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Sorprende a tu madre con un viaje gastronómico a Francia, pero sin cruzar los Pirineos. Llévatela mejor a Jerez de la Frontera, en Cádiz. Allí, Juanlu Fernández pone su acento gaditano al recetario clásico galo en su restaurante 'Lú, Cocina y Alma' (1 Sol Guía Repsol y una estrella Michelin). En su cocina, tan pronto se inventa una salsa bonne femme con papas y chocos, como un potaje ibérico, un atún de almadraba con salsa tártara o una grand veneur con jereces. Su hilo conductor son las salsas francesas de larga cocción, con las que juega cambiando ingredientes, como la mantequilla por la manteca colorá, el vino francés por olorosos y amontillados o los fondos de carne por la berza jerezana. Una fusión francesa y andaluza presentada en tres menús diferentes (Le Petit Voyage, Universo Lú y Vive La France) que se despliega desde los aperitivos hasta los postres.
Seguro que tu madre nunca se había imaginado cocinar sesos, corazones y tripas como lo hace Javi Estévez en 'La Tasquería' (1 Sol Guía Repsol). Su filosofía es ser un restaurante de casquería para gente que no le gusta la casquería. Así que, tanto si tu madre es una amante de la lengua de cerdo ibérico o, por el contrario, pensar en higaditos y riñones le hace salir corriendo, la 'Tasquería' es una apuesta segura para soprenderla (para bien). No podrá resistirse a platos como los callos con pata y morro de ternera, las manitas de cerdo con alcachofa y cigala, los rabitos de cerdo en rollo marcados en plancha, servidos con queso Idiazábal y anguila ahumada o el paté de perdiz con higaditos de pollo y manzana dulce. El plato estrella: la cabeza entera de cochinillo, confitada a baja temperatura durante toda la noche y frita unos cinco minutos. Una exquisitez que se va desmenuzando con las manos y que es un visto y no visto en la mesa.
Con menos de tres temporadas de vida, se ha convertido en uno de los comedores de los que más se habla en la Marina Alta. Buenos proveedores y una madurez juvenil respaldan a los artífices: Borja Susilla y Clara Puig. 'Tula' es el fiel reflejo de la dedicación y el buen hacer, es un bocado de madurez y un sorbo de gallardía. Se surten de los mejores proveedores de la zona y de la península; cuentan con seleccionadas verduras de la huerta mediterránea y es habitual encontrar en el menú carnes de Luismi, aves y caza del gran maestro Higinio Gómez Ortiz o pescados de Garreta, un pescador local que sacrifica los peces por Ike Jime, la técnica japonesa de desangrado que le confiere a la carne una tersura y un sabor únicos... Si a una materia prima de semejante calidad se le añade talento en la cocina y amabilidad en sala, la experiencia se convierte necesariamente en impecable.
Carlos Maldonado tiene una alegría innata que contagia a todo el que visita 'Raíces' (1 Sol Guía Repsol). Y eso se palpa en su restaurante, recién redecorado y donde el ganador de Master Chef 3 se preocupa de que todo vaya sobre ruedas, tanto dentro como fuera de su cocina vista. Situado junto al río Tajo, tu madre se sentirá como en casa en este pequeño local que apuesta por una cocina manchega de cocciones lentas, que en ocasiones traspasa fronteras y donde la cerámica talaverana está muy presente. La vitalidad del chef se refleja en platos como un bollo de pata de oveja con queso manchego y ajo negro, unas tradicionales carillas, un tartar de trucha con royal de codium o una cabra entre pinos piñoneros y sus piñones. Si tu madre es golosa, no podrá resistirse al postre de Muerte por chocolate 4.0.
Los castellanos Rebeca Barainca y Jorge Asenjo practican en el 'Restaurante Galerna Jan/Edan', en Donostia, una cocina intensa, sobrada de carácter y bien gustosa. Guisos, caldos y fondos de cazuela están muy presentes en una propuesta que, no obstante, puede presumir de moderna y divertida por su audacia, su colorido y sus contrastes. Sorprende a tu madre con platos como las anémonas, poco habituales en Euskadi, aunque las conozcan bien los muchos vascos que veranean en Cádiz, y aquí se presentan rebozadas, en un conjunto planteado a modo de representación de una bajamar que las dejara al descubierto, sobre las rocas. También son deliciosas las ortiguillas con salsa de plancton, alga codium, alioli y salicornia; la trucha arcoíris del Pirineo marinada en sal y azúcar, o el guiso de pulpo del Cantábrico con notas de hinojo, curry rojo tailandés, papa canaria, yema de huevo, shiso verde y salicornia. Lo tienen todo y resulta evidente que la cocina intensa y bien gustosa es marca de la casa.
Gafas tridimensionales, platos impresos en 3D, menús proyectados sobre el mantel, relojes silenciosos ... El 'Atelier Etxanobe' (2 Soles Guía Repsol) es una apuesta segura para sorprender a tu madre. El restaurante se sirve de las nuevas tecnologías para ofrecer una experiencia gastronómica multisensorial, cuyo hilo conductor es un menú de cocina vasca evolucionada que revive los viajes y vivencias de los bilbaínos Fernando Canales y Mikel Población. "Buscamos emocionar y hacer feliz al comensal", asegura Fernando. Y lo consiguen con platos como la lasaña fría de anchoas en sopa de tomate, el calamar convertido en pulpo sobre una escultura hecha con una impresora en 3D, el ravioli de pasta de arroz vietnamita con jugo de manitas y gusano mexicano o la croqueta de nitrógeno, que prepara Fernando a menos 200 grados delante del comensal, elaborada con zanahoria, jengibre, cardamomo y lima.
Si tu madre es fan de las verduras, llévala a Tudela, donde la exaltación de los vegetales se convierte en un auténtica fiesta entre abril y mayo, aunque la devoción por ellas se practica a lo largo de todo el año. En el restaurante 'Remigio' (1 Sol Guía Repsol) ese mimo a las verduras se expresa en cada plato a través de un equilibrio perfecto entre técnica y tradición. Su carta conforma un viaje gastronómico por la Ribera de Navarra, cuyo paisaje cambia en función de la estación. En primavera mandan las alcachofas, los espárragos, las habas y los guisantes. Los espárragos se sirven asados al horno, con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y unas escamas de sal; mientras que las alcachofas aparecen en carta fritas, con jamón, y con ceviche de anchoa. Hasta los postres –como el helado de calabaza asada y cilantro– tienen como base los vegetales.
Si quieres sorprender a tu madre con una orgía de marisco gallego, llévala a 'Ríos'. Aquí podrá probar carnosos berberechos de sabor profundamente marino, recién extraídos con rastrillo por las mariscadoras de los fértiles bancos de Noia, justo al lado; deliciosas centollas de un rojo subido y sublime coral, hermosas zamburiñas en sus tres preparaciones –con panceta y verduritas, con salsa de champagne y gratinadas–, las ostras a la plancha o al natural, los jugosos mejillones, las almejas con una salsa marinera en la que sobresale un AOVE de calidad o las navajas con toque punzante. La empanada de maíz crujiente y jugosa es tan obligatoria como esos pescados en caldeirada o la brasa, o los finísimos calamares de la ría, tiernos y sabrosos. Ay, el cabracho o virrey rebozado en harina de garbanzos y frito entero, para comer con los dedos y no dejar ni las espinas.
En el 'Oaxaca' del catalán Joan Bagur hay muchos Méxicos, el de la comida que arde de picante y el que no pica. El de la cantinita y los mariachis, y también el de la hacienda de Jalisco. Imprescindible probar su guacamole hecho al momento con cebolla, chile picado, sal y cilantro, con chicharrón gigante y totopos; la tostada de maíz con atún rojo, pasta de huevas de corvina y salsa macha; el sope de escamoles sobre tuétano y la cochinita pibil. Otro punto fuerte de este restaurante mexicano de la Barceloneta es la mezcalería, cuya barra ofrece cerca de 80, como el Mistique, un arroqueño elegante y sofisticado; o el Yuu Baal, más salvaje, muy ahumado y con aroma a cuero.
Un cuadro con un pollo con cabeza de alcachofa preside la sala de 'Trasto' (1 Sol Guía Repsol). Es la carta de presentación de Teo Rodríguez, cuyo restaurante propone una cocina divertida que viaja entre Valladolid, Asia y Latinoamérica. Aquí tu madre podrá tapear una tosta de escabeche de gallina con emulsión de jalapeños, cebolla morada y mango, un gambón en tempura clásica envuelto en hoja de shiso, mango, chipotle y cebolla morada; o un saam de carrilleras de ternera con crema de aguacate y cebolla encurtida. En un espacio más formal, podrá elegir entre gyozas de carrillera de ternera acompañadas de chilli garlic y soja; el canelón de aguacate relleno de bonito marinado, yogur y salsa kimuchi (la versión japonesa del kimchi coreano); o la sopa laksa, elaborada con base marinera, leche de coco, pasta, vieira XXL asada, seta de temporada, hierbas frescas y salsa agripicante.
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