Actualizado: 16/01/2017
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No te pierdas la cara de tu hijo cuando se entere de que vais a ir a dormir a un castillo o como te mira tu pareja cuando vea que le tratas, literalmente, a cuerpo de rey. Te proponemos pasar un fin de semana diferente en la ribera del Duero: el Castillo de Curiel sirve tanto para desconectar como para disfrutar del enoturismo o entretener a los niños.
Escuchar historias de dragones, luchar con espadas o vestirse de princesa es más divertido si se hace entre los muros de un castillo medieval. Y teniendo en cuenta que a 10 kilómetros a la redonda del Castillo de Curiel se encuentran algunas de las bodegas más emblemáticas de España, hay opciones de diversión tanto para adultos como para niños.
El Castillo de Curiel es el más antiguo de la provincia de Valladolid y uno de los más antiguos de Castilla y León. A sus habitaciones llegan muchos ciudadanos turcos, americanos o japoneses. Vienen desde cualquier rincón del mundo y se quedan fascinados con este lugar situado en el corazón de la ribera del Duero. Su historia es lo que más impresiona, sobre todo a los americanos poco acostumbrados a estar rodeados de piedras tan antiguas. En alguna ocasión han llegado hasta a saludar con reverencias al actual dueño como si de un rey se tratara.
Documentado desde finales del siglo X, hay historiadores que dicen que antes de ser un castillo medieval fue una torre de vigilancia romana alrededor del siglo III o IV, "y sí que es verdad, que al hacer el desescombro encontramos bastantes restos romanos", nos cuenta Jesús Ramos, director y propietario del castillo.
El castillo tuvo su importancia entre el siglo X y XIV, fue propiedad de 7 reyes y 6 reinas. Por aquí pasaron desde Alfonso VII, Fernando III 'El Santo', Alfonso X 'El Sabio' o Pedro I 'El Cruel'. También sirvió de dote matrimonial de diversas reinas como Leonor Plantagenet o Doña Berenguela. Incluso se utilizo como cárcel: Diego de Castilla, hijo de Pedro I, pasó encerrado entre estos muros 54 años (desde los 11 hasta los 64).
Situado en la cima de un cerro a 927 metros de altura, es el punto más alto de toda la provincia de Valladolid. Estratégicamente situado sobre Curiel del Duero, tiene unas espectaculares vistas de toda la zona que durante muchos siglos sirvieron para divisar al enemigo y convertir esta fortaleza en un lugar prácticamente inexpugnable. Desde sus murallas se ve el río Duero y al fondo, Peñafiel y su castillo, situado solo a 5 kilómetros de distancia.
Había un dicho en la Edad Media que decía "buen castillo sería el de Peñafiel si no tuviera el de Curiel", pero es precisamente cuando el Castillo de Peñafiel empieza a tomar relevancia que el de Curiel cae en desuso. En el siglo XVIII cae la torre del homenaje y dos siglos más tarde llega a la ruina total.
En 2003, el Estado lo pone a subasta completamente derruido. Solo quedaba el muro exterior y parte de la torre del homenaje cuando lo compran los actuales propietarios y lo convierten en un hotel rural con 25 habitaciones.
"Hicimos un estudio arqueológico de la cimentación para identificar dónde estaba las partes características de todos los castillos", nos cuenta Jesús. "Identificamos dónde estaba la zona de tropas, la cocina, el aljibe, la barbacana, el adarve... Y sobre eso se construyo. Así que creemos que son los mismos volúmenes que tenía en la Edad Media, metro arriba, metro abajo".
Dormir en el castillo cuesta entre 90 y 100 euros la habitación doble y 140, la suite. Con la reserva de la habitación se incluye una botella de vino D.O Ribera de Duero 'Viejo Coso', producción propia de la familia que elabora unas 25.000 botellas al año. Y además, también se puede visitar la iglesia de San Martín, reconstruida por esta familia y convertida en una peculiar bodega.
El castillo también se puede reservar en su totalidad para celebrar bodas o reuniones de empresa. Y si vas con los más pequeños, una sorpresa: no pueden perderse la maqueta de casi 40 metros con varias locomotoras y hasta una replica del Castillo de Curiel. Una maravilla que les tendrá entretenidos durante horas.