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Es mucho más que una moda. No se trata sólo dejar de comer leche y huevos. “Es una alternativa ética al consumo y a la dependencia de productos no adaptados a las necesidades físicas y espirituales del ser humano, como la carne, el pescado, los lácteos, los huevos, la miel, los productos derivados de los animales y otros artículos de origen animal como el cuero y las pieles”, según la Asociación Vegana Española (UVE). En definitiva, respetar todo tipo de ser, animal o persona.
Pero ser vegano y comprar en el supermercado o ir a un restaurante puede resultar complicado porque muchos productos que, en principio parecen aptos para vegetarianos, pueden contener algunos compuestos, difícilmente identificables, que no son admitidos por los veganos. Para todos aquellos que quieren empezar una nueva vida, aquí van los restaurantes más respetuosos con la vida animal de España.
Ubicado en lo que fuera una antigua charcutería en la segunda planta del Mercado de Antón Martín se encuentra este restaurante de cocina cien por cien vegetariana. Abrió en 2015 y, desde entonces, se ha convertido en una referencia para todos los vegetarianos y veganos porque realiza una cocina de autor con mayúsculas. Ser vegano no significa no tener un paladar exquisito, pero aquí hallarán un lugar de culto para los paladares más sofisticados.
En el menú preparado por el chef Nacho Sánchez, se puede encontrar un amplio porcentaje de cocina raw. Esta forma de cocinar no somete a los alimentos a más de 38-42º y se utilizan distintos tipos de técnicas de cocina. Lo importante es procesar el alimento lo mínimo posible y así tratar de respetar sus propiedades. Entre los hits de la casa están el Kennel de hummus de remolacha, tapenade de aceituna negra y pesto de tomate seco; la ensalada del bosque con lombarda, champiñón, hoja verde, pasas, cebolla y comino o la hamburguesa de zanahoria y remolacha. Acompañada con patatas gajo al horno.
Ofrece una cocina vegana y ecológica y sus platos se elaboran en el propio local, el pan y las tartas incluidas. Su carta y menú se cambia a diario según los productos frescos que sus proveedores (agricultores españoles) les proporcionan. Además, aseguran que no utilizan ni congelador ni microondas para cuidar la salud de sus clientes. Entre sus platos destacan el ceviche de setas, naranja, limón, pepino, alga cochayuyo, crema de anacardos y quinoa real; la ensalada de melón con corazón de coco que lleva, también, papardelle de pepino crudo, emulsión a la menta, flor de calabacín, verduras frescas, bayas de goyi y semillas de cáñamo; o el aguacate relleno de quinoa, crema de tofu y miso, lechuga, tomate, setas shitake, tofu salteado con semillas de sésamo, salsa de cacahuetes y chips. Todos los días preparan unos desayunos deliciosos y los fines de semana, un brunch en los que no faltan tostadas, yogurt casero y una gran variedad de batidos y smoothies de lo más saludables.
Fieles al veganismo, Verónica y Ronny, los artíficesde este pequeño pero acogedor restaurante, ofrecen una comida rica y sabrosa capaz de enganchar a cualquier no hervíboro. Su menú es bastante variado. Hamburguesas (de quinoa), salchichas vegetarianas y sándwiches vegetales a la parrilla, cualquiera de ellos, con acompañamiento, son perfectos para comer. Además hay croquetas y los raviolis caseros son un hit de la casa, cuya salsa cambian cada semana. Incluso tienen algo de picoteo para el mediodía con alguna cerveza o vino. De postre, no se olviden de probar alguna de sus tartas, galletas o madalenas, exquisitas. Sus precios son razonables y las raciones abundantes.
Su lema es Vegan Food & Art por lo que este restaurante del barrio castizo de Lavapiés, no sólo cuenta con una carta cien por cien respetuosa con los animales, sino que también organiza periódicamente exposiciones de artistas e ilustradores. El local ofrece desayunos, comidas, meriendas y cenas caseras elaboradas con productos frescos. Entre sus platos hay hamburguesa de remolacha y nueces; de frijoles negros, cebolla, tomate, lechuga y pepinillos; y de lentejas con espinacas. Además, perrito chileno, arroz a banda con alioli y azafrán, tortilla de patatas confitadas, cocido vegano, ensaladas variadas… Todo ello regado con cervezas artesanales y vermut de grifo madrileño Zarzo. En cuanto a dulces para postre o merendar hay cookies, tartas caseras, panna cotta… con cafés, zumos e infusiones variadas.
Puede resultar un poco incómodo porque siempre está atestado de gente, pero no es de extrañar teniendo en cuenta las recetas de este local que cocina de forma casera, artesanal y sin prisas a partir de productos de proximidad.
En Vega ofrecen platos y tapas deliciosos. Tiene un menú diario (entre 7,90 y 11,90 euros) con un entrante (tipo sopa de tomate con sésamo, gazpacho de pepino y yogur o hummus de pimientos) para seguir con un segundo de entre tres a elegir (ensalada de cebada, remolacha y cilantro, quesadillas de verduras, lentejas de la abuela con comino o macarrones con puerros y setas) para terminar con un postre tipo bizcocho de chocolate o chirivías, batido de pera asada o piña de crema de coco.
Pertenece a una cadena internacional de comida vegana y, el madrileño presume de ser uno de los primeros (abrió en 2010) de su categoría en España. Todos los días ofrece un menú (10,50 euros entre semana y 13,50 los fines de semana) con varios primeros, segundos y postres a elegir. Entre sus propuestas destacan el seitán al curry acompañado de arroz integral bio, lentejas castellanas, bolas de seitán en salsa de champiñón, cebolla, puerro y orégano con arroz integral bio, o los filetes de tofu con calabacín y tomate a la plancha en salsa de barbacoa y arroz. Entre los dulces hay strudel de manzana, magdalena de limón, arroz con leche de soja… También ofrecen una carta con sus especialidades.
Con dos locales en Barcelona, Sopa prepara algunos de sus platos libres de producto animal al cien por cien, a la vez que es macrobiótico. Como su nombre indica, ofrecen especial atención a los platos de cuchara tanto fríos como calientes. Preparan un sinfín de sopas: thai con verduras y leche de coco; de remolacha y tomate; de calabaza y jengibre; de melón y canela; de tomate, sandía y albahaca…
También tienen ensaladas y platos principales como el gado-gado con salsa de almendras y cacahuete; la paella de verduras y garbanzos o los azukis estofados con menta. de postre, no dejéis de probar alguna de sus tartas caseras… veganas.
Presumen de tener una cocina veganiciosa, es decir: vegana, de vicio y deliciosa. En sus menús, siempre basándose en recetas sencillas y tradicionales, hay platos contundentes (que pueden tomarse como plato único) como arroz basmati integral, quinoa negra, calabacín a la plancha y tofu macerado en salsa de higos y tamari, fregola sarda con cilantro, cebollita, aguacate, mango, rúcula y tomate, albóndigas de berenjena asada elaboradas con avena, o su famosa burguer. Cuentan también con una exquisita sección de pastelería. No dejen de probar sus cookies.
Desde 2009 Gopal está normalizando el modo de vida vegano. Funciona como Take away, aunque sirven desayunos, almuerzos, comidas, cenas y cafés a cualquier hora del día. Por su reducido espacio, mucha gente sale a comer los platos a la calle. Cuenta con varios tipos de menús del día en los que se pueden degustar ensaladas, guisos, hamburguesas, bocadillos... Cuentan con una marca propia de embutidos, nata y quesos veganos y no paran de reinventarse y lanzar productos sin gota animal como sus churros. Cuentan con una sección de repostería ampliamente seguida por sus conocedores con propuestas como sus veganuts (donuts veganos) que ofrecen en múltiples sabores. Para acompañar, zumos, cafés, infusiones…
Un espacio gastronómico centrado en la cocina vegetariana y vegana. Sus menús son generosos y a buen precio y sus platos caseros están elaborados con frescas materias primas y mucho cariño. Entre sus platos destaca la hamburguesa de quinoa con salsa de aguacate, la crema de zanahoria fría, la quiche de tofu o de verduras ecológicas, milanesas de seitán, crepes veganas… y hasta pasteles.
Sus zumos naturales de frutas, verduras y plantas son otra de sus mejores bazas ya que son férreos creyentes de la Hidrolaterapia, una terapia holística que utiliza el agua resultante de la destilación de una planta porque tiene importantes cualidades terapéuticas.
Justo enfrente de la playa de Barcelona se encuentra este bar especializado en sangrías y que ofrece comida vegetariana, vegana y crudista. Además de poder ir a tapear a base de tabla de cremas (pesto de rúcula, paté de olivas negras, romesco o hummus), de cubitos de tempeh ecológico, berenjena y tomates secos pasados a la plancha y condimentados con cebolla confitada y sésamo tostado o sus aliens a base de calabacín asado y queso vegano alimentado del mejor pesto de tomates secos. Importantes son sus Vegburguers y su paella (la hacen los jueves) con langostinos y gambas… veganas. En cuanto a postres, su Brawnie, con un bizcocho de bayas de goji, dátiles y frutos secos molidos, cacao y agave o su Tirawmisú, una composición de tres capas de crema de dátiles y frutos secos molidos, cacao crudo, almentras, agave y vainilla.
La comida italiana también puede ser vegana. Y, claro, por supuesto que aquí la pasta y la pizza no tienen ningún ingrediente de origen animal. Así, está la Cuatro estaciones con tomate, mozzarella vegana, alcachofas, aceitunas, champiñones y calabacín; la Laia, con tomate, tofu, queso de zanahoria, berenjena, calabacín, cebolla, aceitunas y pimientos o la de Chorizo, a base de tomate, chorizo vegano picante, mozzarella vegana, cebolla, champiñones y ajo. Y, en cuanto a la pasta (que se puede cambiar por arroz) hay múltiples salsas como la peperonata, con pimiento, berenjena, especias picantes y tomate; la salsa boloñesa de soja; o la de verduras variadas y tofu. Pero en su carta hay más, como hamburguesas, Frankfurt, ensaladas y postres. Para beber, una nutrida carta de zumos y batidos: desde los básicos de naranja y zanahoria hasta súper elaborados como el Moreno, que lleva plátano, leche de avena, sirope de agave, copos de avena y cacao. Los precios, muy ajustados.
Empezó en 2009 como una pequeña pastelería en un puesto del antiguo Mercado de Entradores y hoy, aunque sigue realizando su repostería con materias primas cien por cien vegetales, libre de huevo, lácteos, grasas y otras materias animales, ha ampliado su oferta con hamburguesas, kebabs, sándwiches y muchísimas tapas veganas. Por ejemplo: empanadillas con masa de espinacas rellenas de coliflor, o de masa de remolacha rellenas de espinacas, cebolla y maíz, salmorejo de remolacha, churrasco de seitán con mojo picón, fajitas de seitán con nachos y pico de gallo… todo ello regado con cerveza artesana de barril.
Como ellos mismos dicen, aquí se centran en la ‘cocina vegana sana que sorprende’. En su cuidada elaboración utilizan productos locales y ecológicos. En su menú hay recetas como ensaladas (de tomates aliñados con aceite de oliva extra virgen, ajo y perejil), entrantes (hummus, gazpacho, guacamole) y, de platos fuertes, tofu horneado en salsa de orejones y acompañado de salsa de cacahuetes y arroz basmati; Thai Curry, un salteado de verduras y tofu en leche de coco, salsa de soja y curry verde tailandés acompañado de arroz basmati integral y tofu al horo y ragú de seitán en bechamel de setas acompañado de rollitos de primavera rellenos de tabulé de quinoa. De postre, trufas caseras elaboradas con manteca de coco, chocolate y dátiles o flan de nata y leche de soja sazonado con vainilla y frutas secas. De beber, cuentan con una carta de vinos naturales de la zona.
Es un local perfecto para ir tanto los carnívoros como los veganos porque este local de tapas (principalmente) cuenta con deliciosas cartas para ambos. En la opción respetuosa con el mundo animal destacan sus hamburguesas de lentejas negras con mostaza y veganesa (se agotan enseguida, por cierto); la parrillada de verduras con papas y salsa de mojo; la lasaña de verduras y soja; los canelones de espinacas; el cous cous de verduras y legumbres o la pita de falafel. Todas basadas en la dieta mediterránea, con raciones abundantes y precios asequibles.
Un espacio diferente para cenar de forma vegana. Además de funcionar como restaurante organiza actividades, talleres y degustaciones veganas amén de celebrar todo tipo de actividades culturales o artísticas. Entre sus recetas: frijoles rojos fritos con salsa de mostaza, yogur y cerveza; seitán y patatas a la mostaza; carpaccio de calabacín; gazpacho de remolacha; cazuelita al curry; hamburguesa de lentejas… sin olvidar los postres: natillas de vainilla; panqueque de calabaza y chocolate; sorbete de melón… Todo cocinado con verduras ecológicas de la huerta valenciana.
Gustu es un restaurante de comida orgánica y de producción local donde la salud y lo gourmet, lo original y lo vanguardista, lo divertido y lo nutritivo están unidos. En su carta hay muchas opciones veganas como el bokatagustu, un crujiente de pan relleno de pollo vegano a la plancha, lechuga de temporada, cebolla roja de Zalla, brotes de la casa y salsa a elegir. O su gustuburguer, una hamburguesa vegetal con pan orgánico, queso vegano, cebolla roja de Zalla, brotes de la casa, tomate deshidratado y salsa a elegir. Cuenta con un menú detox (que incluye sopa de mijo y arroz integral redondo con setas y gomashio, entre otras delicatesen) y un menú Aste Nagusi Gourmet (con canelones crudiveganos de calabacín prensado rellenos de hummus multicolor y surtido de falafel, croquetas de mijo al sésamo acompañadas de tres salsas, espuma de zanahoria y ensalada). Gustu también funciona como escuela de cocina vegana.
Ángela Sebastián y Carles Sanz comenzaron con una tienda de sushi vegano para llevar en el Casco Viejo de Bilbao. Ahora cuentan con otro local en la peatonal calle Villarías. En La Camelia Vegan Bar se puede seguir comiendo su estupendo sushi vegano, pero también otras especialidades como la sopa de miso, sándwiches de tempé, tofu o seitán, hamburguesas veganas y riquísimos hummus. Incluso hay dulces como su pastel de zanahoria, sus kokroskis (galletas crujientes), o waffles de avellanas. Son recetas orgánicas, caseras y elaboradas con cariño para comer rico y sano y que también sirven para llevar.
La cocina vasca es muy famosa, sí. Y la ciudad de Donosti está plagada de pequeños restaurantes. Poco hueco hay para los veganos y vegetarianos. Pero no desesperen que en la ciudad vasca hay un local donde disfrutar de una dieta libe de proteína de origen animal. El restaurante Green Break Vegan Take Away se suma al movimiento del Raw Food, que consiste en consumir alimentos crudos. Sirve hamburguesas, burritos, perritos, ensaladas, platos combinados... pero todo ello a base de alimentos cien por cien vegetales. Reconocido también por sus deliciosos postres como los gofres, tiramisú o por sus smoothies, una opción refrescante y nutritiva que se ha puesto muy de moda en los últimos tiempos, además de unos sorprendentes cócteles de cocos naturales. En su carta hay raciones (hummus, guacamole, pan de ajo, aros de cebolla…) y platos principales (hamburguesa, perrito, durums, burritos), además de ensaladas y platos combinados. Sus precios son bastante razonables: el menú de entrante más plato principal, unos 14 euros.
La ciudad gallega cuenta con un espacio polivalente donde no sólo se puede disfrutar de una interesante charla o un animado concierto, también ofrecen un menú (por 7,50 euros) para comer a base de recetas caseras y elaboradas con cariño. Crema de espinacas y acelgas o de puerros, tosta de hummus tradicional o de pimientos, ensalada de trigo sarraceno o de garbanzos… son algunas de sus propuestas para los primeros platos. Para el segundo hay masoor dal con bécol, trigo sarraceno con hortalizas, quinoa con brécol, acelgas rellenas de cebada y verduras con salsa bechamel, hamburguesas de lentejas con patatas fritas, por ejemplo. De postre, batido de cacao y naranja o bizcocho de naranja y canela, por ejemplo.
El restaurante Entre Pedras es un proyecto nacido para ofrecer, en una tierra donde la gastronomía es una religión, una oferta vegana y vegetariana de buen sabor y buena elaboración y a un precio económico. Hamburguesas (la de frutos secos y lentejas entre pan artesano es digna de reseñar), tostas (de tomate seco), sándwiches, durums (el de seitán es muy aconsejable)… elaborados con materias primas excelentes y acompañados por salsas ‘de la casa’. También tienen tapas y se puede cenar a base de ellas. Sólo abren por lar tardes-noches, por lo que se recomienda ir pronto. Periódicamente realizan exposiciones de arte.
Un lugar con encanto en el centro de Murcia donde disfrutar de comida vegana y vegetariana. Aquí se puede tapear, comer o cenar a base de recetas veganas elaboradas con productos de calidad y, a ser posible, de productores de la zona. Sandwich de seitán, sushi, pakoras, hummus, croquetas de boniato o de puerros y alcachofas, ensaladilla vegana con alga marinada, tortilla de patata vegana con pesto, pacanas de coliflor con salsa Tzatziki… y unos postres a la altura. Un espacio diferente que, además, organiza talleres diversos.
”La comida está muy buena aunque es vegana”. Es habitual escuchar comentarios de este tipo entre la gente que no suele llevar una dieta natural y orgánica porque aún sigue la creencia, equívoca, por supuesto, de que un plato sin ningún componente animal no puede ser sabroso. En este local de Mallorca se pueden tomar unos zumos y smoothies estupendos. Además, todos los días tienen elaboradas recetas en su menú como sopa de pimiento rojo picante, spaguettis con zanahoria y calabacín al pesto con nueces y queso vegano, hummus libanés, o sopa de verduras con cúrcuma y cardamomo. Los dulces y los cafés son otra de sus referencias, siempre, con leches vegetales.
En pleno corazón de Palma, en el antiguo barrio de Calatrava, se encuentra este espacio singular que ofrece al visitante un agradable oasis urbano. En su carta hay lasaña de espinacas, piñones y pasas (según ellos su mejor plato), cremas y sopas de verdura del día, hamburguesa vegetal servida con cuscús y escalibada, taboule… además de ensaladas y bocadillos variados. Temple Natura Café Garden es también tienda de herbodietética y cuenta con un espacio donde se realizan diversas actividades, desde exposiciones hasta clases de yoga o meditación.
“Los veganos pueden pedir sin preocupaciones todo lo de la carta y los no veganos, no se darán cuenta de que están en un pequeño restaurante vegano”, la declaración de intenciones de La Golondrina lo deja muy claro. Cada mediodía preparan un menú sano, fresco, imaginativo y libre de productos de procedencia animal. Incluso cuenta con una nutrida carta de zumos cien por cien naturales realizados a base de frutas y verduras procedentes siempre de agricultores de la zona. Es perfecto para tomar las primeras copas de la noche disfrutando de música en vivo o de algún espectáculo de cabaré.
Un local curioso centrado en la cocina vegana y crudivegana. En su carta hay platos caseros y originales, sanos y muy sabrosos como tostadas de aguacate con tomate, hamburguesas de seitán y alubias rojas, croquetas de mijo con almendras y menta, perrito caliente vegano… Además cuenta con densos batidos (papaya, mango y leche de coco; fresas con leche de coco…). A va de Bo se puede ir a cualquier hora del día, tanto para desayunar como para cenar porque sus platos los hacen al momento (no hay nada precocinado) y, si se tienen dotes musicales y les apetece, pueden arrancarse con una melodía en su piano, abierto a cualquier improvisación.
Este negocio familar es reconocido como el primer restaurante ecológico de Mallorca. Los platos, todos vegetarianos y veganos, se elaboran, principalmente, con los productos que Joan Coll, propietario y cocinero, recoge de su propia huerta. Su esposa, Magdalena, se encarga de hacer dulces (inspirados en el recetario tradicional como coques y ensaimadas) y pan, y sus hijas, María y Joana, están a cargo del servicio de mesas. Todos los días, para comer y para cenar, preparan menús que constan de entrante, primero, segundo, postre y bebida. Su cocina podría denominarse ‘de huerta’ porque es totalmente fresca y natural. Recetas sencillas pero muy variadas que demuestran que las dietas vegana y vegetariana no son aburridas. Imparten cursos de cocina.
Al norte de la isla, bajo el cobijo de higueras centenarias, se encuentra este local perfecto para desconectar y disfrutar de la vida. Con un menú a base de platos vegetarianos y veganos trabajados con verduras ecológicas de su propia finca, ofrecen desayunos (aseguran que son los más naturales y completos de Mallorca), almuerzos y cenas. Entre sus propuestas, hamburguesa vegana con bechamel de trufa, trufa fresca, mostaza a la naranja, berenjena y tomate a la plancha, lasaña de trufa fresca o panna cota vegana. Cuentan, además, con vinos ecológicos de la zona. Al lado, una pensión Bellavista, para los que les apetezca refugiarse entre naturaleza.
Este veterano local vegetariano (funciona desde 1978) trabaja para dar una alimentación sana, equilibrada y respetuosa con el medio ambiente. Por la noche, ofrece una carta de alta cocina vegana para cuya elaboración han contado con el chef Toni Rodríguez, fundador de la famosa pastelería Lujuria Vegana. Con ella, los vegetarianos más exigentes y los amantes de las sorpresas en la mesa no quedarán defraudados. Mollete de seitán hoisin con crema de pimiento verde frito, cacahuete y cilantro; puerros asados en escabeche; berenjena ahumada con crema de pimiento escalibado, berros y sésamo; carpaccio de piquillos con vinagreta agridulce, avellanas y shiso… son algunas de sus propuestas. En definitiva, alta cocina vegana adaptada a precios asequibles.
Es un ecléctico local para ir a cualquier hora del día. En su carta hay una amplia gama de entrantes, platos principales y postres preparados con materias primas de calidad y procedentes de agricultores locales. Entre sus propuestas de menú hay croquetas caseras de champiñones y bechamel a base de leche de soja; pasta con pesto de espinacas y nueces; calabacines rellenos de ratatouille con mermelada de pimientos y tofu… Pero fuera de carta también cuenta con platos elaborados como ‘melón baal canaf, (plato típico de Yemen), un melón relleno de judías azuki, arroz basmati integral y especias cocinado al horno, ‘malai koftas’, albóndigas de patatas y guisantes con salsa de tomate, leche de coco y curry rojo con pistachos o croquetas de lentejas rojas y champiñones con babaganoush y confitura de calabaza y jengibre. Para beber ofrece un amplio surtido de infusiones y cafés con leche vegetal y, además, cervezas ecológicas de fabricantes del archipiélago.
‘¿Nunca has comido en una frutería?’ Con este lema se presenta este local centrado en la cocina vegetariana y vegana con la elaboración de recetas sencillas, con productos locales y llenas de vitaminas. Su menú (a 9,90 euros) cambia cada día con platos originales y revitalizantes. Gazpacho de melón, manzana y tuno indio; crema tibia de verduras y chia; pan árabe relleno de soja y verduras con hummus; fruta y verdura a la plancha con hummus; pasta con calabaza y champiñones; estofado vegano con verduras; pasta con tomate, berenjenas y almendras… Hay sándwiches, bocadillos y dulces variados. Para beber, cafés, infusiones batidos y zumos naturales.
Su filosofía es que la comida debe servirse en su estado más natural posible para así nutrir al cuerpo al máximo y, es por ello, que sólo utilizan ingredientes cien por cien naturales además de no usar azúcares refinados, lácteos, conservantes ni colorantes. Apuestan por el desarrollo sostenible por lo que sólo se abastecen de campesinos locales e, incluso, minimizan su cantidad de residuos y todos sus contenedores son biodegradables para así minimizar el impacto sobre el medio ambiente. Entre sus recetas hay espaguetis de calabacín con salsa pesto de aguacate, albahaca y piñones; bolitas de champiñones y nueces con pimentón dulce, perejil y eneldo, sésamo y curry; taboule, ensaladas y muchos zumos y smothies de frutas y verduras frescas de temporada.
En una tierra donde abunda la morcilla o el lechazo existen islas veganas como Gaia para demostrar que se puede comer bien (y alimentarse saludablemente) sin necesidad de hacer sufrir a un animal. Su especialidad es la cocina internacional vegetariana. Sus responsables suelen viajar por Asia, su destino favorito, donde su cocina está repleta de verduras y, siempre pueden adaptar al paladar europeo. Así, se han hecho con unas 400 recetas que mezclan diariamente para conseguir unos menús variados y apetecibles. El restaurante es vegano, por lo que no la leche y el huevo y sus derivados son totalmente descartados. Pero son platos muy elaborados, de intenso sabor y excelente presentación que sorprende tanto a vegetarianos como a los que no lo son.