Actualizado: 02/12/2018
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La barra fresca, ácida y picante de Bérgamo y Correa
Qué reine la paz. Para evitar que todos parloteen al mismo tiempo, levantando la voz lo más posible, en Guía Repsol proponemos celebrar las fiestas navideñas hablando de lo único que en realidad debería ser importante en una mesa: la comida. Platos que facilitan el diálogo, superfáciles de elaborar y que no admiten objeciones.
Hemos preparado con el chef barcelonés Òscar Manresa un menú que juega con la actualidad y se la ventila en cuatro platos. Un menú sin nudos ni complicaciones, pensado para todas las manos y todos los delantales. De la Gilda para paladares atrevidos a la magia de los torreznos con arbequina, pasando por el besugo de toda la vida y una escudella con galets del tamaño del Titanic. Un banquete concebido para alegrar los estómagos inquietos, relajar los espíritus y tener la fiesta en paz.
La Gilda es un clásico, uno de esos aperitivos que siempre apetecen. Una guindilla, una anchoa, una aceituna y listos. Hemos querido darle un twist de esos que harían sonreír al demonio: cambiar la guindilla por un jalapeño. Ahora la Gilda ya no parece tan inofensiva y hemos convertido el clásico en una prueba para valientes. Viva la Navidad, chamaquitos y chamaquitas.
La elaboración es sencilla: basta con hacernos con uno de esos palillos largos y pincharle una aceituna (grande, bonita, nosotros la hemos escogido con relleno de pimiento rojo), una anchoa y el jalapeño. Cuidado con esto último, queremos un toque picante y divertido, no provocar un incendio: hay que cortarlo finito.
Nadie discute la hegemonía del torrezno soriano, una obra maestra de la fritura que hemos querido homenajear con un aceite catalán de la variedad arbequina, algo que crece en los campos de Tarragona, con sabor característico, magnífico, sabroso en boca y ligero en estómago.
Elaboración a prueba de novatos: 20 minutos a fuego lento y 5 a todo lo que dé el fuego (o la vitro). Luego servir en papel de cocina, para evitar el exceso de aceite. Estos torreznos dan para un poema.
El único secreto para una escudella como mandan los cánones es hacerse con buen material para el caldo: puerro, apio, zanahoria, nabo, nabo chino, pollo, gallina, ternera y un par de huesos de jamón. Recuerde ponerlo en agua fría, para que los alimentos suelten toda su esencia. Recuerde también que deberá levantarse pronto porque el caldo tiene que hervir un mínimo de cuatro horas (y si es más, mejor). Luego colamos, añadimos los galets, esa pasta catalana de tamaño XXL, que le llena a uno la boca de sabor y los hervimos el tiempo indicado en la bolsa (normalmente entre 8 y 10 minutos). El resultado es majestuoso.
Nota: Puede aprovechar las carnes para croquetas o canelones. ¡En esta casa no se tira nada!
Y acabamos con un representante de la vieja escuela, de carne deliciosa y textura delicada: el besugo. Lo más sencillo de todo: comprar un buen besugo, unas buenas patatas, un buen tomate y una cebolla magnífica. Calentar el horno a 180 grados durante media horita, o incluso algo más.
Algunos ponen las patatas antes del pescado, por aquello de que necesitan más cocción, dependiendo –también– del corte de las mismas: cuanto más gruesas, más tiempo. Luego, entre 16 y 20 minutos en el horno y a comer.