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Ander González ('Astelena' 1997), asesor gastronómico del recién inaugurado 'Hotel Lasala Plaza', cuenta que el alma de 'La Jarana Taberna' se divide en dos partes: La Jarana alude al barrio del muelle donde se ubica, y taberna, a un concepto informal donde uno puede cenar a su aire combinando picoteo de barra con platos más contundentes. Además, "buscamos un enlace entre el muelle, el mercado y la temporada", señala el chef. Que los visitantes tengan una experiencia donostiarra, comentan, o en otras palabras, celebrar la visita a la ciudad comiendo.
Entre las sugerencias inamovibles que se podrán encontrar están algunos de los pintxos que Ander ha recuperado del mítico 'Astelena' como la ropa vieja, el pastel de merluza o el morro en salsa. También hay Ensaladilla La Jarana, con pimientos del piquillo, langostinos y un toque picante, croquetas de jamón, tortilla de patata, callos… y chacinas, salazones, y platos más serios como las albóndigas de txuleta y foie, o el hongo y huevo ecológico. Otro leit motiv son los pescados que varían según lo que traiga la marea. Rodaballo, lubina al horno, anchoas fritas… preparaciones muy tradicionales para degustar en un decorado luminoso sin etiquetas con su correspondiente barra, zona de taburetes y mesas bajas para comer con más calma.
Mientras, Madrid se italianiza con 'Araldo', la sucursal de la pizzería-heladería fundada en Verona en el año 2004. Ingredientes con denominación de origen italiano, agricultura de proximidad, pequeños productores y, sobre todo, pizzas de larga fermentación en un céntrico local a espaldas del Círculo de Bellas Artes. Según sus responsables, llegan a la capital con el objetivo de erradicar el san Benito de fast food asociado a las pizzas y demostrar que es una receta que solo requiere de la fórmula de toda la vida para convertirse en un gran plato: buenos ingredientes y tiempo.
Vittorio y Sonia, los propietarios, preservan la receta original de la pizza del norte de Italia. En la casa madre de Verona han cosechado durante cinco años consecutivos dos estrellas de la guía italiana Gambero Rosso. Su breve carta incluye una sección de entrantes como los embutidos italianos o una burrata con tomates rojos semi-secos y orégano; y luego, una decena de pizzas para elegir como la margherita confit, con tomate San Marzano confitado, queso Fiordilatte y queso Grana Padano curado 24 meses. La guinda es su apartado de helados caseros hechos al momento que tienen también su versión sin gluten.
Y en la latitud sur renace un espacio de cocina mediterránea y japonesa, juntas, pero no revueltas. Es el gancho del flamante 'Restaurante Félix', reinvención del que fuera 'Bistró Félix', en el 'Hotel Healthouse Las Dunas GL' de Estepona, Málaga. Del lavado de cara se ha encargado la interiorista, Estrella Salietti, quien ha creado un ambiente lujoso que por momentos parece sacado de un relato de las mil y una noches. El restaurante se encuentra situado en la plaza de entrada del hotel y cuenta con una terraza, sala interior y una barra para comida japonesa.
De la barra nipona se encarga el chef José María Vieira (ex 'Kabuki'), bajo el concepto “Omakase”, o “lo mejor del chef”, con un menú que cambia a diario donde no sólo habrá sushi sino también especialidades de la cocina kaiseki. Mientras, su compañero de fogones, Manuel Camisuli, se encarga de los sabores más mediterráneos: rape a la mostaza de estragón, pack choi y bimi ecológico, mollejas de ternera con escalibada aragonesa, vieiras al Josper puré de manzana y matices de ébano… Todo regado con una carta de vinos con más de 300 referencias patrias y foráneas.