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David Villalón describe 'Angelita' (Recomendado por Guía Repsol) como un "bar de vinos con bistró", pero solo tendréis que ir una vez para entender que es mucho más. Grandes ventanales a la calle de La Reina llena el espacio de luz y un enorme mural de la versión madrileña de la Metrópolis de George Grosz da profundidad a la sala. En un ambiente elegante pero también relajado podréis probar su pisto hecho con verduras del huerto familar; la merluza con espuma de all i pebre y alioli de azafrán; o la pata de cordero lechal con puré de chirivía y salsa de naranja. Todo, por supuesto, regado por vinos buenos y bien elegidos. Tras los postres y alguna que otra tentación de su trabajado carro de quesos, toca bajar al tesoro escondido del lugar, una coctelería con 40 combinados de autor. Por lo menos, tendréis que probar uno.
'Membibre' (1 Sol Guía Repsol) lleva abierto desde 1967 -por entonces, una casa de comida popular, y ahora es el joven Vïctor, la última generación, el que dirige la cocina con innovación y escuela. Tras su paso por cocinas de primer nivel, hace pocos años que volvió a poner patas arriba el panorama gastronómico madrileño. La cena de Navidad puede ser un buen momento para probar su cambiante carta, donde abunda la caza. Quizá sea el momento de disfrutar juntos de una buena materia prima a precios coherentes y dejaros llevar por el chili crab de txangurro, o las mollejas de ternera con mantequilla de avellana.
¿Os apetece cocina elaborada de raíces manchegas? 'Santerra' (1 Sol Guía Repsol) es vuestro sitio este año. De la mano de Miguel Carretero podréis probar su escabeche de codorniz con vieira y zanahoria, sus tórtolas rellenas de foie y champiñones o su trucha asturiana con hinojo y crema agria. Sus vinos también dirigen a la tierra del chef, natural de Pedro Muñoz (Ciudad Real) y para los grupos que prefieran una propuesta más informal, 'Santerra' cuenta con un espacio en la parte de arriba con ambiente y platos desenfadados.
En las cenas de Navidad se come, pero sobre todo, se bebe. Y para eso, qué mejor sitio que 'Matritum' (Recomendado por Guía Repsol), un lugar en La Latina donde sentarse a la mesa es ir de explosión en explosión. No es necesario que pidáis maridaje pero si lo hacéis, la diversión estará más que asegurada. Es fácil imaginar a un grupo de amigos sentándose a la mesa entre risas, probando la sopa de miso acompañada de una copa de Manzanilla, o las gyozas de carabineros y butifarra de Perol regadas con un Jerez, y pensando ya en la siguiente celebración.
Para los que tengan antojo de estética setentera y cocina italiana. Paredes de colores cálidos y cocina vista dibujan la sala de Gianni Pinto, un cocinero que se atreve con platos italianos contemporáneos con muy buen resultado. En 'Noi' (1 Sol Guía Repsol), las anécdotas entre amigos y las risas recordando las bromas de siempre tendrán gusto a carbonara con guindilla y anchoa, a pasta con almejas y parmesano o a esfera de tiramisú.
A 'Ponzano' hay que ir a probar los platos César Martín en 'Lakasa' (2 Soles Guía Repsol) y a tomarse algo juntos después de cenar. Pero empecemos por el principo: buñuelos de Idiázabal, fiambre casero de callos con pipas de calabaza, manitas rellenas de rabo de toro. El chef madrileño puede alegraros la cena de Navidad sin mucho esfuerzo y puede incluso que a partir de ahora sea vuestro lugar de encuentro recurrente. Por si quedan dudas a final de la cena -cosa improbable- pedid de postre la tarta de limón con merengue; se os disiparán todas.