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Parador de Vielha.

Paradores de Turismo

Parador de Vielha, el corazón de la Val d’Aran

Actualizado: 28/04/2016

La Val d’Aran es un paraíso para los amantes de la naturaleza y el turismo activo. Más aún si lo disfrutamos alojados en el Parador de Vielha, un balcón privilegiado a este valle que se convierte en punto de encuentro de esquiadores, excursionistas y aficionados al arte. Además de tener instalaciones de excepción, este alojamiento guarda una relajante sorpresa acuática.
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El Parador de Vielha se encuentra ubicado en el que probablemente es uno de los mejores enclaves de la Val d’Aran, el cerro de Eth Casteth: sumergido en plena naturaleza, a tan solo dos kilómetros de la localidad de Vielha y con las pistas de Baqueira Beret flanqueando el horizonte. ¿Se puede pedir más? Las vistas y las instalaciones son tan impresionantes que debemos recordar que hay mucho por descubrir en su entorno o corremos el peligro de no querer salir del hotel.

Este Parador consigue, como pocos, aunar naturaleza y confort. Cuenta con cerca de cien habitaciones de las que prácticamente todas tienen vistas al valle. Y por si no tuviéramos bastante con el paisaje que vemos desde nuestra habitación, el Parador nos ofrece una espectacular terraza, con piscina y jacuzzi incluidos, que se convierten en una tentación irresistible cuando el buen tiempo acompaña.

Por la noche, además, podemos aprovechar para contemplar desde aquí el cielo estrellado, un privilegio que pocas veces tenemos en las grandes ciudades. Para quienes necesiten relajarse, el hotel guarda una gran sorpresa: un circuito de spa con vistas, cómo no, a la montaña. Piscinas de contrastes, baños de pies, sauna y todo tipo de masajes corporales para reponernos después de un día de turismo por la naturaleza leridana.

Sabor a monte

Como hace falta mucha energía para disfrutar de los infinitos atractivos que rodean al Parador, el alojamiento cuenta con un restaurante de excepción donde degustar la gastronomía pirenaica. Sus especialidades son los platos contundentes como los estofados o potajes. Buen ejemplo de ello es la olla aranesa. También lo son los patés, el civet de jabalí o los postres, que muestran cómo la cocina y la cultura de esta región se han visto influenciadas por la cercanía con Francia.

Iglesia de Sant Climent de Taüll.
Iglesia de Sant Climent de Taüll.

Naturaleza viva

Hay tantas propuestas de actividades en la Val d’Arán como visitantes tiene esta comarca leridana. Los espíritus aventureros se sentirán aquí en la gloria ya que la oferta de turismo activo es inagotable. Al margen de la temporada de esquí, en el valle también se puede practicar rafting, escalada, vías ferratas, barranquismo, piragüismo e incluso rutas de BTT (bicicletas de montaña) y cicloturismo.

Quienes deseen opciones más tranquilas pueden optar por una de las muchas rutas de senderismo de la zona, como una caminata por el bosque de Varicauba o la garganta del Barranc de Mulleres. También podemos visitar el Arana Park, un área lúdica-educativa que da a conocer la fauna y flora autóctonas de la Val d’Aran. En ella podemos ver ciervos, corzos, lobos, linces, nutrias, marmotas y hasta rebecos, una auténtica delicia para los más pequeños.

Otra alternativa igual de apetecible son los paseos en canoa, el tiro con arco o las rutas a caballo, que también se ofertan en la zona. Y como Lleida es mucho más que naturaleza, podemos optar también por una salida cultural, ya que en esta zona se encuentra una de las colecciones de arte románico más importantes de Europa. Se pueden visitar hasta 15 iglesias de estilos románico, renacentista y barroco, todas ellas situadas en pueblos con un encanto cautivador. Sin duda, nos dejarán boquiabiertos los municipios de Artiès, Boí, Taüll, Salardú y Escunhau. En ellos encontraremos auténticas joyas como la iglesia de Sant Climent de Taüll, todo un icono en la comarca, Santa María de Artiès o Santa Eulalia de Erill la Vall.