Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Su montañosa ubicación en Lleida, en el Pirineo catalán y en zona limítrofe con Francia, dificultó la comunicación entre la Vall d’Aran, Catalunya y Aragón durante los más crudos inviernos. En 1924 se inauguró una carretera hasta Cataluña y 24 años más tarde se excavó un túnel para permitir el paso de vehículos desde y hasta la zona. Hoy representa uno de los lugares preferidos por los admiradores de los deportes de nieve, sobre todo en su principal estación: Baqueira Beret.
Mientras las pistas estén en pleno ajetreo de esquiadores, sus restaurantes estarán abiertos. Nos lo aclaran desde la propia estación, en referencia al Moët Winter Lounge, para un brindis con champagne; o a El Refugi de San Miguel, la cervecería que sirve tapas firmadas por Dani García y Paco Roncero y cócteles con el sello de Javier de las Muelas.
Sin salir de Baqueira, Casa Irene, con más de 30 años de historia, aún sirve su pierna de lechazo asada al aroma de romero con judías del Valle; en Ticolet hay una clara y decidida apuesta por el producto de la tierra (como el cochinillo con salsa de semillas y puré de membrillo) y en Bagergue, el pueblo habitado más alto del valle (a 1.409 metros), los platos humeantes de olla aranesa, de Casa Perú, son el remedio para compensar las bajas temperaturas. Esta contundente receta lleva alubias, garbanzos, tocino, jarrete, costilla, gallina, hueso de jamón y verduras (y, por si fuera poco, muchos minerales y vitaminas). Muy demandado es el entrecôte café de París de Biniarán que, por cierto, tiene un menú de fin de año para quienes se animen a recibir el 2016 a unos cuantos grados bajo cero.
Un buen referente en la estación de Formigal (Huesca) es Vidocq, con un bar de tapas y un comedor. En su carta abunda la cocina tradicional y sus platos en miniatura están muy bien valorados, año tras año, en el Concurso de Tapas por el Alto Gállego.
“Donde el sur se viste de blanco” es el eslogan de Sierra Nevada, una de las estaciones más importantes de España. En el municipio de Pradollano los hermanos Miguel y José Pedraza abrieron uno de los ya grandes clásicos: Ruta del Veleta. Su chuletón de ternera es ineludible.
El 28 de octubre de este año estaban de fiesta en Valdezcaray (La Rioja), porque había llegado la nieve. Aunque aún está cerrada, esperemos que no por mucho más tiempo, su color, dicen es el blanco. Hay algún bar-cafetería a cotas generosas (1530-1800 metros) pero a 25 minutos en coche nos esperan las siempre recordadas croquetas de Marisa (la madre de Francis Paniego) en Echaurren. En el Echaurren Tradición abundan los platos de siempre y en El Portal su cocina más moderna. Solo por las croquetas, el equipo de cocina y sala, los reconfortantes platos de legumbres y los de casquería el viaje vale la pena.
Tampoco está a pie de pista Las Postas, pero sí lo rodean las calles adoquinadas, jardines, fuentes y nieve de la Villa de Navacerrada (Madrid). El cochinillo asado en horno de leña es uno de los referentes de su carta.
Cerramos en tierras andorranas, en Vallnord, con el civet de jabalí de Borda Raubert, y con los canelones de pollo de corral asados de Origen, en Soldeu, que llevan el sello de Nandu Jubany y que ejecutan las habilidosas manos de Francisco Jiménez.