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Las cervezas artesanas expanden su reinado en Barcelona con 'Olofson'. Un espacio de estética industrial recién estrenado en el Eixample Izquierdo, encuadrado dentro del grupo de restauración Tribu Woki, que se apunta a la especialización de las bebidas lupuladas. Cuentan que el proyecto surgió de la amistad y la afición por las crafts beer de tres gourmets que coincidieron en un bar del Raval. No dan más detalles. Solo que su epifanía cristalizó hace dos semanas en un bar de nombre nórdico cuya filosofía es armonizar birras y ahumados. Productos con regusto al humo de madera de aliso, 100 % ecológicos y con diferentes marinados que pueden tardar entre seis horas y tres días.
Así, en su carta se puede encontrar una caballa marinada durante 48 horas con ahumado en frío de 15 horas, una costilla de ternera, también marinada (con especias) y nueve horas de ahumado, un lomo de bacalao… Excepto las carnes, con salsa barbacoa, todos los platos comparten la misma guarnición: salsa gravlax y ensaladilla de patata con encurtidos inspirada en la tradición sueca. También hay alternativas sin gluten, vegetarianas y una opción de mediodía de plato único.
Por supuesto, selección de doce cervezas artesanas de grifo en diferentes estilos, además de un buen surtido tanto en botella como en lata.
En Madrid, la vorágine de aperturas también alumbra proyectos casi monográficos con vistas a diferenciarse entre la ingente oferta. Uno de los últimos en aterrizar se llama 'Pez Fuego', ubicado en la zona financiera de la capital. Pertenece al Grupo Oter y es un fastuoso restaurante entregado en cuerpo y alma a la despensa oceánica, con predilección por la técnica de parrilla, aunque también se le saca partido al horno, la plancha y la fritura.
La materia prima llega directamente de las lonjas de Isla Cristina, Jávea, Denia, Palamós o Burela: gamba roja de Jávea, bogavante azul, lenguado de estero, chipirones a la brasa, arroz marinero o de bogavante, etc., y también, chacinas, tartares y cortes de carne como el Tomahawk de vacuno mayor.
Además, importante protagonismo de la bodega con más de 140 referencias elaborada por las dos sumilleres, Gema Gordon y Patricia Simón. Etiquetas patrias, francesas, italianas y del Nuevo Mundo.
Y en la calle Recoletos aparece 'Bosque', otro templo de las setas para la capital pero en versión elegante y con platos más elaborados. Abrió sus puertas en verano, sin hacer ruido y, ahora, en plena temporada, reivindica su lugar para dar rienda suelta a una cocina asentada en su producto fetiche y en la estacionalidad. A los mandos, el chef colombiano Diego Jacobo ('Santceloni', 'Zuberoa', 'Harry Sasson'…), quien alienta preparaciones tradicionales con un toque de autor.
Más de una decena de propuestas entre fijas y de temporada: guiso de setas con orejones; canelón de calabacín con rebozuelos y queso de cabra; salteado de setas con crema de patata y trufa, colmenillas con foie y espárragos trigueros; el strogonof con shitakes y lomo o un escabeche de setas de cardo y pera, homenaje a uno de sus mentores, el desaparecido Santi Santamaría. Y también, carnes, pescados y verduras, algunas de la huerta del chef (ubicada en el propio restaurante).
Todo en tres estancias (zona de barra y dos salones en el interior) con luz natural y alusiones inspiradoras de bosques y cuadros de setas en las paredes.
¿Qué se puede hacer con un cerdo negro con certificado de origen?, ¿o con un atún rojo de Mogán? En el restaurante 'Sidecar' lo tienen claro: cocina del mundo pero con producto local como miel de palma de La Gomera, queso de cabra de las medianías, gofio, piña, mango y aguacates de Mogán, tomate canario... Mucho kilómetro cero donde elegir, en un espacio refinado de techos altos y tonos oscuros ubicado en el 'Salobre Hotel Resort & Serenity'.
Gestionado por Manuel Vilariño y María del Rosario, artífices de 'La Palmera Sur', es –como dicen– una cocina de mercado con influencias de otras cocinas planetarias, pero armada con muchos productos de la despensa isleña. Y eso se traduce en platos como el tartar de atún rojo con mahonesa de wasabi, cebolla encurtida y mango sobre hoja de capuchina o el pulpo salteado con una variedad de papas canarias, mojo hervido y algas wakame.