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Barcelona y las motos viven desde hace años una historia de amor. Probablemente solo en Roma pueden verse tantos vehículos a dos ruedas circulando a diario. Ese romance se sublima los fines de semana que se celebra en Montmeló el Gran Premio de Motociclismo, al que acuden decenas de miles de fans llegados de todos los rincones del mundo pero –obviamente– con profusión de aficionados catalanes, que tienen a su particular dios en casa aunque sea durante 72 horas.
Para los que quieran celebrar la victoria o sumarse a la fiesta, la Ciudad Condal conserva algunos lugares en los que es fácil toparse con otros locos por quemar goma y en los que –por supuesto– también es obligatorio llenarse el buche, no sea que nos pille un triunfo español con el estómago vacío.
Es uno de los restaurantes más populares para moteros de pro, una taberna llena de recuerdos del universo de las dos ruedas (y especialmente de la legendaria Harley Davidson) donde además puede uno ponerse como Obelix si llega con el hambre suficiente.
Decorado como uno de esos dinners americanos que tantas veces hemos visto en las películas y con un menú en el que sobresalen hotdogs más grandes que un portaaviones y hamburguesas del tamaño de un platillo volante.
En el '99% Moto Bar' se llega con hambre y se sale rodando, aunque siempre puede uno tirar de tapas y divertirse con una banda sonora llena de clásicos setenteros y de una clientela a la que no le importa el volumen de las conversaciones ajenas.
99% MOTO BAR - Carrer de Joan Güell, 207. Barcelona. Tel. 934 11 95 67.
Este es un icono de la calle Muntaner y -probablemente- el local con horarios más flexibles de Barcelona, de tal manera que uno puede comerse unos huevos revueltos o unas -excelentes- patatas bravas a las 2 de la mañana.
Por eso, en fechas señaladas, este restaurante que durante muchos años permaneció a oscuras y fue rescatado para alegría de las gentes del barrio, se llena de aficionados al fútbol, al baloncesto o a las motos, comiendo a las tantas, sabedores de que allí se cena tarde y se cena bien, cuando el resto de Barcelona ya duerme la paz de los justos y parece que el hambriento va a tener que esperar hasta el desayuno.
Por si fuera poco, el Velódromo tiene una de las cartas más extensas de Barcelona: si no lo tienen allí es que no existe.
VELÓDROMO. Carrer de Muntaner, 213. Barcelona. Tel. 934 30 60 22.
Y por ir del clásico al recién llegado: recién inaugurado y con buenas perspectivas de futuro, otros aficionados a la velocidad han abierto el 'Ace Cafe', otro de esos lugares de peregrinaje con comida notable y variedad de sabores.
Del excelente wok de noodles y ternera a la hamburguesa de la casa, pasando por una brasa de carbón vegetal donde uno puede zamparse una butifarra o un pescado dependiendo del humor que tenga.
Y para rematar, una estupenda carta de cervezas y conciertos en vivo cada fin de semana.
ACE CAFE - Carrer de les Ciències, 105. Hospitalet de Llobregat. Tel. 938 80 35 70.
Y para rematar una velada gastronómica motera (aunque aconsejamos encarecidamente no visitar todos estos locales en un día a menos que estén participando en alguno de esos certámenes en los que se premia a los que más comen) nada más apropiado que visitar el 'Paddock', otro de esos lugares con pedigrí en los que se habla de motos y también de motos y motos.
Para muestra un botón: todos los bocadillos de la carta tienen nombres de corredores. El Lorenzo es sobrasada con queso, el Pedrosa es butifarra con setas, el Rossi es una tortilla al gusto y el Ángel Nieto –como no– uno de chorizo. El 'Paddock' es un garito estupendo, de raciones generosas, cerveza fría y horarios perfectos para esa caña de última hora o ese bocado tardío.
PADDOCK - Avinguda del Paral.lel, 92. Barcelona. Tel. 933 29 51 42.
Si después de esta ruta alguien se queda con hambre, debería ir urgentemente al médico. En moto, si es posible.