Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Comer en La Boquería es un asunto muy serio, como bien saben los habituales de este legendario mercado. 'El Universal', 'Pinotxo', 'Clemens', 'Casa Guinart' o 'Quimet' ofrecen al visitante un infinito abanico de posibilidades: platos, platillos, tapas, verduras, carne, pescado o cualquier cosa en la que uno pueda pensar. "Si existe, lo tenemos" se dice de este enclave gastronómico pegado a Las Ramblas.
A toda esta oferta se suma ahora una más, el 'Direkte'. Este minúsculo restaurante situado en los pórticos de La Boquería (entrando a mano izquierda, no hay pérdida) sirve uno de los menús más interesantes del mercado y lo hace gracias a una filosofía que aprovecha cada centímetro de un local pensado para la cercanía, para el detalle, para cultivar una estrecha relación entre el chef y el huésped. Por supuesto, todo eso no serviría de nada sin un cocinero que trabaja un concepto alimentado por unas raíces fortalecidas en Asia y rematadas con un toque local.
El chef Arnau Muñío ha tardado un tiempo en conseguir lo que perseguía: un restaurante en el que poner en práctica lo aprendido con Ramón Martínez, Rafa Morales y Carles Abellán (con este último en 'Comerç 24', durante más de 11 años): "Al final convencí a Carles de que me dejara este local para montar algo especial, un sitio pequeño en el que ofrecer algo que tenga mucho que ver conmigo", dice Muñío.
Y se nota el callo del emprendedor, empezando por la carta de vinos que le ha diseñado Antonio Lopo (el extraordinario sumiller de Abellán) y –sobre todo– con un menú degustación que toca todas las teclas del paladar. Si a eso le sumamos una preciosa barra baja de madera y capacidad para ocho comensales, el 'Direkte' se convierte, de golpe y porrazo, en una de esas visitas obligadas para los amantes de la buena comida.
"Me gusta mucho la comida japonesa y, en general, la gastronomía asiática, pero no puedo evitar mis raíces catalanas y en esa combinación es donde reside lo que pretendo transmitir con la cocina del 'Direkte'" cuenta el chef. Abriendo al mediodía de martes a sábado y por las noches el viernes y el sábado, Muñío reconoce que, en ocasiones, es difícil lidiar con la esencia de un mercado que es un camaleón y cuya base clientelar es mayormente turística.
"A veces pasan por aquí, se sientan y se dejan sorprender, pero esta tampoco es una zona en la que haya demasiado tránsito. Por suerte, tenemos un local que se llena enseguida y no nos está yendo mal. Por las noches es un poco más difícil con el mercado cerrado, pero acabamos de empezar", admite con una sonrisa.
El menú degustación de 'Direkte' –digámoslo claro– es estupendo. Capaz de fundir los sabores de Asia con determinados aspectos de la rica cocina catalana, el local brilla ya desde su primer plato, con ese pica-pica de coles encurtidas, magníficas, con una textura extraordinaria.
Después llegan la sorprendente papada ibérica picante rellena de ostra (un plato de una intensidad inesperada), el magnífico consomé de gallina con huevo y crestas y la alucinante coca de cebolla, papada ibérica y sardina ahumada.
El doble uso de la papada (de dos formas totalmente distintas, ambas excelentes) da fe de la habilidad del chef para darle la vuelta a ingredientes clásicos con resultados notables. Eso sí, la coca de cebolla es seguramente el mejor plato del menú, con esa mezcolanza de sabores, esa gemellaggio (una bonita palabra italiana que significa 'hermanamiento') entre el crujir de la base, el salado de la sardina y la textura de la papada, al que el toque de cebolla acaba de añadir un matiz delicioso. "Me gusta coger algo como un plato o una receta, algo que tenemos clavado en la mente y darle un pequeño giro. Es muy reconfortante ver la expresión del comensal", clama el chef.
Fresquísima la ensalada de pepino y pulpo encurtido Tsukiji, que se beneficia del tratamiento del que ha gozado el octópodo, de textura superlativa, macerado para la ocasión: "escaldado y envejecido", dice el chef con una sonrisa. Brillante la carrillera de ternera ahumada Pekín, tierna hasta decir basta y espectacularmente jugoso, igual que el Capipota (callos) a la brasa con su jugo y raifort, una preciosa variación de un plato inmortal de la cocina española. Si a alguien le queda algo de hambre, el mango con fruta de la pasión, yogur y mezcal, se encargará de rematar la jugada.
El perfeccionismo del chef llega a afectar a la banda sonora del local: él mismo se encarga de seleccionar las canciones que suenan en 'Direkte': de The Jam a los Madness, pasando por los Specials, Clapton o los Rolling Stones: "Me paso muchas noches haciendo listas que después me hagan más agradable la jornada. Me gusta muchísimo la música y forma parte del espíritu del 'Direkte'" confiesa Muñío.
Sería injusto no mencionar la pluscuamperfecta carta de vinos, huyendo a toda velocidad de cualquier convencionalismo para ofrecer al visitante algo distinto. Nos permitiremos recomendar uno: el Negre 1. Este tinto de color intenso es una de esas sorpresas que obligan a reformular los prejuicios de cualquier paladar. En cualquier caso, déjate aconsejar: la bodega es breve como el propio local, pero igual de portentosa.
Ya lo decía Miguel Ángel: "La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas".