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El pequeño pueblo de Vilaflor de Chasna es uno de los tres municipios de la isla de Tenerife que no cuenta con litoral costero, pero sí un mar de pinos que cubre la Corona Forestal del Teide. Estamos a las puertas de la cumbre más alta de España, y las curvas de la TF-21 hacen las delicias de los motoristas y ciclistas más aguerridos. En medio de este paisaje bucólico, donde se erige el árbol más grueso del país y uno de los más altos, nos encontramos con un rincón para desconectar con nuestra pareja y dormir acurrucados por la sombra de un volcán.
El hotel 'Villalba' es como una gran casa. Se respira cierta sensación hogareña al entrar a su enorme hall, inundado por la luz que penetra a través de las vidrieras del fondo. Un pequeño jardín de plantas preside este espacio, que recrea un patio típico canario, con maderas nobles en la escalera, las columnas y la barandilla del piso superior. “Las fotografías que lo decoran son de las distintas ediciones del concurso en torno a nuestra flor autóctona de Tejinaste que puso en marcha mi hermano”, nos apunta Beatriz Reverón, directora del alojamiento.
“Nosotros crecimos detrás de una recepción de hotel. Es lo que hemos mamado desde niños”, reconoce Beatriz. Ella, junto a su hermano Juan Francisco (CEO del grupo Hoteles Reverón), representan ya la cuarta generación de una familia dedicada al negocio hotelero en la isla de Tenerife. La bisabuela Antonia fue la que puso en marcha, en 1925, la 'Fonda Aeropuerto' (en Los Cristianos) y el padre de Beatriz, Juan Francisco Reverón Villalba, inauguró el 'Andreas' en 1982 y lideró la expansión de la empresa, abriendo también el 'Villalba'. “Me siento orgullosa porque las mujeres de la familia han sido parte fundamental de nuestra historia, siendo heroínas en momentos difíciles. Mi abuela Agustina -cuyo apellido rendimos homenaje con el nombre del hotel- y mi tía Carmen fueron capaces de mantener a su familia y hotel después de la muerte de mi abuelo, trabajando incansablemente par asegurar la supervivencia”, recuerda la nieta.
El 'Villalba' cuenta con 27 habitaciones, con suelos de parqué, amplias camas y donde los tonos marrón, crema y granate se combinan con los estampados florales de las cortinas y los detalles campestres en la decoración. Algunas tienen vistas al jardín boscoso interior y otras a la Corona Forestal del Teide -aunque la cumbre del volcán no se ve desde Vilaflor, oculta tras el Sombrerito-. Una peculiaridad es que, aunque las habitaciones son muy similares en su diseño -aunque algunas disponen de terraza y otras de un pequeño recibidor con sofá-, los baldosines de los baños sí difieren de unas a otras.
Se trata de un hotel only adult, especializado en parejas, aunque también reciben la visita de familias -con adolescentes a partir de los 14 años-. Los huéspedes pueden disfrutar de unas instalaciones pensadas para la desconexión total. Disponen de un completo spa, una piscina descubierta acristalada, servicio de masajes y tratamientos estéticos y una gran pinada donde pasear, relajarse en cómodas tumbonas con el sonido de los pájaros, observar las estrellas o practicar yoga en armonía con la naturaleza.
Pero el ‘Villalba’ además se ha especializado en clientes a los que el deporte de altitud atrae a la isla. De hecho, junto a la zona del spa hay un espacioso rocódromo y gimnasio y se alquilan bicicletas. “Suelen alojarse bastantes deportistas de élite, que entrenan por esta zona”, señalan desde el hotel. Una de sus ofertas es el Desafío Teide Bike Experience, una aventura ciclista única al corazón del Teide con el acompañamiento de estos profesionales que descubren a pedaladas los parajes volcánicos de la zona o las serpenteantes carreteras con vistas al Atlántico.
Para los menos acostumbrados a estos retos, el entorno de Vilaflor ofrece numerosas actividades en la naturaleza. Pequeñas rutas de senderismo, como la que nos conduce al paraje conocido como Los Paredones donde podremos observar el Pino Gordo -un pinus canariensis de 45,12 metros de altura y un perímetro de 9,36 m, que lo convierte en el árbol más grueso de España y el tercero más alto- y su hermano el Pino de las Dos Pernadas -de la misma especie y con 56,30 m, el árbol autóctono con mayor talla del país-. Otras sendas requieren más esfuerzo, como la GR131, que comunica el sur de la isla (Arona) con el norte, a las puertas del majestuoso bosque de laurisilva del Parque Rural de Anaga (85,7 kilómetros).
Para conocer algunas historias del municipio de Vilaflor de Chasna y buenas recomendaciones, nos dejamos guiar por Vicente, el camarero que atiende los desayunos y el restaurante 'La Vendimia' del propio hotel. Bisnieto y nieto de las dulceras Evangelina y Juana -que elaboraron durante décadas rosquetes, bizcochones, piñas o mimos (claras de huevo con almendras horneadas)-, Vicente nos habla del misionero Pedro, vecino del siglo XVII que fundó en Guatemala la Orden Betlamitas, de la iglesia San Pedro Apóstol, una de las más antiguas del sur de Tenerife, o de las tapas de garbanzada y ropa vieja de cabra del bar 'Los Cazadores'.
En el comedor acristalado del restaurante 'La Vendimia', en la planta baja del hotel y con vistas espectaculares al jardín boscoso, es donde se sirven cada mañana los desayunos con propuestas como las tostas de higos y ricota, huevos poché sobre guacamole o chorizo con cebolla caramelizada. Para las cenas -la sala cuenta con chimenea, porque aquí hay noches frías-, en la carta se dan cita “las recetas de la tía Carmen”, que ahora ejecuta la jefa de cocina Ángeles, con platos como las garbanzas compuestas al estilo chasnero, el confit de pato con pera al vino tinto y graten de papa canaria o el bacalao con pisto y alioli de savia de palma, con muchos productos de la finca ecológica El Anconito, que la familia tiene en Arona y donde cultivan verduras, plátanos y aguacates.
HOTEL VILLALBA - Camino San Roque, s/n. Vilaflor (Tenerife). Tel: 922 709 930