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El impoluto blanco y la piedra resaltan en la fachada de este coqueto inmueble de tres plantas, en la peatonal calle Torres, que solo introduce un toque distinto de color en sus balcones. "Por eso digo yo que nuestra imaginación es la que ve y no los ojos", anuncia una cita galdosiana en el suelo de esta vía, y eso debieron asumir Evelyn y José Antonio cuando lo descubrieron. Porque ellos, que forman el estudio de arquitectura 'alonso + sosa', están acostumbrados a plasmar sueños e ideas en la realidad.
Y la realidad, desde que se abrió 'The Loft' en abril de 2014, es que ofertan dos apartamentos de 50m2 (inicialmente había un tercero disponible) con la filosofía de que resulten hogares temporales. "Un lugar para trabajar, para estar..., no competimos con un hotel", detalla Evelyn Alonso, que es la actual propietaria, aunque de entrada lo fue su compañero de trabajo. Por tanto, la relación con este sitio, que "es maravilloso", se estrechó más allá de un proyecto profesional.
Hablando de proyectos, una maqueta presentada a un concurso internacional, para un Centro Cultural en Helsinki, decora el recibidor. Allí se pueden dejar y recargar bicicletas eléctricas, dado que Las Palmas de Gran Canaria se presta para la movilidad sobre dos ruedas. Los ojos se van a una reluciente escalera de madera, que promete llevarnos a los principales rincones de esta vivienda, reformada a partir de un "estado de conservación medio". Además, requirió el tratamiento de la carpintería original y refuerzos estructurales, cuenta Alonso.
"Nos encantó por el tamaño", prosigue, y quisieron "hacer algo abierto, más amplio, que se pudiera reconvertir" llegado el caso. Alcanzamos la última planta, donde el apartamento –gemelo del inferior– llama la atención igualmente por su luminosidad, potenciada por el blanco de las paredes. Y no falta tampoco en un suelo hidráulico de triángulos, que alterna ese color con el azul, y acoge la cocina y el baño; espacios funcionales, modernos, e introductorios de un salón-dormitorio con huellas más añejas: desde las contraventanas plegables a la tea (madera noble del pino canario) que da lustre a suelo y techo alto.
A su vez, "reciclamos todo lo que pudimos", explica Evelyn Alonso, y así surgió la mesa en la que nos apoyamos para detallar los entresijos de 'The Loft'; un reciclaje visible, con otro material, en una llamativa lámpara pintada de amarillo. La arquitecta participó directamente en estos elementos decorativos junto a Paco Navarro, según especifica.
Un proceso en el que se decidió que el cabecero de la cama de matrimonio ejerciera de separador, en esta habitación única, respecto a la mencionada mesa, sus cuatros sillas (de distintas formas y tonalidades) y el sofá. La zona dormitorio se completa con un perchero descubierto, una lámina de Gerhard Richter, una escultura... y no falta un bolso con dos toallas de playa, que el clima acompaña para darse muchos baños.
Todo reflejado en un espejo que tiene historia, la historia del taller que tuvo aquí la diseñadora de moda Aurelia Gil. "En la tercera planta estaba el atelier y había un espejo enorme, de marco platino envejecido; lo hice a medida para ese hueco", recuerda Gil, con especial cariño por este lugar: "Estaba mi tienda de manualidades favorita, 'Toledo', donde siempre me compraba todos los materiales de bellas artes y plástica".
Lo curioso es que, más adelante, Gil tuvo una idea parecida a la que acabó desembocando en 'The Loft': "Efectivamente, esa casa la alquilé con un amigo en 2005, con la idea de hacer una tienda-taller y dos apartamentos". Como no fructificó, "finalmente con otro socio abrí una tienda de dos plantas y el atelier en la tercera. Allí estuve desde el 2007 al 2009", apostilla.
Por 'The Loft' han pasado en los últimos años turistas de todas partes del mundo, añade Evelyn Alonso, y profesionales como... "cantantes de Ópera". Sí, debido a la proximidad del teatro dedicado, cómo no, a Pérez Galdós. Es más, hay estancias que se prolongan hasta dos meses, e incluyen muchos momentos especiales en la azotea del inmueble; a ella se accede por una escalera no solo de cánones actuales, sino cerrada a diferencia de la anterior, en un juego de contrastes.
Y surge, otra vez, el apartado de la reutilización de materiales, ya que se emplearon paneles para encofrar a modo de puerta, suelo y bancos. Cerca, unas tumbonas proporcionan una perspectiva más relajada de esta comunidad de tejados y cúpulas, sobresaliendo la Catedral de Santa Ana y el Gabinete Literario. "Una azotea maravillosa y una luz magnífica", resume Aurelia Gil, en definitiva en "un edificio que transmite muy buenas vibraciones. Sigo enamorada". Quizá por eso, alguien creó el eslogan 'lovetheloft'.