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Cuesta creer que haya unas fiestas navideñas sin vino, cava o copita, pero la realidad nos está mostrando precisamente lo contrario: cada vez se bebe menos. Statista, la plataforma alemana online de recopilación de estadísticas, anticipa como tendencia una disminución en el consumo global de bebidas alcohólicas en los próximos años de casi un 2%. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud registra una progresiva tendencia a la baja en el consumo global de alcohol per cápita en la última década.
Existen muchos factores relacionados con esta tendencia, que van desde la inclinación de los consumidores a estilos de vida más saludables a unas regulaciones gubernamentales más estrictas o incluso a factores económicos derivados del aumento de precios. Sea como sea, el mercado lo ha detectado y no paran de salir nuevos productos desalcoholizados, pero cuidadosamente desarrollados por los departamentos de I+D de las marcas más variopintas ¿El objetivo? Crear bebidas que organolépticamente sean igual de satisfactorias que sus hermanas con alcohol.
Te traemos una recopilación con algunas referencias sustitutivas de las bebidas alcohólicas para que aquellas personas “que no beben” puedan brindar con algo más que agua, refrescos o zumos.
Las referencias de vino sin alcohol que se encuentran actualmente en el mercado provienen en su mayoría de bodegas de gran capacidad, ya que la inversión necesaria para elaborarlos es considerable. Aún así, en la edición de 2024 de la Barcelona Wine Week se puso sobre la mesa durante la celebración de la ponencia “El alcohol en el vino. Nuevas tendencias, público y oportunidades” un estudio pionero de detección basado en sondas que abarata los costes de producción de vino sin alcohol. Por tanto, puede que muy pronto irrumpan en el mercado un buen número de vinos sin alcohol de pequeños y medianos productores que quieran apuntarse a la oportunidad de la tendencia “sin”.
Es uno de los dos blancos de la gama Natureo, los vinos sin alcohol de Bodegas Familia Torres. Está elaborado con moscatel de Alejandría y es bastante goloso y suave, haciéndolo muy fácil de beber. Natureo cuenta con otro blanco a base de chardonnay, un tinto de garnacha y syrah, y un rosado de syrah y cabernet sauvignon. También tienen dos espumosos, Natureo Sparkling blanco, a base de moscatel de Alejandría, y Natureo Sparkling Rosé, con syrah y cabernet sauvignon. En caso de que te hayas pasado al consumo sin alcohol, pero tu pasado vinícola reconozca las variedades, podrás apreciarlas en los vinos Natureo, ya que para hacerlos no se limitan a desalcoholizar vino, sino a elaborarlo desde cero teniendo en cuenta todos los estadios del proceso.
Los vinos sin alcohol o con muy baja graduación WIN son la apuesta de Bodegas Familiares Matarromera, en Valbuena del Duero (Valladolid). Aquí reseñamos su WIN Tempranillo, un tinto sin alcohol bastante digno que tiene una versión envejecida 12 meses en barrica para los que buscan encontrar la madera propia de los Riberas de la bodega familiar. En espumosos, su rosado recién salido al mercado, a base de verdejo y tempranillo, tiene una cierta acidez y un toque de golosina divertido.
David Seijas, ex-sumiller de ‘elBulli’, ha lanzado este vino albariño dentro de su proyecto Gallina de Punk. Pensado para disfrutar de todo lo bueno que te da esta uva, Neverwine es un blanco muy refrescante pero lleno de matices, ya que se usa una tecnología que consigue recuperar los compuestos originales del sabor de la uva. ¡Brindemos sin fin por ello!
A base de tempranillo y syrah, Bodegas Juan Gil (Fuente Álamo, región de Jumilla) elabora este rosado pensado, como su nombre indica, para disfrutar sin límites. Este Disfrutand0,0 tiene una acidez reseñable y un final que perdura.
Este vino blanco sin alcohol y orgánico es la alternativa para aquellos y aquellas amantes del vino con poca intervención o natural y que se han pasado al lado “sin”. Elaborado con las variedades garganega y vespaiola de la región italiana del Veneto, tiene un perfil fresco, afrutado y vibrante muy conseguido.
Los destilados, una categoría donde el porcentaje de alcohol es bastante elevado, también han iniciado su peregrinaje a sustitutivos sin alcohol, y en países como Gran Bretaña o Estados Unidos ya cuentan con un buen recorrido. La ginebra es el destilado que más triunfa, y tiene lógica: en realidad el alcohol es la parte final del producto, donde lo que cuenta es la maceración de botánicos en una base acuosa. Y eso es bastante “conseguible”. Pero también hay tequila, mezcal, vodka, ron e incluso limoncello sin alcohol ahí fuera, esperando a que te unas a la tendencia 0,0.
La española Puerto de Indias es la marca que puso la ginebra rosa en el mapa de medio mundo y también tiene su versión sin alcohol. Si lo que cautiva de Puerto de Indias es su aroma a fresa, aquí es la gran protagonista. Aromas, pues, afrutados y frescos para una Navidad rosa en vez de roja.
Las grandes marcas de ginebra tienen su versión sin alcohol, pero Seedlip fue una de las pioneras. Esta marca inglesa tiene tres ginebras sin alcohol en el mercado, y Seeplip Grove 42, con su toque de distintos cítricos y su nota amarga, es perfecta para un gin tonic “resaca free”.
Este sustituto de ron oscuro sin alcohol está elaborado por la marca Stryyk, que también produce ginebra, vodka y cócteles sin alcohol. Con aromas de vainilla y caramelo, y la caña de azúcar muy presente, lo ideal es tomarlo en un cóctel clásico como el mojito o un daiquiri.
A los refrescos bitter les ha salido un serio competidor a la hora del aperitivo para los que no beben alcohol: el vermut “sin”. Pensado tanto para beber solo como en algún cóctel (junto con una ginebra 0,0%, podrías elaborar un Americano totalmente libre de alcohol), las referencias de vermut sin alcohol tanto blanco como rojo no paran de crecer.
La versión de vermut rojo sin alcohol de la centenaria casa italiana Martini se llama Martini Vibrante y en él destaca de entre todos los botánicos tan característicos de Martini la bergamota. Además, es un buen “fondo de armario” para elaborar cócteles sin alcohol.
Los cócteles en lata o ready to drink son una categoría que no para de crecer. Y, en consecuencia, también han surgido sus versiones sin alcohol. Tener unas latas en la nevera es la opción perfecta para aquellas personas a las que no les va mucho lo de agitar la coctelera.
La gama de cócteles ready to drink Libertine Blend es una línea de cócteles “para llevar” desarrollada por las hermanas Miró-Sans, cofundadoras de hotel Casa Bonay de Barcelona, y Eric Stephenson, el asesor de coctelería de su bar 'Libertine'. La gama tiene un sin alcohol tan excelente y complejo como sus compañeros con. Libertine Blend Fizzy Pear & Cardamomo es refrescante, cítrico y floral, y todo ello se va desvelando en cada trago.
Los mocktails o cócteles sin alcohol pueden ser combinaciones de ingredientes que de forma habitual no llevan alcohol (sodas, refrescos, jarabes, zumos, mixers...) y también versiones de cócteles clásicos con sus variantes 0,0. En el segundo caso, solo tienes que sustituir su licor o destilado por una versión desalcoholizada. Y aquí te dejamos una receta de un cóctel un poco más complejo para hacer en casa y satisfacer a los paladares abstemios más rigurosos.
El autor de este mocktail es Javier de las Muelas, un referente de la coctelería internacional, y aparece en su libro Cócteles para Dummies (Planeta de Libros, 2018).
Ingredientes:
Elaboración:
1.- Añade los tres ingredientes en un vaso alto con hielo.
2.- Remueve y decora con una rodaja de limón y una cereza.
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