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Mujer en el mirador flotante de una suite.

Hotel 'Almanac', el alma de la ciudad en la habitación

Descansar acunado por Barcelona

02/10/2024 –

Actualizado: 16/08/2024

Fotografía: Hugo Palotto

Desde un cómodo sofá que sobresale de la fachada en forma de mirador flotante a la Gran Via de les Corts Catalanes, el huésped del hotel ‘Almanac’ siente cómo Barcelona se cuela en su habitación visualizando todo el movimiento de las rutinas diarias en los edificios de enfrente, las copas de los árboles despeinados por la brisa, el ajetreo del tráfico… Todo envuelto en el silencio de una estancia diseñada para mirar hacia fuera y vivir la ciudad desde dentro. Increíble.

En la recepción del hotel ‘Almanac’, los grandes ventanales provocan la sensación de haber entrado de repente en un escaparate desde el que se puede observar la actividad de Barcelona mientras dentro el tiempo parece haberse detenido de repente. Las flores naturales que inundan la estancia junto al aroma con esencias mediterráneas diseñado por el perfumista Jimmy Boyd, que aporta esa fragancia constante en el alojamiento, contribuyen a esa percepción de estar tranquilo y protegido mientras miras por el ojo de la cerradura.

Lobby del hotel Almanac en Barcelona.
La calidez del vestíbulo, la mejor recepción.

La marca Almanac Hotels apostó por Barcelona para abrir su primer alojamiento, en el que estamos ahora, en 2018. Lo primero fue elegir el lugar ideal. “Querían ubicarlo en una parte estratégica de Barcelona, que fuera la confluencia de belleza, arte, arquitectura… y, por supuesto, céntrico, que se pueda ir andando a todas las partes originales de la ciudad como restaurantes, monumentos o museos”, afirma Amparo Bordas, Marketing & PR Manager del hotel. El hotel está en el distrito del Eixample, a solo unos pasos del Passeig de Gràcia, obligatorio para los amantes de la arquitectura que deseen disfrutar del modernismo de la urbe, pero que también cuenta con tiendas exclusivas, restaurantes y cafeterías.

Mujer en la cama de una suite.
Dorados y madera para la decorar unas habitaciones elegantes y cálidas.

Para crear este oasis, unieron dos edificios. Uno mantiene su fachada modernista y otro se ha rehecho completamente. Desde fuera, se mantiene ese eclecticismo que caracteriza a la ciudad y, por dentro, está todo unificado. “Al final, la expresión máxima de Barcelona es su increíble arquitectura. Queríamos mantener la fachada que representa el pasado con otra que muestra lo nuevo, el presente, unificando esas dos versiones”, explica Amparo, para resaltar cómo ha ido cambiando la ciudad y ‘Almanac’ capta esa naturaleza.

Varias personas toman el sol en la piscina en el rooftop
La piscina, ubicada en el rooftop, con vistas al Tibidabo.

Del diseño de interiores, se encargó Jaime Beriestain, quien ha apostado por tonos grises, beige y dorados para imprimir elegancia; introduciendo acentos de roble y nogal para transmitir una sensación de calidez. Y lo consigue en todas las estancias del hotel donde uno experimenta la acogedora emoción de un abrazo.

Salón y terraza de la Terrace Suite
La Terrace Suite puede comunicarse con la habitación de al lado para convertirla en familiar.
Terraza de la habitación Terrace Suite.
La terraza de la Terrace Suite, un oasis en las alturas de Barcelona.

La sencillez se cuela en las habitaciones (61 habitaciones y 30 suites) para mirar hacia el exterior. La luminosidad del blanco de la ropa de cama que se une a la tela de los sofás, o la sobriedad de adornos acentúan esa percepción de lujo discreto y focalizan la mirada fuera sin perder la amabilidad del interior. Aquí sí merece la pena retrasar adrede la acción de abrir los ojos por la mañana y dedicar unos segundos a imaginar lo que vas a encontrar al abrirlo: Barcelona dentro de la habitación en el más absoluto de los silencios. Aguante. Porque ese impacto matutino es el mejor regalo del hotel ‘Almanac’. Si desde la cama el espectáculo es inconcebible, desde el mirador flotante es una maravilla.

Mujer subiendo por una escalera del hotel.
El diseño de interiores ha sido trabajo de Jaime Beriestain.

El mármol ibicenco del baño, la ducha de efecto lluvia, con un amplio vestidor -en las suites- encajan con los amenities creados también por el perfumista Jimmy Boyd. La domótica de las habitaciones facilita la estancia dándote la bienvenida cuando entras en el cuarto, las cortinas se abren solas, o poniendo al alcance de un clic toda la iluminación del dormitorio.

Flores naturales en el lobby.
Las flores naturales salpican todas las estancias del hotel.

Plant forward en la cocina

Gimnasio, zona wellness y piscina, para aquellos que quieran seguir disfrutando de su viaje sin salir del hotel. Eso sí, la piscina tiene premio: está en la azotea con vistas al Monte Tibidabo. El resto del rooftop lo completa la terraza ‘Azimuth’, con una cuidada coctelería donde deleitarse con el resto de las vistas, que incluye la Sagrada Familia entre otras maravillas, mientras experimentas con la carta de su cocina.

Aperitivos del Menú Verde del restaurante 'Virens'.
Aperitivos del Menú verde que se sirve en 'Virens'.
Tomates del Menú verde de Rodrigo de la Calle para el restaurante 'Virens'.
Tomates del Menú verde, una oda a las verduras.

‘Almanac’ ha ido un paso más allá con su gastronomía sumándose a la nueva tendencia plant forward, de la mano del chef Rodrigo de la Calle. En el restaurante del hotel, ‘Virens’, con salida a la calle, su concepto de cocina verde se ha convertido en una de las grandes apuestas del alojamiento. El chef Gio Esteve, el encargado del tema gastro en ausencia de Rodrigo, cuenta cómo el concepto se extiende por el hotel desde el room service, hasta ‘Azimuth’, el servicio de desayuno y, en su máxima expresión, en su restaurante ‘Virens’.

El chef Gio Esteve.
El chef Gio Esteve, mano derecha de Rodrigo de la Calle en 'Almanac'.

El 70% de nuestra carta está basado en las verduras”, comenta Gio, sobre el plant forward, que no se trata solo de hervirla o aliñarla con aceite, “ahí entra la magia de Rodrigo, como digo siempre. El nivel de poder trabajar la verdura de otra forma”, subraya el chef francés Gio con una sonrisa siempre, enérgico y totalmente conectado con el proyecto. “Rodrigo de la Calle en eso es el rey, porque es capaz de mezclar cualquier verdura con otra verdura, con especias, aromas… Y crear platos bonitos y diferentes. Al final es lo que somos aquí: diferentes”.

Vistas desde la azotea 'Azimuth’.
Desde la terraza 'Azimuth’, en la azotea, las vistas son espectaculares.

Por la noche, el menú degustación de Rodrigo de la Calle (con un maridaje de vinos catalanes pero que también incluyen bebidas probióticas hechas por él, como hidromiel o kombuchas) explica a través de los sabores todo lo que ha contado Gio Esteve. El primer plato del Menú verde, unos tomates con aceite de oliva, sal y pimienta, que incluyen un cherry pasificado, una crema ácida y un líquido azul hecho con el agua del tomate tintado con espirulina es un buen inicio. Después, llegan unos Pimientos asados con yema de huevo; la berenjena china asada; risotto de zanahoria para seguir con esta oda a las verduras. La corvina con puré de calabaza y la carrillera de cerdo ibérico entran como notas discordantes que encajan en la melodía.

Fachada del hotel donde se ve la integración de los dos edificios.
En la fachada se aprecia la unión de los dos edificios que componen 'Almanac'.

Decía José Saramago que “la felicidad tiene muchos rostros. Viajar es, probablemente, uno de ellos”. Podríamos agregar que alojarse en ‘Almanac’ puede sumarse al viaje y mostrar otra cara de la dicha. Porque aquí, el viajero se acostará soñando con Barcelona con la certeza absoluta de que al despertar ella estará ahí, entrando por la ventana, dispuesta a darle los buenos días. No se puede pedir más.

HOTEL 'ALMANAC' - 619-621, Gran Via de les Corts Catalanes, L'Eixample, 08007 Barcelona. Teléfono: 930 18 70 00

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