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Top 5 de los monasterios para dormir

Cinco monasterios para dormir como un bendito

Actualizado: 09/12/2015

No se oye el claxon de los coches, ni el bullicio de los transeúntes, en algunos de ellos ni siquiera el sonido de una televisión lejana… y es que los muros de estos edificios fueron concebidos precisamente para generar un espacio de tranquilidad, de aislamiento, de reflexión. Son monasterios todavía en activo, que ofrecen servicio de hospedería, o abadías que dejaron sus fines religiosos para reconvertirse directamente en hotel. En cualquier caso, todos ellos nos ofrecen una oportunidad única para descansar alejados del mundanal ruido, para meditar o simplemente para dormir en un entorno arquitectónico y natural único.
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1. Monasterio de Poblet, Tarragona

A los pies de la sierra de Prades, rodeado de impresionantes bosques y viñedos, se levanta este monasterio cisterciense, uno de los mejores ejemplos de arquitectura religiosa de Catalunya y también de Europa. Su tamaño nos impresiona desde lo lejos, ya que la carretera que nos lleva hasta Poblet nos va descubriendo poco a poco su perfil.

Tenemos dos posibilidades de alojamiento aquí. Una de ellas está solo disponible para hombres ya que supone hospedarse en el interior del recinto monástico, junto a la comunidad de religiosos que viven en él de forma habitual. La estancia máxima es de una semana y se abona la voluntad. La otra posibilidad es alojarse en la hospedería externa, construida en el año 2010 en el lugar donde antiguamente se encontraba el hospital de pobres y peregrinos. Se trata de una construcción moderna, con un diseño muy cuidado donde predomina el uso de la madera y los espacios austeros. Además de hacer la visita guiada al monasterio y conocer su entorno natural, merece la pena hacer una una excursión hasta el municipio de Valls, probablemente el mejor lugar de Catalunya para comer los famosos calçots.

Monasterio de Poblet, Tarragona.
Monasterio de Poblet, Tarragona.

2. Hospedería San Martín Pinario, Santiago de Compostela

Aunque ya no se aloja en él ninguna comunidad religiosa (dejó de ser monasterio en el siglo XIX) sigue siendo un lugar que rezuma tranquilidad. Se trata de un edificio del siglo XVI perfectamente conservado. La hospedería cuenta con un total de 81 habitaciones, todas ellas muy austeras (sin televisor) pero cómodas, con todo lo necesario para hacer agradable la estancia.

Caminar por sus pasillos con muros de piedra, rodear el claustro o descansar al sol en el jardín, es una auténtica delicia, especialmente si tenemos en cuenta que estamos en silencio absoluto pero a solo unos metros del bullicio de una ciudad tan turística. Aunque es un alojamiento elegido por muchos de los peregrinos que terminan el Camino de Santiago, cualquier persona que visite la ciudad puede hospedarse aquí, de hecho, es una opción muy recomendable ya que ofrece precio económico a solo 5 minutos caminando desde la catedral. Junto al monasterio se encuentra la iglesia del mismo nombre, donde destaca especialmente el retablo de estilo barroco.

San Martín Pinario, Santiago de Compostela. / © CC Flickr Raúl A.
San Martín Pinario, Santiago de Compostela. / © CC Flickr Raúl A.

3. Monasterio de Santa María de Huerta, Soria

Circulando por la A2, a la altura del municipio de Santa María de Huerta, algo nos llama la atención en el paisaje, un majestuosos monasterio que brilla con luz propia. Merece la pena hacer un alto en el camino y acercarnos a visitarlo en persona. Aquí encontraremos uno de los grandes ejemplos de arquitectura cisterciense que tenemos en España.

Si queremos hacer noche, es necesario hacer reserva previa (sobre todo en fechas señaladas y verano) ya que el monasterio, donde todavía vive una comunidad religiosa, cuenta con solo 7 habitaciones para huéspedes. Pueden alojarse tanto hombres como mujeres, que disfrutarán de un espacio único para la introspección. El plazo máximo de estancia son 10 días y quienes lo deseen pueden participar en la vida monástica de la comunidad.

La visita guiada al monasterio nos permite conocer a la perfección la forma de vida y organización de la orden del Císter. No podemos perdernos una visita al refectorio, de grandes dimensiones, una joya del gótico en España. Otro atractivo del lugar es que a menos de media hora en podemos conocer Medinaceli, cuyo casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural.

Monasterio de Santa María de Huerta.
Monasterio de Santa María de Huerta.

4. Monasterio de Santa María del Olivar, Estercuel (Teruel)

A mitad de camino entre Zaragoza y Teruel, en la comarca de Andorra-Sietencontramos, rodeado de campos de cultivo y bañado por el río Estercuel, encontramos un monasterio donde también merece la pena hacer noche. Levantado (sobre un templo anterior) entre los siglos XVI y XVII, el monasterio de Santa María del Olivar se convierte en un lugar perfecto para descansar, incluso en invierno, cuando el frío golpea las tierras turolenses, las estancias del lugar resultan acogedoras. Imposible oír aquí el ruido de los coches porque no existe más que una carretera asfaltada, la que lleva des del municipio de Estercuel hasta el monasterio.

La oferta de alojamiento aquí es amplísima ya disponen de hospedería con 30 habitaciones, zona preparada para campamentos, albergue y hasta tres apartamentos. Las estancias son mixtas, y podemos alojarnos en régimen de alojamiento o pensión completa. Se trata de un enclave ideal para los amantes del senderismo ya que existen varias rutas a su alrededor. Una excursión que no podemos perdernos es la que nos lleva hasta la ermita del Pastor, construida sobre unas peñas.

Monasterio de Santa María del Olivar. / Cedida por: Turismo de la comarca de Andorra-Sietencontramos.
Monasterio de Santa María del Olivar. / Cedida por: Turismo de la comarca de Andorra-Sietencontramos.

5. Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, Guadalupe (Cáceres)

A diferencia de otros monasterios, no convivimos con la comunidad religiosa sino que compartimos espacio en un hotel -de 47 habitaciones- que está ubicado en el conjunto del monasterio. Las estancias son austeras -como su precio-, muy amplias, con decoración rústica y hasta con conexión a Internet –por cable-, aunque el verdadero lujo aquí es el lugar en el que dormimos, rodeados de historia y solemnidad, en un complejo declarado Patrimonio de la Humanidad donde, además, tenemos vistas directas a la sierra de Guadalupe.

Es una auténtica delicia tomar un café a media tarde en el patio del antiguo claustro gótico, o dar un paseo por los amplios galerías con arcos. De hecho, es habitual que nos crucemos en el camino con algún huésped que disfruta de un buen libro en uno de los bancos del monasterio, y es que es fácil encontrar aquí un lugar privado en el que disfrutar del silencio y el sosiego.

Merece la pena hacer una parada en el restaurante de la hospedería, con pocos lujos y grandes sabores de la tierra. No podemos marcharnos sin la visita completa al monasterio, con una parada en su otro patio, el mudéjar -uno de los más destacados en sus estilo- y otra en los museos que alberga: el de Bordados, el de Libros miniados y el de Esculturas y Pinturas, con lienzos de Goya y El Greco.

Real Monasterio de Guadalupe, Cáceres.
Real Monasterio de Guadalupe, Cáceres.