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La 'Da Michele' es la pizzería más conocida de Nápoles. Bueno, de hecho es la pizzería más conocida de Italia. Y –probablemente– la más conocida de Europa. "Y del mundo, seguro" dice Francesco Spinosa, mánager del establecimiento, entre carcajadas. Fundada en 1870, 'Da Michele' vende más de 2.000 pizzas al día ("entre 2.000 y 2.200" precisa Spinosa) y a pesar de que su ubicación en Nápoles tiene al menos otras cuatro pizzerías en un radio de dos calles, la gente prefiere esperar una hora en la calle antes que renunciar a su porción de 'Da Michele'. Para rematarlo: son famosos por aborrecer las reservas.
Spinosa, socio de los 'Da Michele' durante una década, les convenció de abrir en Milán y Roma (en abril abren una segunda localización en la misma ciudad) y –finalmente– una tercera ubicación fuera de Italia, la primera: Barcelona. "Lo único que querían era la garantía de que se respetaría la esencia de lo que somos: una pizzería de Nápoles en la que solo se sirve pizza". Dicho y hecho: tres veces a la semana llega a Barcelona un camión de Nápoles.
"La mozzarella se trae de Nápoles, y los tomates, y la masa; el queso; la harina, el orégano y hasta la leña se trae de Nápoles. ¿Qué por qué la leña? Porque no queremos que la leña de aquí dé otro sabor a la pizza. Ah, y los postres, los postres también los traemos de Nápoles (Risas)" dice el encargado, que también se ha trasladado desde Nápoles, naturalmente. Napolitano es también el capo pizzero, los cocineros, los camareros y un buen montón de clientela.
Otra de las cosas en las que 'Da Michele' persevera es en la filosofía de la casa: una carta corta, cortísima, en la que hay cuatro pizzas y un clásico: la pizza frita. "No vas a creértelo, pero eso también tuvimos que pelearlo: en Nápoles se empezó con dos pizzas, la marinara –una pizza con base de tomate y ajo, sin mozzarella– y la margherita y se han atenido a eso durante casi ocho décadas.
Les dijimos que para salir de Italia igual necesitábamos un poco más, y al final nos hicieron caso. Así que aquí tenemos esas dos, más la napoletana (con anchoas de Cetara), el calzone y la pizza fritta’. ¿La más popular? Bueno, la fritta es difícil de ver fuera de Nápoles, así que los que saben de estas cosas es la que piden".
Reza la leyenda que la pizza frita se inventó en Nápoles en la 2ª guerra mundial porque al no tener que utilizar horno podía hacerse más rápido y con menos dificultades logísticas. La masa se freía hasta quedar dorada y en el centro (previo a la fritura) se añadía jamón y queso, o carne, o lo que uno decidiera que tenía que ir ahí, utilizando doble masa para asegurar su consistencia.
En 'Da Michele' y porque ya no estamos en guerra, preparan este manjar con chicharrones, salami de cochinillo negro de Caserta, mozzarella 'fior de latte' de Agerola, quesos ricota y pecorino, pimienta negra y aceite de semillas. "Llena más que las otras, precisamente porque se fríe en aceite y la ración puede parecer más pequeña, pero hay que ir con cuidado porque al final es más energética que cualquier otro producto de la casa" aclara Spinosa.
La historia de 'Da Michele' arranca en 1870 con la familia Condurro, artesanos de Torre Annunziata, la zona que da nombre a los pizzeros más famosos de Italia. En 1906 Michele Condurro agranda la leyenda familiar (iniciada por su padre Salvatore) con su propio establecimiento hasta que en 1930 se trasladan a un local más adecuado en la calle Cesare Sersale. Allí siguen hoy en día, cinco generaciones de maestros después, tozudos, empeñados en la fórmula que les he dado éxito: "Fresco, sencillo, sin papocchia –tonterías–, y con una masa que fermenta de 24 a 36 horas antes de que te la comas, de forma que la digieres sin ningún tipo de problema y sin pesadez. Tenemos algún que otro secreto, pero si te lo revelara tendría que matarte (risas)".
Para aquellos que crean que no tendrán suficiente con una pizza (ojo, son monstruosas) pueden optar por unos entrantes que vienen de Nápoles, como el resto, en los que destacan los nudos fritos (una suerte de churro) con verduras o con tomate. El consejo de los fieles sería que esperasen al postre y se deleitaran con la indescriptible ricota de pistacho al chocolate, la bestial tarta de Ferrero-Rocher o el babà al ron.
La cerveza y el vino también se los traen de casa, excepto en el caso de los productos locales y la carta de caldos y birras sigue la línea de sobriedad del resto: breve y concisa. Que nadie vaya esperando una exhibición de músculo de alcohol italiano porque todo en 'Da Michele' sigue esa filosofía anclada en la sencillez.
Antes de irnos, Spinosa nos pide que difundamos el consejo que dan a todos sus fieles: "Hasta el jueves no hay problema, pero a partir de ese día y sobre todo por la noche, hay que tener paciencia porque desde las ocho y media las colas llegan hasta la esquina. Eso sí, prometemos que la espera valdrá la pena" remata el alma mater del local.
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