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El mar no se echa tanto de menos en Madrid cuando Javier Goya te lleva a orilla del Lago unas sardinas a la brasa y una caña fría recién tirada. Estamos en la ‘Taberna de Triciclo’, el nuevo proyecto del cocinero donde hace su particular guiño a las sardinas que servía ‘Currito’, el mítico restaurante de la Casa de Campo al que solían acudir famosos, políticos y deportistas, y que cerró sus puertas en 2014.
"Era un sitio muy tradicional de Madrid, de los pocos restaurantes que había entonces en la Casa de Campo. Yo solía venir a comer sus sardinas y me pareció muy interesante meterlas en la carta de la taberna. No siempre hay que ir al mar para comer unas buenas sardinas", dice entre risas el madrileño, mientras mete al fuego una nueva ración de cuatro que acaban de pedirle.
Por la cocina desfilan otras tapas como la ensaladilla rusa, el matrimonio de boquerones caseros, las alcachofas fritas con jamón y los callos que, aunque no son un producto muy veraniego, Javier se resiste a quitarlos de la carta durante los meses estivales por ser el “plato número uno madrileño que no puede faltar”. Eso sí, cuando llegue el frío, meterá mucha más cuchareo en su propuesta.
“Apostamos por la cocina madrileña, tabernaria, con raciones reconocibles, cosas de bar sencillas de toda la vida”, dice sentado en un de los taburetes altos del interior de esta gran cabaña de madera acristalada que antes alojaba 'La Casa del Lago'. Ubicada justo al lado de 'Villa Verbena', el espacio cuenta con una terraza informal sobre suelo de tierra, varios bancos de madera donde tomarse un vino y una sala abierta con mesas con mantel para quienes prefieran algo más elegante. Hay para elegir.
El chef de 'Triciclo' (1 Sol Guía Repsol) anima a probar el paté de perdiz escabechada con cebolla encurtida, pepinillos, cebollino y tostas de pan de cristal caseras que ponen de aperitivo; los torreznos de Soria con la piel súper crujiente; o el puerro confitado y ahumado en el josper, con langostinos y una vinagreta de albahaca, cebolleta, tomate y zumo de limón. "El plato lleva también una crema que hacemos con las propias hojas del puerro tostadas, aprovechamos todo", comenta Javier.
El mar vuelve a colarse en la Casa de Campo con platos como los mejillones gallegos bañados en una salsa brava picantona, o las gambas rojas hechas en una plancha sobre las brasas con aceite de ajo y Jerez, un aliño tan adictivo que no pararás de mojar pan hasta rebañar el plato. El pulpo de roca gallego con patatas revolconas o el bacalao al pilpil y garbanzos, son otros dos productos marinos que saltan directamente de la brasa al plato.
Con una cocina ininterrumpida que sólo para los mediodías de agosto, en la ‘Taberna de Triciclo’ también puedes pedir el pollo a la brasa con mojo picante, la txuleta de vaca madurada 50 días, o el tuétano a la parrilla con tostas de pan con tomate y una ensalada de hierbas y limón, que se agradece para limpiar el paladar en cada bocado.
Aunque si hay algo que sorprende a primera vista ese el pepito de entraña a la brasa "formato bestia" con pimiento verdes fritos y cebolla asada. Su tamaño llama tanto la atención que por donde pasa es imposible no girarse a verlo. También lo tienen relleno de secreto ibérico Joselito XL con tomate y chimichurri. Perfectos para compartir o pedir media ración.
“Mucha gente viene buscando tapas y raciones, pero no podemos olvidarnos de quién quiere venir a comer un bocadillo o el que busca sentarse tranquilamente a la mesa y tomarse una buena carne a la brasa”, cuenta Javier, que confiesa que este nuevo proyecto abierto en mayo es una mezcla entre el sabor cañí de ‘La Elisa’ (Recomendado Guía Repsol), en el Barrio de las Letras, y ‘SUA’, la parrilla vasca que dirige en la calle de Moratín.
El menú del día de 18 euros, que componen con platos de la carta, es otra buena opción para comer frente al lago. Hoy dan a elegir entre el gazpacho andaluz, la ensalada de tomate y boquerón, el chorizo criollo con chimichurri o el onglet a la parrilla. Para terminar: brownie con helado.
Otros bocados dulces que se pueden pedir a la carta son las fresas con granizado de naranja y jugo de hierbas -hierbabuena y albahaca-; la piña tostada con coco y crema inglesa o la tarta de queso de la Taberna, todo un clásico que hacen con queso azul. Hay opciones para los más golosos o los que buscan terminar con algo más cítrico y refrescante. Y todo, mientras el sol se despide reflejado en las aguas del Lago.
'TABERNA DE TRICICLO'. P.º María Teresa, 5, Moncloa - Aravaca Madrid. Tel: 910 05 44 34