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Te damos cuatro puntos de referencia para disfrutar y estar tranquilo en espacios amplios y seguros, en distintos barrios de la ciudad donostiarra: el 'Tilia deli&café', el 'Kata.4', el 'Lasala Plaza Hotel' y el 'Ni Neu' (1 Sol Guía Repsol). Cada uno tiene su propio concepto y personalidad. Cada uno mima con detalles y sabor, animan a pasar un buen rato admirando el entorno, leyendo o simplemente en contemplación respirando el aire marítimo que envuelve a Donostia.
La terraza del 'Tilia deli&café' está en el 'Arima Hotel Boutique', a pocos minutos del centro en la zona del Basque Culinary Center y los hospitales, en medio del exultante bosque Miramón en el que reinan especies endémicas como robles, cerezos silvestres, saucos. Todo es verdor, canto de aves y movimiento, naturaleza y arquitectura fundidos.
Los desayunos están salpicados por frutas, cereales y semillas, brotes, hojas y flores y acordes con la filosofía eco-sostenible-saludable de la familia 'Arima' –alma– cuyo mantra es "Vive Verde, Ama Verde". Los tazones de plátano, fresas y frambuesas o plátano y espinaca, alga espirulina y toppings de bayas de goyi, coco, semillas de calabaza y lino son cremosos, divertidos, y rebosan alegría por la combinación de colores y texturas. El café Tilia con leche vegetal de arroz y avellana llega a la temperatura correcta, en taza grande y con una capa delgada de espuma espesa con intenso sabor. Para un día gris, con baja temperatura el chocolate caliente eco, no suena nada mal.
Otras preparaciones que derrochan creatividad son los zumos, como el de melón y hierbabuena o el bizcocho marmolado de vainilla y cacao, idóneo para veganos o buscadores de amalgamas de texturas suaves y golosas sin gluten. La fruta es de temporada, la panadería y la pastelería, también veganas, son de elaboración propia al igual que las mermeladas con combinaciones sugerentes: manzana y cardamomo, pera y jengibre, piña, frutos rojos. Para los amantes de lo salado: tostadas de salmón y aguacate.
Al 'Tilia' entramos por el hotel, donde fuimos recibidas por Eider Imaz y Luis Rey. Comentan que la otra propuesta en desayunos es para los huéspedes, a la carta, del 'Misura', el restaurante. Hay desde smoothies, licuados del día y bebidas vegetales, minitostas con hummus y crudités, aguacate con rábano y pipas, hasta preparaciones más elaboradas con huevo como el Arima a baja temperatura, sobre tostada, pavo, queso, tomate y salsa especial.
Sin duda, los desayunos dejan un sabor agradable, al igual que toda la atmósfera del edificio de colores neutros y materiales nobles, aluminio y hierro, premiado por The New York Times Style Magazine por diseño arquitectónico e interiorismo. En todo momento el visitante siente estar en estancias acogedoras, de hecho, no parece tan grande como es y tiene 14 mil metros cuadrados
divididos en siete plantas.
Cabe destacar que ostenta el Passivhaus, un reconocimiento al hotel más grande del orbe respetuoso con el entorno y generador de su propia energía en calefacción y refrigeración. Eider Imaz dice que esperan pacientemente a que la situación se normalice para estrenar el spa, el gimnasio, la sala de yoga… todos, con grandes ventanales hacia una exuberante biodiversidad, que invita a desconectar.
La terraza del 'Kata. 4' es ideal para un día de celebración, un desayuno con diamantes del mar y la tierra: ostras –francesas y españolas– y champán, cava y jamón de bellota al corte. O de "no cumpleaños" con bizcocho con huevo ecológico de caserío, café, té, infusión de flores o hierbas para endulzar con miel.
Es un lugar de caprichos donde el cliente puede pedir según el antojo: fruta, zumos, pintxos o tostas con pan de cristal y tomate rallado o de salmón ahumado, aguacate, hueva y algas. La tártara con praliné de pistachos, alcaparras, chalota, mostaza y huevo de caserío es una opción ideal para el fin de semana que abre más tarde: sábados a las 10 y domingos a las 11. Entre semana siempre tiene café a partir de las 7:30 y pintxos desde las 9:00. Se encuentra en un punto estratégico del centro, cerca de la avenida Libertad, donde se concentran un ramillete de firmas de lujo. Está frente al Urumea, al lado de los señoriales hotel 'María Cristina' y el teatro Victoria Eugenia.
Tiene nueve años marcando presencia en la escena citadina, gran parte de sus feligreses son donostiarras y también turistas, generalmente, rusos y mexicanos. Su dueño Juan Ramón Goikoetxea denota gustos sibaritas. Comenta que toda su vida le ha gustado comer y probar, que se inspira y aprende de sus estancias y viajes a Francia, Estados Unidos, Vietnam… Que los belgas y los holandeses llevan muchos años conviviendo en las terrazas y que es tiempo de aprovecharlas.
Persigue los detalles, sobre todo, de panadería y bollería. El pan es de tres variedades: normal, integral y otro especial con masa madre del obrador del hijo panadero de Karlos Argiñano, Joseba, en Zarautz. Los cruasanes son franceses, los suizos, bollos de leche de otro obrador y su proveedor de huevos de caserío. Su mensaje ante los nuevos tiempos es continuar con el ánimo a tope. Ya está trabajando todo el equipo: 20, entre ellos, varios cocineros peruanos, ingleses y por supuesto, donostiarras. "La terraza exige mucho porque es como un tercer comedor, y hemos contratado a dos personas más, pero no podemos quejarnos, estamos positivos", dice Goiko, el restaurador del exitoso gastrobar y ostrería.
En la terraza del 'Lasala Plaza Hotel' (Recomendado por la Guía Repsol) las vistas son de impacto: al puerto, los tejados, la isla, el monte Igueldo, el mar. El visitante se siente abrumado porque casi toca el cielo en 360 grados. Y desayunar propuestas que derrochan frescura, creatividad, sabor… no tiene precio, sobre todo si se contempla como un regalo estupendo para un aniversario, cumpleaños, fecha especial, en pareja, o, ¿por qué no?, un autoregalo.
La propuesta del 'Lasala' explica Mikel Zaldua, director del hotel, es especial porque la terraza, un solárium con piscina, tiene un aforo muy limitado. Los desayunos para clientes externos se consiguen a través de un bono regalo que se adquiere a través de la web del hotel.
La opción suena original cuando se piensa en un detalle único que además de ser generoso y contundente, tipo brunch, la vista es de una belleza inverosímil que se transforma según la luz, las horas, la climatología. Se puede llegar a las 11:00, o más temprano, y terminar la experiencia sin prisa (55 euros por persona y con validez de un año), degustando cada bocado con tranquilidad en conexión y armonía con el escenario que, si llueve y no se puede cambiar de día, se ofrece otra opción igual de agradable.
Es un festín de quesos del país y franceses, mermeladas vascofrancesas, panes variados, salmón, jamón, champán, zumo de naranja, cereales orgánicos, café y huevos de caserío según el antojo. Todo ecológico, artesanal, acorde con los nuevos tiempos y firmado por el chef Luis Mercado, de origen mexicano, que lo presenta con mucho mimo en una gran bandeja de madera.
Y mientras cada degustación transcurre en esta terraza única, no hay otro establecimiento hostelero que tenga estos ángulos, nada como admirar la famosa Concha de San Sebastián, que a lo largo de la historia ha vivido momentos claves. En 1910, por ejemplo, se realizaron las primeras experiencias de aviación mundial cuando un avión biplano la atravesó.
Asimismo, durante la Edad Media, al igual que Hondarribia y Getaria, fue un puerto de importancia comercial, según vestigios de lana y cuero hallados en la bahía. También se sabe que en el siglo XVI había talleres de fundiduría de ballena que procesaban en aceite.
Desde la terraza del 'Lasala Plaza' no es difícil evocar entre mimosas y delicias el ajetreado ayer de la Bella Easo que actualmente luce majestuosa y con garbo adornada de veleros y pequeñas embarcaciones recreativas y de pesca artesanal.
Entre el Centro y el barrio de Gros, en el Kursaal; el Palacio de Congresos está 'Ni Neu' (1 sol Guía Repsol), un concepto desenfadado y asequible con años de aceptación porque es agradable, se respira diseño y vanguardia, trabaja con productos ecológicos y proveedores de renombre local. Otro plus es que está en un rincón estratégico para ver y ser visto, y es ideal para disfrutar de los festivales de la ciudad, pero más, porque se desayuna rico y sus presentaciones son atractivas, seducen.
Las tostadas de ibérico o de aguacate y queso fresco, más zumo de naranja, café o infusión y frente al mar, el puente de la Zurriola, el Urumea o las rocas, resultan un verdadero placer. Están elaboradas con pan artesanal de masa madre de 'The Loaf', una panadería donostiarra que lleva ocho años en la conquista del paladar donostiarra con sus hogazas de trigo, centeno y espelta.
Otros detalles para anotar son su famosa torrija y el cruasán de mantequilla firmado por 'Izar', una pastelería mítica de la Parte Vieja, conocida por toda Guipúzcoa. También las mermeladas caseras con ingredientes de temporada y poca azúcar. Y los salados, para aquellos que no les va lo dulce o desean algo más contundente: el pan de cristal con papada curada Euskal Txerri, finamente laminada y salpicada con pimienta negra o el clásico mixto de jamón cocido y queso idiazábal podrían ser los indicados.
La idea de este lugar cosmopolita es de Andoni Luis Aduriz (3 Soles Guía Repsol) y la cocina está a cargo de Mikel Gallo. El 'Ni Neu' es el indicado para comenzar la jornada y mejor entre las 11 y las 12 de la mañana, porque el comensal puede montar su desayuno y pagar de promedio 5 euros.
Posteriormente, nada como pasear por el barrio de Gros, uno de los favoritos para curiosear, ver tiendas de antigüedades, muebles de diseño, ropa de tela reciclada, analizar tendencias urbanas, explorar otros lugares para comer o cenar más tarde: japoneses, latinoamericanos, mexicanos…
'NI NEU' - Avda. de la Zurriola, 1. Donostia, Gipuzkoa. Tel. 943 00 31 62.
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