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Jorge Palacios, responsable de la coctelería de 'Tatel', empezó detrás de la barra en Inglaterra, estudió en Madrid y ha trabajado en Barcelona, Marbella e Ibiza. Para este San Valentín propone una variación del daiquiri tradicional. "Le daremos un pequeño twist con color rojo, con fresa natural, buscaremos también añadir chocolate, dulzor y cítrico", nos cuenta.
Añadimos todos los ingredientes en la coctelera con unas piezas de hielo. Agitamos muy bien durante algunos segundos para que se enfríe la mezcla. Hacemos un doble colado (con el colador de gusanillo y el de rejilla) para eliminar los sólidos y servimos en una copa ancha de daiquiri.
Rematamos con una espuma de naranja en la zona superior del cóctel. Servimos con un pequeño pétalo de rosa. Terminamos acompañando el combinado con un trocito de tarta de chocolate y con unas fresitas naturales con azúcar glas.
Junto a Jorge está Nekane Ruiz, quien estudió un curso superior de destilados, hizo un máster de sumillería y fue sumiller de 'Habanera' y del hotel 'Dormir de Cine'. Nos dice que "Valentina es un cóctel con fruta de la pasión y chipotle. Tiene un toque ácido y, al llevar clara de huevo –por ser sour–, es fácil de beber. Todo eso con un toque picante perfecto para San Valentín... ¿por qué no?".
Añadimos todos los ingredientes a la coctelera (sin hielo), porque haremos un dry shake para montar la clara de huevo. Le echamos el hielo, agitamos bien para enfriar, colamos y servimos. Le ponemos un petalito de rosa. Lo acompañamos con una natilla con un poco de merengue tostado por encima.
Francesc Bretau es jefe de barra de 'Slow' y lleva toda una vida agitando la coctelera. Tras formarse en la Escuela de Hostelería de Barcelona y en la Escuela Muntaner, ha llegado a las barras de 'Bocaccio' (uno de los locales nocturnos míticos de Barcelona), de 'Maddox' (en el hotel 'Ritz' de la Ciudad Condal) e imparte el curso de iniciación a la coctelería en la Slow Cocktail Academy.
"Amor y psique es el nombre melindroso que hemos puesto a este cóctel sabroso que recurre al rojo y al chocolate, muy típicos de San Valentín, que van muy bien con las burbujas", explica Francesc.
Mezclamos bien los líquidos con las fresas machadas majándolas con una mano de mortero, tenedor, o cuchara.
Añadimos algunos cubitos de hielo, lo refrescamos suavemente y lo colamos, con un colador fino para evitar restos de pulpa en el cóctel, a una copa de champán, a la que le habremos mojado la parte superior exterior con el licor de frutos rojos y espolvoreado con chocolate en polvo. Terminamos de rellenar la copa con cava o champán, preferiblemente rosado. Decoramos con una fresa y hojas de menta.
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