocos metros del centro histórico de Jaca y en la encrucijada de caminos que lleva a las pistas o a San Juan de la Peña. Es un lugar aún impecable si te gusta el estilo nórdico y funcional. Y si no te apetece tener que tratar cara a cara con el personal de un hotel o de una casa rural.
Funciona con el concepto del autochecking y esa fue la idea de Deiane García y su pareja, que la verdad, no han reparado en gastos en la calidad de los baños, las camas –desde las sábanas a los edredones– ni en las conexiones. Es un placer encontrar enchufes USB, buena conexión a la red y luces buenas para trabajar después de un día de turismo o deporte.
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