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Una sauna inspira la discospa.

Coctelería ‘Pensión Mimosas’ (Madrid)

Cócteles galácticos en la pensión más viral

Actualizado: 28/02/2025

Texto: Ana Caro

Fotografía: Sofía Moro

“Bar divertido donde se cuida el líquido”, barra de Star Wars, 'discospa', la casa de huéspedes de La Patrona y alguna que otra cosa más. Alessio Beltrami muestra a Guía Repsol todos los escenarios que caben durante una noche en la coctelería ‘Pensión Mimosas’ (Madrid).
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Miércoles de invierno. 20.00h. Pareja fuma en la puerta de una pensión barata en el centro de Madrid. Una de las figuras, vestida con amplios ropajes rojos y negros, con pendientes de gitana y gafas de sol a juego, llama tanto la atención que su compañero pasa desapercibido. Los dos charlan tranquilos y la mano de la protagonista que no está sujetando el cigarrillo mueve despacio un enorme abanico rojo. No se trata de un rodaje cinematográfico entre Sol y la Plaza Mayor, es lo primero que uno se encuentra cuando llega a ‘Pensión Mimosas’.

Alessio Beltrami y La Patrona reciben al que llega.
Alessio Beltrami y La Patrona reciben al que llega.

“¡Siempre bienvenida, nunca bienhallada!”, exclama quien intuímos como anfitriona una vez dentro de la recepción. Entre gritos y suspiros, y con la ayuda de las explicaciones de “su amante italiano”, los nuevos clientes se enteran de que están frente a La Patrona, una mujer viuda, dueña de esta especie de pensión mágica. Tras su mostrador de contrachapado y delante de un gran armario lleno de llaves, La Patrona va pidiendo explicaciones a todo el que llega a sus dominios. Sobre las pintadas con frases icónicas de folclóricas -el “Si me queréis, irse” de Lola Flores, o el “Estoy harta de la familia Rivera” de Rocío Jurado-, el banderín de la Comunidad de Madrid sobre la televisión rota o el reloj con forma de Teletubbie -concretamente Twinky Winky- nadie se atreve a preguntar.

Coctelería clandestina con tintes de scape room.
Coctelería clandestina con tintes de scape room.

Después del potente recibimiento, ese “amante italiano” se descubre como Alessio Beltrami, director del local. Él es quién acompaña al recién llegado hasta el desconchado ascensor que conduce a un lounge nocturno y fluorescente creado por Pilar Zeta: “Es una artista argentina que vive en Miami y creó un movimiento que se llama futurismo místico”, explica Beltrami, como quien explica una decisión en el interiorismo de su propia casa. Estamos en un “bar divertido donde se cuida el líquido” y los camareros saludan sirviendo una copa de vino canario de fruta de la pasión antes de ofrecer la carta de cócteles.

Incluso leer la carta es divertido.
Incluso leer la carta es divertido.

No hace tres meses que abrió está coctelería en Marqués Viudo de Pontejos pero ya tienen un gran éxito: el Blue Milk. Esta bebida galáctica, perfecta para fans de Star Wars y curiosos, aquí se sirve en un vaso helado y brilla en la oscuridad. “Es nuestra versión de la piña colada, que no tiene piña pero está colada”, presenta Beltrami antes de detallar el cóctel estrella: “Ron infusionado en lima kéfir, sirope de naranja y jengibre, soda de limoncillo y reducción de leche de coco”.

El cóctel estrella: Blue Milk.
El cóctel estrella: Blue Milk.

Opciones sin alcohol de casi todos los cócteles

Mientras dan el primer sorbo, los clientes se fijan, por ejemplo, en la copa de acero inoxidable con el hielo tallado del Golden Cadillac -vodka, melocotón y vainilla clarificado con leche de chocolate banco y zumo de lima- o el mini polo de mango con tahini de los que están en la mesa de al lado. Beltrami recibe a todos como si fueran clientes habituales, así que no queda muy claro quién repite y para quién es su primera noche en ‘Pensión Mimosas’. Llama la atención, eso sí, que a pesar de ser un día de diario en el centro de Madrid, también hay locales pidiendo cócteles, haciendo balancear las lámparas flexibles que alumbran la barra, y contándose el día.

Alegría dentro y fuera de la barra.
Alegría dentro y fuera de la barra.

Tras ocho años en ‘Paradiso’ (Solete Guía Repsol) y un par de años en el Maybe Sammy de Sídney, Beltrami llega a Madrid con un proyecto impulsado por grandes nombres de la coctelería nacional en Barcelona. Juanillo Falcón ('Sauvage'), Marc Alvárez (‘Sips’, Solete Guía Repsol) y Pau Ritter y Enric Rebordoso (‘Paradiso’) son los socios detrás de este lugar que ha caído en gracia entre la clientela madrileña: “Aquí gusta mucho el tardeo, un domingo por la tarde puedes tener decenas de personas esperando en la puerta”, comenta el director de un bar que empezó abriendo cuatro noches a la semana y ahora no cierra nunca.

Ultimando el Golden Cadillac.
Ultimando el Golden Cadillac.

Hablando de todo un poco, Beltrami y sus acompañantes bajan al sótano del edificio. “¿Qué suele haber en la planta de abajo de los hoteles?”, pregunta al aire antes de abrir la puerta a una verdadera discospa. La sala, de formas redondeadas y totalmente cubierta de pequeños azulejos salvo el suelo enmoquetado, cuenta con cabina para el DJ y menos asientos que la de arriba. “La inspiración ha sido una sauna que hay en Barcelona a la que una vez fuimos Enric y yo”, cuenta mientras muestra cada rincón del espacio.

Puede que te ataquen con una munición de pompas.
Puede que te ataquen con una munición de pompas.

A la derecha, una gran concha con brillantes bombillas se presta al retrato guasón y en la barra se observa algún grifo. “Aquí tenemos cóctel ontap, más rápidos, pero sin perder el detalle del sabor”, explica el experto, que también los llama “cócteles cucurucho”, porque puedes tenerlos en la mano, beberlos rápido y bailar mientras tanto. “Base de whisky con un licor de chocolate y menta” o “con base de albahaca con hibisco, ginebra y pomelo” son algunos de estos cócteles de grifo que buscan combinaciones algo atrevidas de sabores reconocibles. Independientemente de qué cóctel se elija, en ‘Pensión Mimosas’ no se discrimina al cliente abstemio. “Tenemos opción sin alcohol de casi todos los cócteles”, puede decir Beltrami gracias a Lyers, la compañía de Australia que les provee de los destilados sin alcohol.

Las paredes de la escalera también tienen su historia.
Las paredes de la escalera también tienen su historia.

Una suite para culminar el proyecto

De vuelta en la escalera que conecta las diferentes salas, el público se fija en el pasamanos y los peldaños de madera pero, sobre todo en las paredes tapizadas en color crema con dibujos verdes. “Me recuerda a casa de mi abuela”, comparte este particular amo de llaves, recordando cómo alucinó su padre cuando vio la escalera de ‘Pension Mimosas’ por primera vez. Lo cuenta de camino a la parte más alta del local, que todavía está en obras.

Durante uno de sus viajes, Beltrami se dio cuenta de que el mango con tahini combinaba muy bien.
Durante uno de sus viajes, Beltrami se dio cuenta de que el mango con tahini combinaba muy bien.

“Supongo que estará abierta al público en junio”, calcula Beltrami sobre el proyecto que terminará de dar forma a este especie de hotel de la diversión: una suite con grandes ventanales, cama, jacuzzi (sin agua), sofás y un particular servicio de habitaciones. El espacio, para el que contarán con la colaboración de Late Check Out, la marca de ropa de Antón Álvarez -antes El Madrileño, antes C.Tangana, antes Crema- tendrá capacidad para 20 personas que tendrán que hacer reserva previa. “Una serie de cartas degustación de cócteles en torno a la ciudad de Madrid”, será la propuesta líquida de este dormitorio donde no dormirá nadie.

Las lámparas se balancean al ritmo de la música.
Las lámparas se balancean al ritmo de la música.

Con esta intervención terminará de momento una obra que se ha alargado durante meses. “Antes fue una tienda de tejidos y el bar ‘El Clásico’ que también tenía una coctelería escondida”, explicaba Beltrami acerca del pasado de este discreto edificio en el meollo de la ciudad antes de convertirse en ‘Pensión Mimosas’. Para dar con el nombre, el equipo pensó en el cóctel de espumoso con naranja o en la persona que da mimos, pero sobre todo en el cine:“‘Pensión Mimosas’ es el nombre de una película francesa de los años 30 ambientada en un hostal de la Costa Azul donde pasaban muchas cosas”. Como aquí.

Un 'photocall' de corte marino.
Un 'photocall' de corte marino.

Imaginando ese bar ‘El Clásico’ y su coctelería escondida, planeando la próxima visita -quizás cuando se inaugure la planta de arriba- o comparando la ya querida ‘Pensión Mimosas’ con algunos alojamientos parecidos que aguantan alrededor. Sea cual sea la conversación de los clientes al atravesar la recepción para salir del bar, el sonido de fondo suele ser el mismo: la voz de la Patrona gritando que su marido la dejó sola, que aspiradoras ya tiene y que a Dios ya lo encontró o que , ya no sabe cómo decirlo, quiere irse a ir a Benidorm.

'PENSIÓN MIMOSAS' - Marqués Viudo de Pontejos, 9. Madrid. Tel: 667 936 995.

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