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Es algo incontestable. La Plaza España de Madrid se está convirtiendo en uno de los epicentros del lujo de la capital. Si el año pasado fue la apertura del 'Barceló Torre de Madrid' la que agitó el panorama y en un futuro será la del 'Hotel Riu' en el emblemático Edificio España, el que ha revolucionado el mercado del lujo este año ha sido el 'VP Plaza España Design'.
El diseño, la arquitectura y una exclusividad basada en la calidad de sus materiales y su relación con el arte –con una colección de más de un centenar de obras y una espectacular escultura en su atrio de más de 20 metros– se han convertido en su elemento diferenciador. De hecho, gracias a ello ya ha seducido a personalidades como el príncipe heredero de Arabia Saudí, que se ha convertido en cliente habitual durante sus viajes a España.
En el solar en el que se sitúa, donde durante años se encontraban varios edificios abandonados, el estudio de arquitectura 'B720' creó un rotundo edificio de 17 plantas y a varios volúmenes, con guiños a las referencias históricas y arquitectónicas del centro.
Dentro, sus 25.343 metros cuadrados hacen de él uno de los hoteles más grandes del centro de la ciudad, con 214 habitaciones en el que todo se ha cuidado hasta el máximo detalle. "Hemos querido romper con el tradicionalismo en Madrid de los hoteles de esa categoría", explica Laura Granados, directora de Marketing de VP Hoteles. "Queríamos que el diseño nos diferenciara, que fuera vanguardista, contemporáneo y que no tuviera nada que ver con lo típico que puedas ver en otro hotel", señala.
Para ello, encargaron el interiorismo de todo el hotel, salvo el del 'Ginkgo Sky Bar', al estudio de diseño 'Cuarto Interior', que ya habían trabajado en proyectos similares en el 'Hotel Urso' o el 'Vincci Capitol'. Según explica Germán Álvarez, 50 % del estudio junto a José Manuel Fernández, decidieron desarrollar una imagen de "lujo internacional" muy diferente a todo lo que se está haciendo en este sector y totalmente alejados de lo vintage. "Es un hotel monocromático, con poco color pero que tiene mucha textura. Queríamos generar un ambiente relajado, siendo lo más elegante posible pero sin estridencias y con materiales nobles", resalta.
Así, en los materiales se decidieron por piedra natural, madera de roble trabajada por carpinteros, acero inoxidable que tintaron de color bronce o cristal. Su empeño en ir más allá del diseño y buscar nuevas soluciones les hizo instalar materiales de última generación, como porcelánicos en gran formato hechos con tonos ex profeso para ellos o revestimientos como el de la trasera de recepción: una piedra de pizarra flexible de apenas un milímetro de espesor que se inspira en la fachada del edificio.
Precisamente en el hall es donde más se aprecia la selección de materiales. Completamente cubierto de mármol indio, se ha concebido como un lugar sin obstáculos en el que recibir a numerosos clientes, tanto del hotel como del restaurante contiguo, 'Botania', o el sky bar.
"Queríamos mostrar, con muy pocos gestos, que se trata de un hotel cinco estrellas en cuanto llegas. Lo hicimos levantando la entrada hasta los tres metros y medio, con una enorme puerta giratoria, y haciendo una recepción muy grande con todo muy presente y fácil de encontrar", apunta. Además, en el hall es donde, gracias a unas piezas de cristal de Jan Hendrix, tenemos el primer contacto con uno de los mayores atractivos del hotel: su colección de arte.
Con más de 150 piezas repartidas por todo el hotel, se ha creado una minicolección de obras (que van desde el collage hasta la escultura o la pintura) de artistas en su mayoría españoles, con un temática basada en la naturaleza, para conservar su carácter internacional y encajar con todas las culturas. Las piezas las firman Dario Urzay, Nacho Zubelzu, Fernando Palacios o Hélène Bergaz pero, la que destaca entre todas, es la escultura del atrio con forma de cascada de Pere Gifre.
"A la hora de desarrollar el atrio quisimos hacer un espacio misterioso, al que de hecho ni siquiera se puede acceder, que solo sirve para ser visto, pero que da oxígeno a los pasillos y a las habitaciones", explica Germán Álvarez. Partiendo de la presencia de la piscina transparente en el techo, que deja pasar la luz, idearon una gran escultura con forma de cascada "para que todas las miradas se dirigieran a ese punto, tanto desde arriba como desde dentro".
Así, tras propuestas como cascadas de luz, de espejos, de metal o de LED, la elegida fue la de Gifre, autor de la escultura Splash, en el interior de la Torre del Agua de la expo de Zaragoza. Se trata de una pieza de 25 metros de alto en fibra de vidrio lacada en metal que, aunque puede verse desde la piscina del sky bar, responde al concepto de exclusividad: si queremos verla en todo su esplendor debemos alojarnos en el hotel, ya que la zona del atrio es privada, solo para clientes.
En sus 214 habitaciones, de nueve tipologías distintas y que van desde los 33 hasta los 125 metros, 'Cuarto Interior' siguió la misma línea de diseño y apostó por piel en los cabeceros de todas ellas, madera y acero en bronce. Para los textiles, más grises en las superiores y cálidos en las estándar, acudieron a firmas como 'Gancedo' o 'Güell Lamadrid' y, para la iluminación, a enseñas como 'Flos'. En cuanto al mobiliario, casi todo ha sido diseñado por ellos, desde los ceniceros hasta los escritorios o los paragüeros, que mezclaron con firmas patrias como 'Andreu World' o 'CasaDesús'.
En cuanto al resto de servicios del hotel, una de sus mayores joyas se encuentra en el piso 12: el 'Ginkgo Sky Bar', con más de 1.000 metros cuadrados de terraza y vistas de 360 grados a todo Madrid. Para el local se ha buscado una imagen propia, de la mano de 'Studio Gronda', que ha firmado locales como el 'Tatel Miami' o el 'Zela Ibiza', con un interiorismo en el que mandan las plantas, los colores verdes y naranjas, y los muebles de líneas sensuales.
Su coctelería de autor, en la que su mojito Bereber se ha convertido ya en la estrella, y una carta en la que las cocinas mediterránea y asiática conviven pero no se mezclan, completan la oferta de este local que se ha convertido ya en uno de los place to be de la capital.