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Mochis de Umikobake

Umikobake (Madrid): los mochis de 'Umiko' que querrás llevarte a casa

El postre más famoso de 'Umiko' hecho pastelería

13/12/2024 –

Actualizado: 21/12/2022

Fotografía: Alfredo Cáliz

Suaves, esponjosos y con un meloso interior que se deshace en boca. Los mochis de 'Umiko' (1 Sol Guía Repsol) son tan adictivos que Pablo Álvaro y Juan Alcaide han decidido dedicar a este goloso pastelito japonés su propio templo: ‘Umikobake’. Junto a Alejandro García han creado además un original hojaldre redondo que ya triunfa en Madrid: el umisan.
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Asomarse al escaparate de 'Umikobake' es sucumbir a la tentación. La mirada se pierde entre los mochis expuestos como joyas en la vitrina, redonditos y de vivos colores, mientras los aromas a buena pastelería seducen nuestro olfato. Empezamos a salivar y, sin apenas darnos cuenta, ya estamos pensando si elegir el pastelino japonés de té verde o el de praliné de avellanas. Finalmente, terminan los dos en el plato.

Vitrina con mochis y umisans.
La vitrina expone los mochis y los umisan como auténticas joyas golosas.

"Hemos convertido el postre más famoso de 'Umiko' en una pastelería", cuenta Alejandro García, el maestro repostero que también prepara los bocados dulces de este restaurante japo mediterráneo que dirigen Pablo Álvaro y Juan Alcaide con 1 Sol Guía Repsol. Recién mudados al número 16, es el antiguo local del restaurante el que ocupa ahora el obrador con cafetería. Todo son guiños a la casa madre: mismas mesas y sillas, misma vajilla, centros de mesa, y hasta un cuadro del artista urbano Okuda que también ha diseñado el simpático logo del mochi que Alejandro lleva cosido en su chaquetilla o que alegra el local sobre la pared.

Mochis de té verde y praliné de avellanas
Mochis de té verde y praliné de avellanas, los dos sabores fijos.

En los mochis, siempre hay dos sabores fijos, como el de té verde con yuzu -super refrescante- o el de praliné de avellanas -el hit-, pero también otros como el de frambuesa, tarta de queso, cookie, carrot cake, chocolate blanco, negro o ruby con fresas; o el vainilla con caramelo salado. "Buscamos reflejar lo mejor de la pastelería japonesa con sabores de aquí, que la gente pueda entender y reconocer", cuenta Alejandro dentro del obrador.

Paso a paso, así se hace un mochi.
Paso a paso, así se hace un mochi.

Allí recorta 25 gramos de pasta hecha con mochigome -arroz glutinoso japonés- agua y azucar previamente cocida en un horno de vapor durante una hora. Sobre la mesa, lo extiende con un pequeño rodillo de plástico dándole la forma de una media luna con la que envolverá el mousse congelado donde se concentran los diferentes sabores. Cien por cien artesanal. "En Japón, la pasta del mochi es más gruesa y se suele rellenar de anko con azúcar -una pasta de judias rojas- o membrillo", detalla el repostero, que planea para este verano crear un nuevo sabor inspirado en la tradición nipona: el de anko con frutas.

Cuadro de Okuda
Uno de las obras del artista urbano Okuda.

El umisan, el cruasán redondo ideado por 'Umiko'

Además de los mochis encontramos otra delicia ideada por los chicos de 'Umiko': el umisan, una masa hojaldrada -similar al cruasan- en forma cilíndrica. "Ya hay gente en Madrid trabajando muy bien el hojaldre. Nosotros queríamos hacer algo diferente y que nos reconocieran por ello. Siguiendo con la filosofía japonesa, donde el círculo tiene un gran simbolismo, le damos una forma redonda a la pieza de bollería que luego rellenamos de distintos sabores", desvela el pastelero, que se formó junto a otros maestros artesanos como Alejandro Montes, de 'Mamá Framboise'; o Eric Ortuño de L´Atelier Barcelona.

El umisan es una masa hojaldrada cilíndrica.
El umisan es una masa hojaldrada cilíndrica.

Los umisan -palabra que fusiona parte del nombre del restaurante con san, que en japonés sería algo similar a "señor"- se elaboran en el mismo obrador de forma artesanal y con harinas de Aragón. En la vitrina resultan de lo más apetecibles: los hay rellenos de tiramisú -hecho con base de café y crema de queso mascarpone-, de mermelada de frambuesa, de té matcha, de canela, caramelizados -al estilo kouign amann, un famoso hojaldre de la Bretaña- o sólo de mantequilla, como el tradicional cruasán de toda la vida.

El umisan de crema de maíz dulce con palomitas caramelizadas.
El umisan de crema de maíz dulce con palomitas caramelizadas.

"Estos sabores son siempre fijos. Luego iremos jugando con un nuevo cada mes, como el que tenemos ahora, el umisan de crema de maíz dulce con palomitas caramelizadas", detalla Alejandro al que le gusta "salirse un poco de las normas tradicionales de la pastelería" y traer sabores que nos lleven de nuevo a la infancia.

Pastelería Umikobakes. Roscón de reyes
El roscón de Reyes que no falte.
Alejandro con dos panettones.
Los pannetones artesanos de Alejandro.

Su apertura les ha pillado casi en plenas fiestas navideñas, rindiéndose a la golosería típica de estos días con roscones de Reyes, en los que sustituyen la naranja o el limón por el yuzu, el cítrico japonés por excelencia. Los tienen de nata, trufa, el clásico sin relleno y uno especial de nata con fresas. "En Japón es tradicional comer de postre tarta de fresas en Navidad", desvela el chef pastelero, mientras termina de colocar la otra joya navideña, el panettone, que preparan de pistacho y chocolate blanco -"el más gocho"-, de frutas confitadas y de chocolate negro y con leche.

Tarta de mochi
La tarta de mochi, lista para llevar.

También ofrecen kougelhopf -el famoso bollo alsaciano hecho con nueces, chocolate negro, mantequilla de avellana y frutas- y varias tartas por encargo de un sólo tamaño (para 8-10 personas) envueltas con la misma base de los mochis. Imposible resistirse a esta deliciosa provocación que además puedes llevarte a casa en un packaging de lo más cuidado.

'UMIKOBAKE'. Calle de los Madrazo, 18, Bajo. Madrid. Tel. 606 24 88 18

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