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Tres golpes en uno de los robustos cuarterones y una doble vuelta a la llave más poderosa de la ciudad precedieron a un suave chirrido. Desde el momento en que el pasado 31 de diciembre el arzobispo de Santiago, Julián Barro, cubierto con un paragüas, como debe de ser en la capital gallega, abrió la Puerta Santa con tan sencilla ceremonia, se inició un Año Jubilar que será único.
Un año más desde 1122, fecha en la que el papa Calixto II concedió al templo mayor compostelano el privilegio del Jubileo siempre que la festividad de su santo patrón coincidiera con domingo, en 2021 se celebra el Xacobeo. No sucedía desde hace once años, en 2010, y no volverá a celebrarse hasta 2027. Aunque en esta ocasión, de forma excepcional y por las circunstancias de la pandemia, la Santa Sede ha permitido prolongar el Año Santo hasta el 31 de diciembre de 2022.
En su mandato, el papa Francisco señala que "la meta es tan importante como el Camino mismo". Catedral, Santiago y el Camino, trilogía que va a estar presente durante todo este tiempo. Objetivo místico, desafío vital, refugio ante las tribulaciones cotidianas, destino turístico irrenunciable… son muchas las maneras de afrontar el Camino, aunque todas tienen en común el deseo de viajar.
Cuando el Camino de Santiago nació en la Edad Media, cada peregrino lo iniciaba en la puerta de su casa, confluyendo en los ramales más importantes a medida que se acercaban a Compostela. Aparte del ramal principal, llamado Camino Francés –que se inicia en , o en su variante aragonesa en Somport–, el territorio español está cruzado por más de 50 Caminos de Santiago. Todas las Comunidades Autónomas y todas las provincias cuentan con, al menos, un Camino de Santiago reconocido y balizado.
Como decimos, el Francés es el más frecuentado desde la Edad Media y en el que confluyen la mayoría de los ramales. Es el que más se recorre en la actualidad, seguido a distancia por el salvaje y hermoso Camino del Norte; la ancestral Vía de la Plata; el Primitivo, que fue donde empezó todo y otros tan desapercibidos como el Camino de los Blendios, la tradicional Vía de la Lana o el Camino Olvidado, cuyo nombre lo dice todo, junto a otros tan contemporáneos como el Camino de Madrid y el Camino de Benidorm. Su conjunto compone una sorprendente red de itinerarios, cuyo trazado conforma en el mapa una estrella cuyo epicentro está en el templo mayor de Galicia.
La Catedral de Santiago es el destino donde los romeros se dirigen, el horizonte al que todos miran. En especial en este Xacobeo, en el que el templo se reestrena, después de una absoluta y prolongada restauración, que ha durado más de una década, y que tiene en el Pórtico de la Gloria su mayor maravilla. Recuperado el esplendor que se ocultaba detrás de capas y siglos de humedades, hongos, humos y restauraciones poco adecuadas, la llamada Capilla Sixtina del arte románico, es la estrella y objetivo del Camino de Santiago.
Las posibilidades de la Vía Láctea son interminables. Desde el recorrido en su principio hasta su final, del tirón y a pie durante un mes largo, hasta un viaje de fin de semana en automóvil por cualquiera de sus tramos. Rutas de monumento en monumento. Itinerarios con paradas en hoteles y restaurantes emblemáticos.
Recorrer el Camino de Santiago a pie y del tirón es la manera más deseada de hacerlo. También la que más se hace, al menos de manera oficial, es decir presentando la Compostelana, el documento que debe sellarse cada día en el albergue donde se duerme. Así lo hicieron los 350.000 peregrinos que la presentaron en 2019, último año sin limitaciones antes de la aparición de la pandemia en 2020, momento en que su número quedó muy reducido. Sumando los grupos que lo hicieron en bicicleta y coche, la cifra aumentó en 2019 a 500.000 peregrinos procedentes de 117 países, el 50 por cierto españoles, seguidos de alemanes, italianos y portugueses.
Las razones para hacer el Camino son tan variadas como romeros lo recorren, aunque la circunstancia más determinante para lanzarse a la ruta es el tiempo del que se dispone. Para hacer el Camino de Santiago a pie se necesitan cinco semanas. Esto hace que los grupos más numerosos sean los estudiantes y los jubilados, colectivos que no tienen problema de tiempo libre para hacerlo caminando y de una tirada.
Tener una mínima forma física es la otra condición indispensable. Ya decimos, se trata solo de caminar, pero una tirada entre veinte y veinticinco kilómetros, unas cinco o seis horas andando, es más complicado. Si encima hay que hacerlo durante más de treinta días seguidos, el desafío es mayúsculo.
Aunque mucho menos que los caminantes, la bicicleta es la segunda opción preferida de los peregrinos, unos 25.000 ciclistas al año recorren el Camino de Santiago. Aquí, los días que se necesitan disminuyen considerablemente, entre once y catorce, aunque a cambio se necesita una buena bicicleta y, lo que es más importante, ser capaz de realizar tiradas de más de cincuenta kilómetros, subiendo en ocasiones puertos importantes, con un equipaje de más de diez kilos, lo que exige un riguroso entrenamiento previo de un mínimo de cuatro meses montando en bici. Por no hablar de las complicaciones de desplazarse con la bicicleta hasta el punto de partida, por lo general Roncesvalles en el Camino Francés, y luego regresar con ella a nuestro domicilio.
Algo que no se debe pasar por alto a la hora de emprender el Xacobeo son las circunstancias ambientales y meteorológicas de cada Camino, así como del periodo del año elegido para el viaje. En plena canícula estival no es conveniente aventurarse en rutas como la Vía de la Plata o cualquiera de los ramales de Andalucía y el Levante español, a causa de las temperaturas y la dificultad de proveerse de agua. Por contrario, el invierno no es el mejor momento para los ramales norteños, que cubren de nieve algunos de sus tramos más duros, como el puerto de O Cebreiro en el Camino Francés. Los mejores momentos del año para cualquiera de los ramales se corresponden con los meses de primavera y otoño.
Dicho todo esto, solo queda el saludo habitual de los peregrinos: ¡Buen Camino!
Es tan importante, que cuando se habla del Camino de Santiago se piensa en su trayecto, olvidándose del medio centenar largo de otros caminos que cruzan el territorio del Estado Español. Relatado por primera vez en 1135 por el benedictino y peregrino francés Aymeric Picaud en su Codex Calixtinus, es el de mayor tradición histórica, Aunque no el más antiguo (este honor le corresponde al Camino Primitivo). En la actualidad es el más transitado de todos. Cada año lo recorren más de la mitad de los peregrinos que arriban a Santiago (en 2019 lo hizo el 55 por ciento de todos los que llegaron a la capital gallega).
Se inicia en el navarro Roncesvalles, o al otro lado de los Pirineos, en la francesa localidad de Saint-Jean-Pied-de-Port. Pasa por Navarra, Puente la Reina, Estella, Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, León, Villafranca del Bierzo, O Cebreiro, Sarriá y Santiago de Compostela. El ramal aragonés de este Camino entra en España por el puerto de Somport, continuando por Jaca y uniéndose al ramal de Roncesvalles en la localidad navarra de Puente la Reina.
Kilómetros: 790. Etapas a pie: entre 32 y 35. Etapas en bicicleta: entre 11 y 14
Los kilómetros y etapas del ramal francés se refieren con su inicio en la localidad navarra de Roncesvalles. Lo refiere el cartel situado en la carretera enfrente de la Colegiata de Roncesvalles, que pone sobre aviso a los peregrinos de la dura prueba que se disponen a afrontar. Si se empieza en San-Jean-Pied-de-Port, localidad situada al pie del lado norte de los Pirineos, hay que añadir una etapa y 25 kilómetros.
Pocos lo saben, pero este itinerario es el segundo Camino a Santiago más importante, en cuanto al número de peregrinos que lo recorren. Después de iniciarse en varios puntos del país vecino, como Lisboa, Porto, Coimbra y Braga, estos ramales van uniéndose en dos Caminos principales: el de la costa y el del interior, que entran en Galicia por la localidad de Tui. Desde aquí siguen por Redondela, Pontevedra, Caldas de Reís, Padrón y Compostela. No menos es el ramal de la costa que sigue el Miño hasta su desembocadura y remontan el litoral por Baiona, Vigo y Pontevedra, uniéndose aquí con el ramal del interior.
Kilómetros: 115. Etapas a pie: 5 (tramo gallego). Etapas en bicicleta: entre 1 y 3
Después de cruzar el puente de Santiago, en Irún, este ramal recorre toda la costa cantábrica y pasa por San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón y Ribadeo, punto de entrada en Galicia y donde la ruta abandona la costa para después de pasar por Mondoñedo, Vilalba y Arzúa, donde continúa por el ramal principal hasta Compostela. Es habitual entre los peregrinos que recorren este Camino, seguir a partir de Gijón una variante que lleva a Oviedo y, desde allí, continuar por el Camino Primitivo.
Kilómetros: 820. Etapas a pie: entre 33 y 36. Etapas en bicicleta: entre 12 y 15
El más antiguo de los Caminos. Más accesible que los ramales Francés y de la Costa, en cuanto a los días necesarios para realizarlo, al ser más corto. Por el contrario, hay que tener en cuenta que se trata de una ruta físicamente exigente. Trazado por la peregrinación realizada por el rey astur Alfonso II El Casto. Se inicia en la catedral de Oviedo y atraviesa las localidades de Tineo, La Mesa, Lugo y Mellide, donde se une al Camino Francés por el que se continúa hasta Santiago.
Gran parte del recorrido transcurre por senderos de montaña, muy trialeros y con importantes desniveles, por lo que este Camino no es recomendable para hacerlo en bicicleta.
Kilómetros: 321. Etapas a pie: 13-15
Se corresponde el trazado de este ramal con la ruta que seguían en la Edad Media los peregrinos de las Islas Británicas y países del Norte de Europa que llegaban en barco a Galicia, desembarcando en los puertos de A Coruña y Ferrol, entre otros. En la actualidad el punto de partida preferido es Ferrol, continuando por Pontedeume, Betanzos, A Coruña, Sigüeiro y Santiago. Los últimos años ha ganado en popularidad la ruta costera denominada Camino de los Faros.
Kilómetros: 111. Etapas a pie: entre 5 y 6. Etapas en bicicleta: entre 1 y 2
Los peregrinos que recorren este camino utilizan la vía romana que unía Mérida y Astorga. En la actualidad aquel primitivo trazado se ha prolongado, añadiéndose varios ramales, empezando el principal en Sevilla. Desde la capital andaluza, rumbo norte se cruzan Monesterio, Zafra y Torremejía hasta Mérida. A partir de la ciudad extremeña se sigue el trazado romano, pasando por Cáceres, Aldeanueva del Camino, Salamanca, Zamora, Sanabria, a partir de la cual hay varias posibilidades para seguir a Santiago.
La más frecuentada continúa hasta Astorga, donde se une al ramal Francés. El trazado comienza en Mérida y sigue hasta Astorga, uniéndose en la localidad leonesa con el ramal Francés, que son los kilómetros y etapas referidas en la ficha final. Muchos peregrinos siguen esta ruta pero iniciándola en Salamanca, lo que supone reducir 289 kilómetros respecto al comienzo en Mérida.
Kilómetros: 622. Etapas a pie: entre 30 y 32. Etapas en bicicleta: entre 10 y 12
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