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Un viaje al pasado es lo que sentirás nada más poner un pie en esta emblemática “casa fundada en 1892”. Iluminación mínima, decoración a base de fotos, botellas y carteles antiguos, y una música muy al pelo, que bien pueden ser coplas o algo por el estilo, contribuyen a la atmósfera de esta bodega, que hoy sigue siendo uno de esos lugares que nadie debería perderse en Madrid. Entre semana, abre hasta las 2 h. y los fines de semana, hasta las 2.30 h. (si quieres comer, ve un poco antes de esa hora), así que, si te entra un antojazo nocturno de pincho de tortilla, ya sabes dónde ir.
La tortilla de patata, jugosa y con cebolla, es su especialidad, así como una de las más afamadas de la capital. También triunfan sus alcachofas a la plancha, las fabes con calamares o las croquetas, que hacen de jamón, carabinero, bacalao… Si la zona de la entrada está llena, puedes probar en la salita del fondo, a la que se accede por el hueco de debajo de la barra. Encanto al 100%.
Y de un clásico, nos vamos ahora a uno de los sitios más nuevos de la ciudad. Este bonito restaurante está en la mismísima Plaza de la Independencia y es una opción a tener en cuenta a cualquier hora del día, incluida la noche. Hasta la 1.30 h. encontrarás abierta su cocina para que puedas saciar tu apetito tardío. Lo mejor es que dispone de opciones diversas para acertar sea cual sea el plan en el que vayas. Si quieres picotear, tiene una carta de tapas con patatas bravas, ensaladilla rusa, croquetas o las recurrentes tablas de queso y jamón ibérico. Pero si el cuerpo te pide algo con más enjundia, lánzate con alguno de sus guisos: albóndigas de ternera, arroz meloso con marisco... Cuenta con una zona de barra que está genial para tomar un cóctel y, si la noche acompaña, también tendrás la posibilidad de sentarte en la terraza, con vistas a la Puerta de Alcalá y provista de estufas para cuando empiece a apretar el fresquito.
Calle Serrano, 1. Madrid. Tel: 910 49 00 12
Si andas por Chueca, recuerda que aquí tienes un buen lugar para cenar a deshoras, ya que entre semana no echa el cierre hasta las 2 h. y los fines de semana, hasta las 2.30 h. (pero ten en cuenta que admiten pedidos sólo hasta la 1.15 h.). "Por la noche vienen bastantes personas, sobre todo, gente que ha ido al teatro por la zona y sale con ganas de comer algo", nos cuentan. Aunque abren hasta esas horas, ellos recomiendan reservar, por aquello de que nos aseguremos sitio. Esta taberna se fundó en 1854 y, en su nueva etapa -desde 2013-, se han esmerado en recuperar no sólo la decoración original, con sus azulejos y su parqué de caoba, sino también la esencia de su cocina. "Lo nuestro son las recetas tradicionales, que hacemos sin prisa y con mucho mimo, como antiguamente", recalcan. En su carta encontrarás rabas de calamar bien crujientes o verduritas con jamón ibérico, pero también pescados al horno, un buen plato de callos o uno de macarrones.
Calle Libertad, 16. Madrid. Tel: 915 31 09 11
Mira que lleva años, pero Laidy Pepa aún continúa siendo uno de esos sitios un poco secretos y desconocidos. Y por eso mola. Bueno, además de por su crapulismo, que también nos encanta. Ningún teléfono de contacto en Google y ni rastro de una página web. Para conocerlo, hay que ir. Eso sí, tardecito. MUY tardecito. Laidy Pepa es un “café teatro” al que es mítico ir a comer un guiso a horas intempestivas, después de una noche de parranda. Para entrar, debes llamar a la puerta y esperar a que te abran. Después, tomarás asiento en una de sus mesitas y alucinarás. El ambiente es entre surrealista y súper divertido. Suele haber alguien al piano, mientras los demás charlan, lo pasan bien y, aquí viene lo bueno, dan cuenta de unas lentejas, una fabada o unos espaguetis a las cinco, seis, siete… ¡de la mañana! Si no lo has hecho aún, apúntalo, porque es un clásico de Madrid al que hay que ir, al menos, una vez en la vida.
En el esquinazo entre las calles Fernando VI y Hortaleza se ubica este restaurante, que suele estar lleno casi a todas horas. La zona, entre Alonso Martínez y Chueca, es agradecida, como también lo es su propuesta, basada en platos tradicionales -con su toquecito- servidos en un ambiente joven y desenfadado. Allí te puedes comer unos chipirones en su tinta con arroz blanco, unas albóndigas de ternera o hasta unos callos a la madrileña. Si todo esto te parece too much para cenar, pide entonces alguno de sus pinchos, como el de tortilla de patata, muy rico y con un punto dulce que le da estar hecho con cebolla caramelizada. Aunque los lunes, martes y domingos no abre más allá de las 24.00-24.30 h., los miércoles y jueves están hasta las 2.30 h. y los viernes y sábados, hasta las 3 h. Por cierto, tiene otros dos locales, uno en la calle Serrano y otro en la de Núñez de Balboa.
Calle Fernando VI, 2. Madrid. Tel: 915 63 34 31
El que, años ha, fuera el tablao flamenco de Lola Flores y el Pescaílla ha sido testigo de muchas noches de farra. Reconvertido en bistro -desde que cambiara de dueño en el año 93-, sigue al pie del cañón, dando de cenar a las horas más extemporáneas. Situado cerca de Ópera, la cocina de Caripén permanece abierta todos los días hasta las 3 de la mañana. Su pequeña entrada da paso a un local de iluminación acogedora y tenue, techos abovedados y mesas de madera sobre las que ponen velitas para que el ambiente sea más íntimo todavía. Como buen bistro, lo suyo es más bien la cocina francesa, aunque también tiene platos italianos. Los must de la casa son los mejillones de roca, el foie caliente y el magret de pato. Si te quedas con sitio para el postre, prueba la tarta de manzana o las crepes, que sirven con chocolate, con mantequilla salada y vainilla, con licor…
Plaza de la Marina Española, 4. Madrid. Tel: 915 41 11 77
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