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No quisiera yo ponerme romántico en el arranque de este texto, pero si hay algo contrario a la pandemia, y en general a cualquier fuerza oscura, eso es el amor. No quisiera, pero me pongo, y viene al caso citar a Jaime Gil de Biedma, que pasó buena parte de su vida laboral en la sede barcelonesa de la Compañía General de Tabaco de Filipinas, hoy convertida en un hotel. Viene al caso citar al poeta porque encabeza su poema más popular, Pandémica y Celeste, con una hermosa cita de Catulo: "Me has preguntado cuántos besos tuyos llegarían a saciarme. Tantos como arenas hay en Libia o como las estrellas que, en la noche callada, contemplan los amores furtivos".
En este San Valentín pandémico no escaparemos a destinos internacionales, pero las condiciones casi estraperlistas en las que vivimos nos hacen fabular amores furtivos, noches de hotel celebradas en habitaciones de hotel de una sola noche en nuestra propia ciudad.
El 'Claris', en el centro modernista de Barcelona, es un cinco estrellas Gran Lujo con sede en el Palacio Vedruna, residencia señorial neoclásica del Eixample. En el 92, el hotel fue ampliado, y ahora cuenta con 124 habitaciones en las que, desde el 11 al 14 de febrero, se puede disfrutar del pack Stay & Valentin. Por 350 euros, los enamorados podrán gozar de un cóctel de bienvenida, una habitación doble, en la que les esperará una botella de champagne y fresas con chocolate, una cena en la terraza del hotel diseñada por Aurelio Morales –chef de 'Cebo', Madrid, donde cuenta con 2 Soles Guía Repsol– y el desayuno del día siguiente. A Catulo le habría gustado la colección de arte del Claris, que atesora mosaicos y esculturas del Imperio Romano, grabados del Antiguo Egipto y una importante colección de piezas precolombinas.
Es fácil olvidar que la Ciudad Condal es un puerto marítimo, pero ahí está el Mediterráneo. Una de las atalayas para contemplarlo es la terraza del 'Duquesa de Cardona', un hotel boutique de cuatro estrellas situado justo enfrente del puerto. El sábado 13, a partir de las cuatro de la tarde, los amantes pueden llegar al hotel para disfrutar de una estancia que girará alrededor de una noche musical en la terraza. Por 180 euros, tendrán a su disposición una habitación pertrechada de cava y chocolate, podrán cenar en el restaurante 'Olentia', en el mismo hotel, y podrán terminar la noche disfrutando de actuaciones en directo y sesiones de dj bajo las estrellas, libando un cóctel diseñado por Marc Álvarez, uno de los bartenders más creativos de España. El desayuno de la mañana del domingo está incluído.
Las 43 plantas del 'Hotel Arts', cinco estrellas Gran Lujo, son otra incomparable atalaya sobre el mar y sobre la ciudad. Desde 275 euros, la pareja puede pasar una noche de amor en una habitación con vistas y disfrutar de una cena, especialmente diseñada para la ocasión, en uno de los cinco restaurantes del 'Arts' –el restaurante 'Lokal'– o bien en la misma habitación, en la que estará esperando alguna amenidad romántica.
Es complicado encontrar un hotel más céntrico que este cuatro estrellas: se encuentra pegado a la plaza Catalunya, ojo de la diana condal. El 'Pulitzer' es un hotel de corte más moderno que los anteriores, de hecho, en tiempos prepandémicos, su terraza era escenario de jaranas musicales con lo más cool de Barcelona. Los 230 euros del pack de San Valentín incluyen la estancia, sales de baño, el desayuno y una cena pensada para alimentar el estómago y a las mariposas que aletean cosquilleantes en su interior. Pero el plato fuerte es la sesión fotográfica de una hora que puede reservarse aparte, de la que puede salir un recuerdo para la posteridad de uno de los San Valentines más memorables de nuestra vida.
El hotel 'Ohla', de cinco estrellas, suma los dos Soles Guía Repsol de 'Caelis' a su firmamento. El pack que se puede disfrutar en San Valentín incluye, además de una opulenta habitación doble, una copa de bienvenida en la terraza –desde la que se pueden contemplar los tejados de Ciutat Vella y el Barrio Gótico, menú degustación con maridaje en el restaurante de Romain Fornell y desayuno al día siguiente. El refinamiento afrancesado del chef bien vale los 345 euros de esta experiencia.