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Calma, lujo y desconexión total en pleno campo ibicenco. Esto es lo que propone ‘Ca Na Xica’, un hotel boutique de 20 habitaciones rodeado de olivos y cipreses con una magnífica piscina y una cocina de autor firmada por el chef argentino Pablo Carrizo que es toda una oda al huerto.
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Imagina ocho hectáreas de terreno para sólo 20 habitaciones en el corazón de Ibiza, a tan sólo 9 kilómetros de la cala Benirrás. Un paisaje arropado por más de 250 olivos, cipreses, granados, algarrobos, almendros y grandes higueras soportadas por sabinas. El silencio pone la banda sonora a este oasis vegetal que recibe al visitante con el envolvente aroma de las flores de sus salvias y otras plantas autóctonas. Sólo el canto de los pájaros se atreve a romper esta armonía.
“Ca Na Xica’ -que significa la casa de Francisca- es el lugar perfecto para desconectar de todo, para el relax absoluto”, cuenta Alex Piella que, junto a su mujer Carla Espinosa, dirigen este hotel boutique que comenzó siendo hace 13 años una pequeña casa rural de seis habitaciones.
Antiguas estancias que aún conservan en el edificio principal, construido a semejanza de las casas antiguas de principios del siglo XX y que hoy alberga también la recepción. Tras sus puertas, llega su mejor carta de presentación: una espectacular piscina en forma de ‘T’ de 29 metros de largo que invita a un relajante baño bajo su cascada.
Alex y Carla dejaron su vida en Barcelona para embarcarse en este proyecto que iniciaron los padres de ella. Atrás dejaron sus trabajos -él en una multinacional; ella, como diseñadora de moda- para dedicarse en cuerpo y alma al disfrute del cliente. Fue en 2015 cuando decidieron apostar por el lujo y ampliar el hotel con nuevas suites de diseño más vanguardista en perfecta simbiosis con el entorno.
En forma de cubos, el blanco ibicenco mezclado con la roca de las construcciones tradicionales resalta en los exteriores. Los nombres de las estancias se inspiran en elementos naturales de la isla - esparto, sal, cáñamo, arena, higuera…- que protagonizan los detalles decorativos de cada una de ellas, todo en un ambiente de colores tenues y toques sutiles de color que ayudan a encontrar esa distensión que fluye en todo el hotel.
“En las paredes podemos ver obras y trabajos de artistas que viven en Ibiza, como la pintura en relieve de Marta Torres, las obras de Vicent Ferrer Guach, los cuadros de arena de Karen Hain, o los hechos con materiales reciclados de la escultora Anna Ametller”, cuenta Carla, siempre con una sonrisa en la cara y un trato amable. “Es una forma de darle valor a la naturaleza de la isla y contar una historia”, puntualiza.
En los baños, destaca la pared decorativa de cerámica de Mutina que imita el papel -de Patricia Urquiola- o los jardines y patios interiores con plantas tropicales como la Strelitzia augusta o la Regina, que aportan viveza con sus colores y llenan la estancia de luz natural.
Las terrazas mirando al campo son otra delicia que te permiten desayunar a primera hora de la mañana frente a los olivos; o leer un libro al atardecer, mientras las perdices y los conejos corretean curiosos frente a ti. El spa del hotel es otra excusa para dejarse mimar.
El compromiso de Alex y Carla con la cocina mediterránea se refleja en ‘Salvia’, el restaurante que desde hace dos años dirige Pablo Carrizo. A punto de estrenar un menú degustación, sus platos mezclan de una forma muy personal las cocinas mediterránea, francesa y asiática. “Mi cocina es un juego, me gusta mucho hacer trampantojos”, desvela el chef argentino, formado junto a grandes chefs como Joan Roca, Martín Berasategui, Carme Ruscalleda, Paco Roncero o Quique Dacosta, todos con 3 Soles Guía Repsol.
Siguiendo la filosofía de ‘Ca Na Xica’, la cocina de 'Salvia' propone comerse el entorno. Literalmente. Las verduras son las grandes protagonistas de una carta pensada para compartir y abierta a todos los públicos. “Utilizamos en la medida de lo posible productos de kilómetros cero y estamos proyectando nuestro propio huerto”, detalla.
Pablo trabaja las verduras con suma delicadeza, potenciando cada uno de sus sabores y texturas con cocciones a baja temperatura y un último toque de josper. Destaca su plato de puerros confitados a 85 grados durante dos horas y pasados por la brasa, acompañados de una mahonesa ahumada hecha con el mismo aceite de los puerros, y un parmesano rallado de 48 meses de maduración; o la berenjena al vapor con sobrasada ibicenca, mermelada de tomate casera, queso feta y salsa miso.
Las delicadas remolachas baby son otra sorpresa. “Las servimos con chutney de mango y pimiento rojo, chantilly de frambuesa, coco deshidratado, ajo blanco de coco, puré de mango y lo ligamos todo con salsa de ostra”, explica Pablo, justo antes de emplatar el siguiente pase: la coliflor con puré de trufa negra, queso gruyere y avellanas.
Aunque Pablo no es un loco de las esferificaciones, no puede evitar rendirse a ellas con los ñoquis de boniato acompañados con salsa de curry amarillo, sésamo y germinado de rúcula. La col china con beurre blanca de kimchi o los mejillones gallegos en escabeche con puré de boniato cítrico, lima kéfir, y mahonesa de yakiniku son otros dos pases que muestras su pasión viajera sobre el plato.
El arroz seco de pulpo es uno de los hits imbatibles de la carta. “Es un plato con mucho sabor. Primero cocemos al vapor el pulpo y le damos un toque de josper para que tenga sabor a brasa. Mezclamos el agua de la cocción con caldo de pescados que tengan mucho colágeno y anacaramos el arroz, tras hacer un buen sofrito de puerro, ajo y pimiento verde italiano”, detalla. Para terminar, un postre muy tropical: un fresco ceviche de fruta de temporada con crumble de jengibre y coco, sorbete de piña, lima y jengibre.
'CA NA XICA'. Carretera de Sant Miquel, km 10,2. Sant Miquel de Balansat. Ibiza. Teléfono: 971 33 44 09
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